La empresa de reparto a domicilio ha conseguido captar un total de 450 millones de euros en su mayor ronda de financiación conseguida hasta el momento, liderada por los gestores de inversiones neoyorquinos Lugard Road Capital y Luxor Capital. También ha batido récords a nivel estatal, cerrando la cifra más alta para una startup en España. La ronda también ha contado con la participación de anteriores inversores de Glovo, como Delivery Hero, Mubadala, Drake Enterprises y GP Bullhound.
“Estamos realmente contentos de continuar contando con el apoyo de Luxor Capital y de todos nuestros inversores. Durante los últimos meses, nos hemos movido muy rápido pero manteniendo siempre nuestra visión: que los usuarios encuentren a Glovo todo aquello que buscan en su ciudad”, expone el cofundador y consejero delegado de la compañía, Oscar Pierre.
Con esta ronda de serie F, Glovo eleva a 800 millones la cifra captada desde su nacimiento y alcanza, según Expansión, una valoración de 1.931 millones de euros, convirtiéndose en la tecnológica de nueva generación más valiosa del país. Ahora, la empresa barcelonesa se preparará para salir a Bolsa en un plazo de dos o tres años con el objetivo de seguir financiando su crecimiento.
Los recursos obtenidos les tienen que servir para crecer en sus mercados principales, reforzar su liderazgo en los 20 países donde ya opera y abrir mercado en 15 países más en los próximos dos años. También les tienen que permitir continuar expandiendo su división Quick Commerce, que aspira a hacer entregas en solo diez minutos de todos sus productos, y seguir ampliando su oferta, que va desde supermercados como Dia y Alcampo a parafarmacias.
A parte de esto, Glovo está trabajando en el desarrollo de pequeños almacenes urbanos, que ya tiene en Barcelona, Madrid, Lisboa y Milán. A principios de año, la empresa anunció un acuerdo de 100 millones de euros con la suiza Stoneweg para impulsar una red de este tipo de instalaciones.
Una asignatura pendiente de la empresa liderada por Pierre es su modelo laboral, que se tendrá que adaptar a la nueva ley para los riders del Gobierno, que los considera asalariados, así como pagar las cuotas pendientes a la Seguridad Social fruto de las denuncias de los repartidores. Desde su creación en 2014, Glovo no ha generado beneficios y ha mantenido su operativa gracias a inyecciones de capital.