Los cofundadores de Electric Sea, Iñigo Barrón y Fran Martín.

Electric Sea, la ‘startup’ que quiere transformar los deportes acuáticos

Las bicicletas eléctricas han cambiado el funcionamiento de deportes tan tradicionales como el ciclismo y ahora esta empresa emergente nacida en Barcelona trata de innovar en el mundo de la náutica con un propulsor eléctrico para tablas de paddle surf y kayaks

La implementación de sistemas de propulsión eléctricos en el mundo del deporte es una constante que ha tomado impulso en los últimos años como nunca antes lo había hecho. El ejemplo más evidente lo encontramos en el mundo del ciclismo, donde las bicicletas eléctricas están ganando protagonismo a pasos agigantados. Los deportes acuáticos no iban a ser menos y Electric Sea, una startup nacida en Barcelona, ha creado un propulsor eléctrico para tablas de paddle surf y kayaks.

Todo empezó hace más de siete años cuando Iñigo Barrón y Fran Martín, que entonces trabajaban en el mundo de la consultoría tecnológica, empezaron a desarrollar algunos proyectos centrados en sistemas de propulsión para modernizar el sector náutico. Inicialmente, crearon embarcaciones pequeñas con sistemas de propulsión eléctricos, pero se han acabado centrando en la tecnología que hay detrás de estos sistemas de propulsión eléctricos, dejando de lado a las embarcaciones.

El producto que han desarrollado y que esperan poder empezar a comercializar este verano es un propulsor eléctrico portátil que se acopla a pequeñas embarcaciones como kayaks o tablas de paddle surf. Esta nueva tecnología complementa al deportista mientras rema o navega, pero también cuando vuelve a tierra o recorre pequeñas distancias. El propulsor cuenta con baterías recargables y extraíbles, tiene una autonomía de hasta dos horas y pesa menos de tres quilos. Funciona con un mando a distancia con el que se puede regular la velocidad, permitiendo hasta tres velocidades. Eso sí, es una ayuda y el mayor esfuerzo para moverse en el agua sigue recayendo en el deportista.

Otra de las aplicaciones para las que puede servir es el salvamento marítimo. El propulsor puede resultar de gran ayuda en tareas complejas de rescate y, según explica explica el cofundador y director comercial de Electric Sea, Fran Martín, están en conversaciones para poder implementarlo en este sector en un futuro. También están buscando distribuidores europeos, puesto que prefieren centrar sus esfuerzos en la creación, desarrollo y producción, y no tanto en la venta.

“Tenemos todo preparando para empezar a fabricar y ensamblar”, expone Martín. Las celdas de las baterías del propulsor se hacen en China o Corea, y se montarán en Rubí. La electrónica se desarrollará en L’Hospitalet de Llobregat; la ingeniería, en El Papiol, y la inyección del plástico del aparato, en Sabadell.

El precio de venta será de aproximadamente 1.800 euros e incluirá todos los componentes necesarios para su uso. Según remarcan sus creadores, no es un producto que pretenda entrar en el mismo mercado que las tablas de surf motorizadas de gran potencia o los fly boards, un juguete acuático que permite elevarse por encima del agua y se ha puesto muy de moda.

Electric Sea se ha apoyado en la financiación aportada por los dos fundadores y tres socios más, con un total de 500.000 euros. Con estos recursos, han desarrollado el producto y preparado su estrategia de comercialización.