Culinarium nada a contracorriente. La cadena que lidera Montse Robinat no baja persianas, sino que en plena pandemia reivindica la función del comercio de proximidad con un nuevo plan de aperturas y la decisión de instalarse en Rambla Catalunya, una de las arterias comerciales de Barcelona. Culinarium confía en el servicio de asesoramiento y atención que presta a los clientes como principal arma para defenderse del auge del comercio electrónico. Su posicionamiento en el mercado se basa también en ofrecer un amplio abanico de productos de menaje y cocina, de todas las gamas, y accesibles a todo tipo de bolsillos. Otra de sus apuestas es ubicarse en los barrios, cerca de los mercados.
La nueva tienda de Rambla Catalunya es la número 20 de la cadena, dispone de 185 metros cuadrados y ocupa el local de una antigua oficina de BBVA, entre las calles Mallorca y Provença. Los establecimientos de Culinarium se encuentran fundamentalmente en Catalunya, pero la cadena también se ha expandido a Aragón, Castellón y a Palma de Mallorca. Para preservar la calidad del servicio, todas las tiendas de la marca son propias.
En 2019, Culinarium facturó siete millones de euros, una cifra que este año está afectada por la pandemia pero que la empresa espera remontar gracias a la apertura en Rambla Catalunya y al plan para abrir seis locales comerciales más en 2021. La plantilla supera ya los cien empleados.
Culinarium es una cadena surgida de una larga tradición familiar, ya que la familia Robinat es también propietaria de Casa Delfín, una empresa fundada en Tàrrega en 1863 y que es uno de los líderes en equipamiento para hostelería (vajillas, cuberterías y cristalerías), con un catálogo de más de 15.000 productos.