Alex Sicart y Leonardo Montbrun, dos de los emprenedores que impulsaron Shasta.

La ‘fintech’ Shasta lanza una ‘app’ para transferencias internacionales y duplicará plantilla

La startup barcelonesa permite enviar dinero a países extranjeros en euros o dólares, evitando la devaluación de las divisas en el país de destino y sin unas comisiones demasiadas elevadas

La fintech barcelonesa Shasta Technologies ha creado una aplicación móvil para hacer transferencias internacionales inmediatas. ShastaApp está pensada para aquellas personas que tienen que enviar dinero desde España y Europa a sus familiares, que viven en los países de donde vienen. La empresa empezará a operar en Venezuela y México, donde ya ha llegado a acuerdos con socios locales. La gracia de la propuesta de Shasta está en el hecho de que las transferencias se podrán hacer en euros o dólares, evitando la devaluación de las monedas de los países de destino y unas elevadas comisiones para hacerlo.

El consejero delegado y cofundador de Shasta Technologies, Àlex Sicart, explica que están analizando extender este servicio a otros mercados de América Latina como Argentina y Brasil, además de también querer hacerlo llegar a países africanos. Sicart remarca que han detectado la necesidad de muchas personas de transaccionar con una “solución fiable” como la suya, que les permita transferir dinero con el valor de la moneda de origen y gestionar sus finanzas en el extranjero: “Han llegado a España o Francia y tienen un sueldo digno, ganando más que en su país de origen, y quieren poderlo enviar a sus familiares”, ilustra.

La empresa emergente ha entrado con ShastaApp en el mercado de los clientes particulares, después de ofrecer desde su nacimiento, en 2019, su arquitectura de servicios de pago a empresas fintech, mercados digitales y servicios de monedero electrónico. Con sede en Barcelona, la compañía prevé duplicar su plantilla y llegar a los 100 profesionales a finales de año.

Sicart expone que actualmente están buscando inversión, teniendo en cuenta que él, junto con Leonardo Montbrun y Daniel Paloma, impulsaron la compañía con una aportación propia —y pequeña— de capital. Con los servicios de pago para otras empresas, han ido facturando y reinvirtiendo sus ingresos en Shasta. “Hemos llegado a una fase donde estamos creciendo y hay una demanda increíble. Y necesitamos tener los mejores profesionales”, expone.  Concretamente, en 2019 facturaron medio millón de euros y este año esperan llegar al millón.