El padre de Iván Martínez sufrió un ictus hace diez años que le dejó un lateral del cuerpo afectado. Jamás volvería a andar, según los médicos, y la familia empezó a buscar sistemas que fueran más allá de la silla de ruedas. Fue así como se adentraron en el mundo de la robótica, de los exoesqueletos y las prótesis: había multitud de artilugios en el mercado, pero ninguno indicado para la situación de su padre.
“Existían aparatos para levantarse y andar; la tecnología estaba ahí, pero estaba pensada sobre todo para lesión medular, cuando el problema viene de un punto del cuerpo hacia abajo; en el caso del ictus, el problema es lateral, y esos sistemas no podían ayudar a mi padre”, rememora Martínez. Con la tecnología disponible pero sin que se aplicara a su caso, Martínez se decidió a poner en práctica lo que había aprendido 20 años atrás durante la carrera de Ingeniería Mecánica para adaptar los dispositivos para que su padre volviera a andar.
El ahora CEO de Robopedics rescató sus conocimientos de ingeniería mecánica para ponerlos al servicio del proyecto. Martínez, que hasta entonces había desempeñado funciones en áreas de operaciones, supply y calidad, empezó a focalizar su tiempo libre a este propósito: “Recorrí congresos, consultoras y empresas de robótica, y le eché muchas horas de trabajo y de research casero, con mucha prueba y mucho error también”. Durante unos cinco años, Martínez no escatimó en materiales, viajes ni electrónica para avanzar en su determinación, a la que destinó más de 30.000 euros de su bolsillo en esta etapa.
Martínez estuvo exprimiendo su tiempo para materializar el proyecto pero llegó 2020, y su padre murió durante la pandemia. Con su pérdida, Martínez se quedó con años de trabajo y con la tecnología que había desarrollado. Pese a que ya no podía servir para su padre, sí podía ser útil para millones de personas en su situación. “Fue entonces cuando conocí a mis socios y decidimos montar la empresa”, que Martínez fundó junto a Marc Serra y a Dionís Guzmán en 2021. Un año después, la startup cerró su primera ronda de financiación y, al siguiente, la segunda. En total, han levantado cerca de dos millones de euros, con los que han terminado el desarrollo del dispositivo biónico que permite andar a los afectados por secuelas de un ictus, como la hemiplejia y las dificultades para moverse.
Ahora, Robopedics está inmerso en una tercera ronda, la que le tiene que permitir sacar al mercado su dispositivo Awake. “Como se considera un dispositivo médico, tenemos que pasar por todo un proceso regulatorio de certificación”, explica Martínez. La startup, que cuenta con un equipo de ocho personas y con advisors expertos en diversas disciplinas, encara esta “fase final” con la previsión de salir al mercado a finales de este año.
La intención de Robopedics, además, es que Awake salga al mercado con un precio asequible y con facilidades de pago. “Dispositivos que permiten volver a andar en otros casos rondan los 100.000 euros, y nosotros saldremos por unos 15.000”, asegura Martínez. El objetivo es llegar al máximo de afectados posible, y que puedan cambiar la silla de ruedas por el dispositivo para moverse dentro de casa, para ganar autonomía y eliminar problemas que pueden derivarse del hecho de no andar, como dolores crónicos, úlceras de presión y dificultades cardiovasculares. Para facilitarlo, el dispositivo se ha diseñado con un peso reducido —de seis kilos, frente a los cerca de 20 que pesan otros artilugios similares para otras condiciones— y se adapta a cada paciente. Para permitirle andar, le proporciona la fuerza que necesita en la rodilla y la cadera de la mitad del cuerpo afectada, y refuerza la otra con un bastón cuadrípode que permite que el usuario se apoye y controle el dispositivo.
En un contexto en el que en España hay unas 100.000 personas con imposibilidad de andar tras un ictus y que a nivel mundial esta cifra asciende a unos 20 millones, Robopedics ofrece la única solución diseñada para este segmento concreto: “No hay ninguna otra opción a nivel internacional”, asegura Martínez. Así, aunque la health tech empezará a comercializar su dispositivo en España en 2025, tiene la mirada puesta en el mercado global. El objetivo de la startup es llegar a 2027 con presencia en Francia y Reino Unido, y después seguir creciendo a nivel internacional. Con una estimación: alcanzar los 500 millones de euros en ventas en 2031.
Para llegar a sus potenciales usuarios, Robopedics se dirigirá directamente a los afectados y a sus familias en una primera fase, y en una segunda ofrecerá su dispositivo a hospitales también como herramienta de rehabilitación. La startup, que se plantea en un futuro adaptar su tecnología a segmentos como el de las personas mayores, tiene un acuerdo de producción de Awake con Mondragón Corporación en caso de adquirir una escala industrial significativa. Sin embargo, en una primera fase, el dispositivo se fabricará en las instalaciones de Robopedics del Prat de Llobregat: “Tenemos una capacidad instalada de hasta mil dispositivos al año”, que esperan a cerrar la fase de certificación para salir al mercado.