¿Has quedado para ir a cenar esta noche y no sabes qué restaurante elegir? ¿Te apetece una escapada improvisada de fin de semana sin destino definido? ¿Pensando en conocer una capital europea pero sin tiempo para preparar el viaje? Quien responda positivamente a estas preguntas y tenga, además, un presupuesto ajustado puede encontrar en Flappin una solución para disfrutar de propuestas de ocio paquetizadas en las que el cliente no tiene que ocuparse de nada y con el factor sorpresa como aliciente adicional para redondear la experiencia.
Fundada en Barcelona hace cinco meses, Flappin quiere extender a otras categorías el negocio de los viajes sorpresa, un emergente nicho de mercado donde operan empresas como Waynabox, Flykube, Wonderbox, Drumwit o Wish & Fly. Además de ofrecer paquetes de vuelos más hotel a destinos sorpresa, Flappin comercializa también escapadas a menos de tres horas del lugar de residencia, cenas y comidas en restaurantes y otro tipo de experiencias de ocio sorpresa que te pueden llevar a un spa o a hacer rafting, barranquismo, kayak, parapente, excursiones a caballo o en quad o un vuelo en helicóptero.
Flappin nació con un capital de 60.000 euros aportado por cuatro socios y ahora acaba de cerrar una ronda pre-semilla de 160.000 euros que le permitirá ampliar el equipo de desarrollo, incrementar la oferta de productos hacia nuevas categorías y expandirse por el mercado español. La idea es poder iniciar la internacionalización a finales de 2022 dando el salto a algún país europeo. Para ejecutar esta segunda fase de expansión, Flappin prevé abrir una ronda de capital semilla a finales de año, por un importe todavía no determinado. La startup ya tiene un equipo de diez personas y prevé contratar a cinco más en los próximos meses.
Los socios fundadores de Flappin son Pol Clavell y Marc Teixidor, que ejercen de consejeros delegados; Sergi Vila, que ocupa la presidencia, y Ferran García, que es el director de operaciones (COO). Tanto Clavell como Vila tienen experiencia en el sector de los viajes sorpresa, ya que habían trabajado en FlyKube, startup también con sede en Barcelona. Concretamente, Vila fue el consejero delegado y cofundador de la firma, mientras que Clavell era el director de márketing (CMO).
En la ronda pre-seed de 160.000 euros han invertido business angels y Bcombinator, una incubadora de negocios digitales y fondo de inversión liderado por el emprendedor Erik Brieva, que fue socio fundador de iSoco y de Polymita Technologies, empresa que acabó comprando Red Hat (del grupo IBM) en 2012. Actualmente, además de presidir Bcombinator, Brieva es el consejero delegado de Strands, una fintech de soluciones avanzadas de banca digital que en plena pandemia fue vendida a la compañía italiana Crif.
El presidente y socio de Flappin, Sergi Vila, es el consejero delegado de Bcombinator, que recientemente ha lanzado un fondo de 10 millones para invertir en startups en fase inicial.
Según Pol Clavell, desde su nacimiento Flappin registra un crecimiento mensual del 30% y el objetivo para el primer año es facturar un millón de euros. “Nuestro reto es aplicar el concepto de la sorpresa a otros verticales y desarrollar una plataforma que integre tanto viajes sorpresa como todo tipo de experiencias de ocio”, explica Clavell a The New Barcelona Post.
La empresa se dirige especialmente a las generaciones más jóvenes, a los viajeros que disponen de poco presupuesto y a todas aquellas personas que no quieran o no tengan tiempo de planificar un viaje, es decir, quieran evitar tener que realizar las búsquedas de los billetes, de los hoteles o tener que seleccionar entre miles de propuestas de ocio. “Hay mucha sobre información y queremos reducir todo este estrés; en Flappin en dos minutos puedes realizar tu petición y nosotros nos ocupamos de todo”, explica. Según el emprendedor, además de este perfil de cliente que no quiere planificar o complicarse la vida, destaca el usuario que “busca experiencias diferentes y que disfruta de la emoción del factor sorpresa”.
Cuando se contrata un viaje, una experiencia o una cena hay que pagar por anticipado y, además de indicar a fecha, se pueden establecer algunos criterios o preferencias y señalar, por ejemplo, que ciudades no quieres visitar. Una vez recibida la petición y en función del presupuesto, el equipo de Flappin se ocupa de buscar las mejores ofertas y comunica al cliente cuál será su destino dos días antes del inicio del viaje. Si se ha reservado un restaurante, el nombre y dirección se da a conocer por Whatsapp con dos horas de antelación.
Según Clavell, el precio medio de los viajes para dos personas a ciudades europeas ronda los 420 euros, el de las escapadas es de 120 euros y el de las reservas gastronómicas unos 70 euros. Flappin ya tiene acuerdos con un centenar de restaurantes de todo tipo de estilos de cocina en Barcelona y Madrid, colabora con diez aerolíneas y suma unos 200 destinos, 20 de ellos a Europa. Como es habitual en este segmento de negocio, Flappin ofrece también paquetes para regalar, en distintos formatos, como cajas sorpresa o tarjetas sorpresa.