Aunque nacieron con un propósito puramente funcional para mejorar la visión de las personas, las gafas se han convertido en un accesorio de moda e incluso en una forma de expresarse. De media, los usuarios cambian sus gafas cada dos años, incluso aunque no estén dañadas. Flipo, marca barcelonesa fundada en 2022, nació con el propósito de ofrecer una gafa 100% intercambiable, con varillas y clips que posibilita cambiar tanto el diseño de las varillas y el frontal como el tipo de lente. Una alternativa sostenible que permite alargar la vida útil de de las gafas, pero manteniendo la misma montura.
Los modelos de esta startup catalana permiten crear hasta 9.000 combinaciones diferentes a partir de una sola montura, ya que se les pueden añadir accesorios como clips de diseño que permiten cambiar los colores de la montura, clips funcionales que incluyen protección solar, protección de pantallas o conducción nocturna —o una combinación de ambos tipos, los clips funcionales de diseño—, además de varillas. “Las gafas son uno de los primeros complementos en que nos fijamos cuando miramos a una persona, con estas varillas y clips ofrecemos la posibilidad de estar siempre a la moda, a la vez que reducimos el impacto medioambiental alargando su vida útil”, explica Àlex Abril, consejero delegado de Flipo.
La idea, que Abril desarrolló como proyecto universitario de su grado de negocios en Tolouse, le surgió al ver que las gafas progresivas que se había comprado su padre, en las que había invertido más de 500 euros, no permitían adaptarse ni a la moda cambiante ni a funciones como la protección de la luz azul que emiten las pantalla. Así empezó a desarrollar esta marca, que financió en sus inicios con inversores privados, como René de Jong, y con fondos de capital de riesgo, entre los que se incluye Faraday Venture Partners.
En los tres años que han pasado desde su creación, la startup ha vendido unas 30.000 gafas. “Flipo es la marca de gafas que más ha crecido en la última década”, asegura Àlex Abril, y actualmente cuenta con más de 50 trabajadores y una red de más de 500 ópticas asociadas en España —donde dispone de más de 250 puntos de venta— , Italia y Portugal. “Nuestro modelo de negocio es colaborativo, con la voluntad de apoyar al comercio local y las ópticas independientes”, enfatiza Abril. Ahora, ponen el foco en seguir creciendo y en expandirse a nuevos mercados, empezando por México.
Las gafas, fabricadas con el material conocido como Utlem 9085, emplean un modelo de sujeción patentado en 158 países, que incluye un imán, retención mecánica y un muelle de comprensión, y que permite una mayor sujeción y comodidad. “Nuestro propósito es ofrecer un producto de calidad, que permita hacer de las gafas un objeto accesible para todo el mundo, reduciendo el dinero que la gente tiene que invertir en ellas, porque una misma gafa puede durarte muchos años sin necesidad de tener que volver a comprar otra”, resume su fundador.
De cara a 2025, la startup quiere reforzar su presencia internacional, ampliando sus puntos de venta en Italia, que desde Flipo consideran “el país por excelencia en la industria de la moda”. Con este propósito han participado este fin de semana en Mido, la feria más importante del sector óptico, celebrada en Milán. Además, la empresa también ha aterrizado recientemente en Sudáfrica, Costa Rica y Arabia Saudí de la mano de distribuidores locales, y su idea para este año es poder desembarcar en nuevos países, con México en el punto de mira.
