Presentación nueva temporada Liceu
Presentación de la nueva temporada del Liceu. © Sergi Panizo

El Liceu abre las puertas del paraíso

Aunque la pandemia no detuvo la actividad cultural, la temporada 2021/22 se plantea como una suerte de retorno a la plenitud perdida, con un generoso elenco de nombres y títulos imprescindibles

El Gran Teatre del Liceu ha diseñado una de las propuestas más ambiciosas y atractivas de los últimos tiempos, con artistas de primerísimo nivel y una mirada transversal, profundamente humanística, que se articula en torno a la noción de paraíso y pone en primer plano la posibilidad de una curación a través del arte: “Proyectar el arte y la ópera como paraíso es hablar de la necesidad de protegerse ante tanta desolación. El Liceu, un lugar donde refugiarnos del naufragio y buscar el ideal”, puede leerse en su página web. No es un mero eslogan, de reminiscencias románticas. La cultura posee la doble capacidad de cobijar, tornar más confortable nuestro hábitat y también la de cuestionar las creencias y fomentar la reflexión crítica. Ante la conciencia de la propia fragilidad y con el auge del populismo en la llamada era de la posverdad, ambas potencialidades se revelan primordiales.

En la temporada que corresponde al 175 aniversario del Liceu, se ha configurado una propuesta de altos vuelos, tanto por los participantes como por las obras programadas. Víctor García de Gomar, director artístico, abundó en la presentación telemática en el papel taumatúrgico del arte, que puede leerse asimismo en el enjundioso volumen digital —el libro de la temporada— a través del deletreo acrónimo de la palabra PARADIS. Con prólogos de Ramón Andrés y otro de Alex Ross, así como de los dirigentes Salvador Alemany (Seguimos en pie y convencidos) y Valentí Oviedo (La fuerza del Liceo), y también de Josep Pons, el director musical (Con espíritu de superación) supone un generoso compendio de las actividades culturales, no sólo operísticas, que se desplegarán en una temporada que apunta a memorable. 

Precisamente Josep Pons abrirá la temporada dirigiendo la Ariadne auf Naxos de Richard Strauss, una novedosa coproducción del Liceo con un reparto de lujo, que cuenta con la inestimable participación de la soprano sueca Iréne Theorin. Una estrella mundialmente venerada, que dejó al público del Liceu asombrado por sus prestaciones en el Tristan und Isolde de la temporada 2017/2018, con la puesta en escena de Alex Ollé, de la Fura dels Baus, que en la presente consta como artista residente y se encargará de la puesta en escena del Pelléas et Mélisande de Claude Debussy. Otros grandes nombres de la creatividad y las artes contemporáneas, que contribuirán en este retorno al paraíso con mirada crítica y compromiso estético, son los pintores William Kentridge y Antonio López, la poetisa Ane Carson, los fotógrafos Jordi Bernadó y Cristina de Middel, y el pensador —ya mencionado— Ramón Andrés.

Víctor García de Gomar, director artístico, abundó en la presentación telemática en el papel taumatúrgico del arte

En lo estrictamente musical, hay que destacar la gloriosa trilogía operística pergeñada por la dupla Mozart/Da Ponte, cuyas travesuras se despliegan en forma de tramas enrevesadas, de una lucidez atemporal. Le nozze di Figaro, el Don Giovanni y el Cosí fan tutte serán dirigidas por Mark Minkowski. Uno de los especialistas en la interpretación de la música del siglo XVIII con criterios de época y autor de grabaciones de referencia —como las sinfonías londinenses de Haydn— que lo acreditan como un sobresaliente orquestador de las intrigas amorosas. El carácter galante, la fina psicología de los personajes y la celebración de la vida que las partituras mozartianas vehiculan más allá del siglo de composición, como acercándose a nuestra época en términos de sensibilidad.

La flauta mágica
Mozart será uno de los protagonistas de la temporada con óperas como La Flauta Mágica. © Michel Schnater/Dutch National Opera

De hecho, la confección de la temporada está sumamente equilibrada en criterios cronológicos. Las obras contemporáneas se encuentran bien representadas por títulos como el War Requiem de Benjamin Britten con un elenco admirable, que incluye la participación de Matthias Goerne, Tatiana Pavloskaya y Mark Padmore, bajo la dirección musical de Josep Pons. El Wozzeck de Alban Berg volverá a contar con el protagonismo de Matthias Goerne, con la dirección escénica de William Kentridge. Son muchos los alicientes que convergen en una temporada tan atípica y esperanzadora. Otros grandes nombres de la lírica, como los de Anna Netrebko, Piotr Beczala, Sonia Yoncheva o Javier Camarena gozarán de intervenciones estelares, en recitales únicos pero también —en el caso de Camarena— para cantar el papel de Tamino en La flauta mágica —¡Cuarta ópera mozartiana programada en una misma temporada!— en que asimismo se podrá escuchar a la maravillosa Nuria Rial.

Tampoco podemos dejar de mencionar otras funciones imprescindibles. El Rigoletto de Verdi, por ejemplo, es una de ellas. Una producción conjunta del Liceu y el Teatro Real, que contará con la actuación de Olga Peretyatko y Christopher Maltman. O La dama de picas de Chaikovsky, con el protagonismo de Sonda Radvanovsky. Y, ya en versión concierto, destaca la programación del escasamente conocido Orpheus de Georg Philipp Telemann bajo la dirección de un referente de la dirección de piezas barrocas y clásicas, muy apreciado por el público de Barcelona, como es René Jacobs. Y, también en versión concierto, otra autoridad como William Christie, al frente de su conjunto Les Arts Florissants, interpretará la poco programada Partenope, de Georg Friedrich Händel.

Sonya Yoncheva
La soprano búlgara Sonya Yoncheva visitará la capital catalana. © Javier del Real

Aún más nombres imprescindibles —de primer nivel internacional— al frente, en este caso,  de obras capitales —más conocidas— que conmoverán a los espectadores, son los de Gustavo Dudamel, que dirigirá la evocadora Sinfonía fantástica de Berlioz, al frente de la Orquesta de la Ópera nacional de París, en un fructífero intercambio que llevará a la Orquesta del Gran Teatre del Liceu, dirigida por Josep Pons, a la Ópera de la Bastille, para interpretar El castillo de Barbazul de Béla Bartók, con el protagonismo de Sir Bryn Terfel. En el capítulo sinfónico otro nombre a tener presente es el de Jordi Savall, que proporcionará lecturas poderosas y vibrantes de las sinfonías octava y novena de Beethoven.

Son muchos los alicientes que convergen en una temporada tan atípica y esperanzadora

También con criterios interpretativos de época y una trayectoria internacionalmente aplaudida, los Madrigales de Monteverdi por Rinaldo Alessandrini y su Concerto Italiano transportarán al oyente al mundo barroco que vio nacer la representación escénica hoy conocida como ópera. La pluralidad de afectos concertados musicalmente dará pie asimismo a representaciones escénicas en formato danza. Desde un espectáculo flamenco con elementos de transgresión en De Scherezade a Yo, Carmen de María Pagés y la dramaturgia de El Arbi El Harti a otro tan clásico como El cascanueces, con el Ballet del Theatre du Capitole de Toulouse. Además, el Winterreise de Franz Schubert será evocado en su lírica fragilidad por el Ballet Preljocaj como un trayecto por las principales inquietudes humanas, el desierto helado de una desolación que —volviendo a aquel lema a modo de eslogan— nos lleva a anhelar el retorno al paraíso, y que también trabajará el artista Antonio López en un contexto bien diferente —el antiguo centro penitenciario La Modelo— con la intervención del barítono Benjamin Appl.

Una de las palabras más recurrentemente empleadas por Victor García de Gomar en la presentación de la temporada 2021/22 —junto a la noción de “Paraíso”— fue “anhelo”. Aunque románticamente puede leerse como Sehnsucht —la búsqueda de algo intangible o inalcanzable o “deseo de deseo”— lo cierto es que en nuestra época reciente el término revela la necesidad de una tranquilidad de ánimo o salud espiritual muy concreta. El sueño de una plenitud ancestral, retroactivamente presentida, no forma sólo parte de una cosmovisión mítica. El Gran Teatre del Liceu potencia con ese retorno al paraíso el poder sanador de la catarsis, la apertura de mundos paralelos a través de la creación artística, que posibilita la purga de humores perjudiciales y ayudan a recobrar la confianza en el ser humano. “El paraíso te espera”, más que un lema comercial, explicita la tendencia a la luz que prospera desde la experiencia transitoria y didáctica de las sombras, con una conciencia nueva.

Winterreise
El Ballet Preljocaj interpretará Winterreise en la próxima temporada en el Liceu. © Jean-Claude Carbonne
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