Fermín Vázquez y Ana Bassat Estudio b720
Fermín Vázquez y Ana Bassat, del estudio de arquitectura b720.

Fermín Vázquez: “La futura Sagrera dará un mensaje de sostenibilidad urbana”

La nueva Ciudad de la Justicia, el Mercat dels Encants y ahora el gran proyecto de la Estación de la Sagrera confirman la solvencia del estudio b720, liderado por los arquitectos Fermín Vázquez y Ana Bassat. Un matrimonio inseparable que subraya que en la oficina cada uno tiene su rol: Vázquez es el director creativo y Bassat lleva la gestión de la empresa.

Un bibliotecario creó un sistema numérico decimal para organizar los libros de la biblioteca escolar en la que trabajaba y decidió que el 720 correspondía a los libros de arquitectura. Así se creó el sistema de Clasificación Decimal Dewey. “Decidimos nuestro nombre de forma muy sencilla: una b de buena y 720 de arquitectura”, explica Fermín Vázquez desde la sala de reuniones de su despacho de la calle Calvet 55.

Vázquez trabajó varios años en Reino Unido como arquitecto y llegó a España en 1997, donde fundó b720 junto a Ana Bassat. “Empezamos el estudio hace veinticuatro años con la intención de que fuera una empresa. En aquella época los estudios eran casi todos unipersonales”, expone Vázquez, a la vez que subraya que regresó del país británico con mentalidad empresarial. “Me fascinaba la organización como una empresa de servicios sin renunciar a lo que les interesa a los arquitectos. Colaboré en un estudio de Londres que llegó a cotizar en bolsa”. Todo son buenas palabras sobre su paso por Reino Unido, donde reconoce que vivió un entorno profesional más riguroso en una sociedad más competitiva e exigente.

Uno de los rasgos más característicos del tándem Vázquez-Bassat es que son el verdadero exponente de puente aéreo. “Tenemos despacho en Barcelona y Madrid —apuntan—.  Aquí somos treinta personas y en la oficina de la calle Padre Damián de Madrid, diez personas”. Fueron de los primeros despachos en implantar el teletrabajo y ahora funcionan con mucha flexibilidad, sin olvidar que las reuniones presenciales son importantes.

La Sagrera y la reorganización de Azca

Estos días están de doble celebración porque han ganado dos concursos muy importantes. Uno es el de la Estación de La Sagrera en Barcelona y el otro el de la reorganización de la supermanzana de Azca en Madrid.

El proyecto de la Sagrera incluye la arquitectura de la estación y la urbanización del entorno. Vázquez avanza que el elemento más emblemático del edificio será una gran marquesina de madera sobre el patio intermodal. “La marquesina saldrá del suelo y formará parte de un parque que dará un mensaje de sostenibilidad urbana —concreta—. Antes de entrar en el edificio, hemos proyectado un gran patio intermodal, un ágora por el que se accederá a los diferentes niveles de la estación, con los trenes de Rodalies en la parte inferior y los de alta velocidad en la superior. La luz se colará a través de unos lucernarios, que aportarán luminosidad y propiciarán el juego entre el interior y el exterior”.

Y el otro concurso que acaban de  ganar es la reorganización de la supermanzana de Azca en colaboración con Diller Scofidio, Renfro, Gustafson Porter y Bowman. La empresa Renazca, impulsada por Merlin y GMP, se encargará de la regeneración de este distrito financiero de Madrid que ocupa veinte hectáreas en el eje de la Castellana. “Hemos diseñado un espacio público más participativo y más activo”, comenta Vázquez.

La huella de b720 en Barcelona

Resulta imposible enumerar todas las obras públicas que este estudio de arquitectos ha hecho en la ciudad y su área metropolitana, pero podemos destacar dos que han modernizado su look en los últimos años como La Ciudad de la Justicia (2008) y el Mercat dels Encants (2013).

Mercat dels Encants
Así diseñó el estudio b720 el nuevo mercado de la plaza Glòries. © Rafael Vargas

¿Qué puede destacar de la Ciudad de la Justicia? “Desde el punto de vista funcional ha sido un gran éxito. No hay comparación con los juzgados de antes. Y, desde el punto de vista arquitectónico, transmite calma, que es lo que representa la justicia. Este enlace entre Barcelona y L’Hospitalet se ha convertido en una zona limpia que ofrece serenidad. Además, cuando entras en las dependencias, te encuentras con un espacio transparente, claro y fluido. Funciona bien”.

Y, ¿del Mercat dels Encants? “Era un proyecto muy complicado porque queríamos conservar la naturaleza de un mercado de pulgas. Un mercado de calle es una cosa informal que no se diseña. Pero en este caso era un espacio de calidad en primera línea de Barcelona, junto al Teatro Nacional y el Auditorio. Planteamos una plaza sin formas porque no tiene límites. Lo más importante era no perder el espíritu de los Encantes, su carácter tan querido por los barceloneses. Y quisimos dar una dinamización física que se consigue con la marquesina. No tiene cerramientos. Es una escalera física sin ser un edificio. Los visitantes no saben que están subiendo. El juego de espejos es una voluntad de dignificación. Un mercado es un lugar deseable. Desde el mercado puedes ver la ciudad”.