La compañía de moda Desigual ha decidido reforzar su presencia en China entrando de lleno en el mercado asiático con un socio local, la firma E-Shine. El acuerdo establece la creación de una empresa conjunta para potenciar la venta online y abrir 60 tiendas en el gigante asiático.
Es la primera ocasión en los 38 años de historia de la marca catalana que se opta por hacer una expansión en un mercado internacional de la mano de una empresa local. Según la compañía, esta estrategia aporta conocimiento sobre los hábitos y preferencias del consumidor chino, y más tratándose de un operador que tiene un posicionamiento en China y que está acostumbrado a representar a otras marcas internacionales del mundo de la moda. De hecho, E-Shine es uno de los socios de Septwolves Industrial, una empresa de moda cotizada en el mercado de valores de Shenzhen, de las más reconocidas en la industria de la moda asiática.
Desigual se propone conseguir una facturación de 40 millones de euros en cinco años en China, la mitad de ese importe gracias al negocio online y la otra en las tiendas físicas, empezando por la apertura de flagship en Shanghái y Pekín. El director general de Desigual, Alberto Ojinaga, ha asegurado que no sólo quieren desarrollar el negocio en China, sino también en otros puntos del mercado asiático, como Japón y Corea del Sur.
China, sin embargo, no es un mercado totalmente desconocido para la marca que fundó y dirige Thomas Meyer. En los años de máxima expansión de la compañía, en las primeras décadas del siglo XXI, Desigual aterrizó en el gigante asiático con dos tiendas en Shanghái y campañas publicitarias online. Pero la experiencia duró sólo dos años. En 2014 se retiró de la venta directa y se focalizó en la plataforma de comercio electrónico Tmall, principal web del país para la venta al por menor, coincidiendo con una etapa de contracción del consumo internacional.
Asia supone el 6,5% del negocio internacional de Desigual, pero con la prevalencia de Japón que hasta el momento es el primer mercado fuera de Europa y el quinto por volumen de ventas a nivel mundial.
La estrategia del grupo pasa por conseguir que, en 2023, las ventas generadas a través del canal digital y las procedentes de geografías de fuera de Europa representen conjuntamente un 60% de la facturación. Ahora mismo, “este porcentaje está en un 49%”, ha concretado Ojinaga.
La compañía reanuda la expansión después de que en 2021 tuvo que recuperar el bajón de ventas registrado el año anterior por la pandemia y que la abocaron al primer balance negativo desde su salida al mercado, con unas pérdidas de 83 millones. Sin embargo, cerró el ejercicio 2021 con una facturación de 371 millones de euros, sólo un 3% más que el año de la Covid-19 y un 37% por debajo de los datos del 2019. Consiguió volver a las ganancias: tres millones, la mitad del beneficio de 2019.