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rifols es una de las empresas más involucradas a nivel mundial en la lucha contra la Covid-19. La multinacional con sede en Sant Cugat del Vallès tiene en marcha más de 25 iniciativas centradas en combatir el coronoavirus y este mismo mes ha iniciado ya un ensayo clínico con financiación del Gobierno de Estados Unidos para probar la eficacia de una inmunoglobulina que ha desarrollado (anti-SARS-CoV-2) para la neutralización del virus.
La empresa de hemoderivados catalana celebró ayer su día anual del inversor, una jornada en la que comparte con los analistas sus planes para los próximos años y analiza la evolución de sus principales líneas de negocio. En un contexto económico desfavorable en todo el planeta como consecuencia de la pandemia, el sector salud se erige como uno de los grandes vencedores y Grifols, con una capitalización bursátil de más de 15.600 millones de euros, no se escapa de esta tendencia.
En este sentido, la compañía fundada y controlada por la familia Grifols anunció ayer que el Covid no frena sus planes de expansión, todo lo contrario. La multinacional ha lanzado un plan que prevé prácticamente duplicar su capacidad de producción y fraccionamiento de plasma hasta 2026, con el reto de pasar de los 15 millones de litros anuales a 28 millones de litros, lo que supone un incremento del 86%. La empresa no concretó el importe de la inversión que prevé efectuar para alcanzar estos objetivos, aunque recordó que el plan inversor que actualmente tiene en marcha, 2018-2022, está dotado de 1.400 millones de euros, de los cuales el 68% se destinan a la división de Biociencia, el 17% al área corporativa, el 11% a la división de Diagnóstico y el 4% al área hospitalaria.
Inversiones en Catalunya
Una de las iniciativas que incluye este plan para duplicar la producción beneficia a Catalunya, ya que Grifols confirmó ayer que prevé construir una nueva planta en el municipio de Lliçà de Vall. La empresa ya había comunicado el pasado mes de mayo la compra de una parcela de 47.274 metros cuadrados en Lliçà contigua al Polígon Industrial Llevant de Parets del Vallès, donde Grifols abrió su primera fábrica en 1972. Entonces explicó que preveía invertir en una primera fase 130 millones de euros en la construcción de una nueva planta productiva que fomentará el crecimiento de la división Biociencia, especializada en la producción de medicamentos derivados del plasma.
Ahora, ha especificado que la nueva fábrica catalana estará especializada en el proceso de purificación de inmunoglobulina, lo que requerirá efectuar también inversiones en instalaciones productivas ubicadas en Canadá y en Clayton (EEUU). La idea es pasar de 15 millones de litros anuales de inmunoglobulina a 26 millones de litros a escala global en 2026. Grifols también destinará el nuevo complejo de Lliçà a ampliar la capacidad productiva, de investigación y logística de la división de Diagnóstico, donde es referente mundial en medicina transfusional.
“La adquisición de este terreno en Lliçà de Vall forma parte de nuestro compromiso con la inversión local y con generar ocupación cualificada en el territorio, en el que tenemos presencia desde hace casi 50 años”, afirma Ricard Bronchud, responsable global de centros de producción de Grifols.
El plan inversor también beneficiará al centro de producción de Parets del Vallès para aumentar la capacidad de procesamiento de albúmina, otra de las proteínas del plasma sanguíneo.
En paralelo a este esfuerzo por poner en marcha nuevas fábricas de fraccionamiento, purificación y obtención de medicamentos derivados del plasma, el gran desafío de Grifols se centra en multiplicar los centros de donación de sangre, su vía principal para la obtención de la que es su materia prima básica. Gracias a las numerosas adquisiciones efectuadas en los últimos años, la empresa posee ahora una red de alrededor de 320 centros de donación de plasma y ayer anunció que su objetivo es llegar a 435 en 2025. La mayoría de estos centros se encuentran en Estados Unidos —fundamentalmente en Texas y Florida—, donde la legislación permite que este tipo de donaciones sean remuneradas.
Grifols, sin embargo, está diversificando su presencia de aprovisionamiento de plasma y tiene también centros en Alemania, Austria y China. Uno de los retos de la empresa es convencer a los países de la Unión Europea que adopten un modelo similar al de EEUU para hacer frente a la actual situación de escasez de plasma que ha provocado la pandemia.
Grifols emplea en todo el mundo a más de 24.000 trabajadores, de los cuales el 60% son mujeres y el 40% hombres, con un 98% de contratos fijos y 80 nacionalidades distintas. Según la empresa, entre 2015 y 2019 ha contribuido a crear 52.000 empleos directos, indirectos e inducidos, hasta 148.000 puestos de trabajo (un 55% más). De la misma forma, estima en 36.000 millones de euros su contribución global al PIB entre 2015 y 2019, cifra que incluye su impacto directo y también el indirecto y el inducido. Solo en 2019 el impacto se estima en 8.500 millones.
En 2019, Grifols facturó 5.098,7 millones de euros, un 13,6% más, y obtuvo un beneficio neto de 625,1 millones de euros, con un alza del 4,8%.