Estamos en pleno verano. Y es en estos meses que en Barcelona se produce un momento mágico, que es cuando las joyas arquitectónicas de la ciudad se abren a actividades nocturnas que nos liberan del calor y nos permiten disfrutar de nuestro patrimonio. Hay decenas. De todos tipos, pero me voy a centrar en el Palau Güell, donde los jueves se puede disfrutar de una velada musical especial, rodeados de las 20 chimeneas de Gaudí.
Al arquitecto de Reus le gustaba superar los límites en sus obras. La Sagrada Família, el Park Güell, la Pedrera, la Casa Batlló… Todos son ejemplos de su genialidad, y el Palau Güell no es una excepción. Gaudí encajó una obra maestra en un solar de la calle Nou de la Rambla que convirtió en la residencia de sus mecenas. Podríamos hablar de cada uno de los rincones de este palacio, pero me voy a ceñir a su azotea, donde se celebran las noches de música.
Y voy a lanzar un reto. A ver quién es capaz de descubrir en el trencadís que recubre la azotea del Palau Güell la silueta de un Cobi, la mascota olímpica. Sí, hay un Cobi en el tejado del Palau Güell. Alguien podría pensar, si lo encuentra, que Mariscal se lo copió a Gaudí. Pues no, y esta es la historia. Resulta que unos artesanos que trabajaban en 1992 en la restauración del tejado tuvieron la ocurrencia de dejar a la mascota entre el mosaico como una especie de testigo de que estaban en pleno año olímpico.
No voy a dar pistas sobre dónde localizarlo. Tendrán que descubrirlo por ustedes mismos. A mí me lo explicó Pepe Encinas, amigo y maestro fotógrafo. Pero el muy canalla no me dijo dónde. Así que un día me fui al Palau, pagué mi entrada y me dediqué a buscar al Cobi por mi cuenta. Podía haber recurrido al servicio de prensa o a algún otro trabajador del centro, pero la posibilidad de que Pepe me hubiera tomado el pelo me reprimió. No quería hacer el ridículo.
Tardé dos horas en encontrar la dichosa mascota, a la que llegué a maldecir porque en algunos momentos tuve la certera sospecha que el Encinas ese me había hecho víctima de alguna de sus inocentadas, al estilo de las que solía perpetrar cuando coincidimos en la redacción de El Periódico. Llevaba tanto tiempo inspeccionando las formas del trencadís, agachándome y adoptando complicadas posiciones que hasta acabé llamando la atención de un miembro de la seguridad del edificio.
Como buen incondicional de Sherlock Holmes, apliqué aquello de que “descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, es la verdad”. Así di por fin con el Cobi, que está acompañado también por el logotipo de Barcelona 92. Entonces, si deciden disfrutar de una de las veladas del Palau Güell, por el precio de la entrada podrán participar además de una actividad tipo descifrar el enigma.
Hasta la fecha ya se han celebrado tres conciertos en el Palau Güell, a cargo de Paula Peso, Mercè de la Fuente y Sara Aldana. Esta noche le tocará el turno a Aura. Todavía quedarán tres actuaciones más: Marta Duran Quartet (27 de julio); Manual Dualicy (3 de agosto), e Irene Reig Trío (10 de agosto). Predomina el jazz entre los distintos intérpretes, aunque también hay soul y funk.
Recomiendo mucho esta actividad. Hay otras, pero ninguna ofrece el aliciente de encontrar ese Cobi camuflado. Que usted lo encuentre bien y, de paso, disfruta de la buena música.