Foment del Treball organizó ayer una reunión de urgencia para analizar los graves disturbios.

Clamor unánime de condena a los actos vandálicos que comprometen el futuro de Barcelona

Empresarios, hoteleros, comerciantes y restauradores de la capital catalana exigen responsabilidades políticas ante la falta de apoyo a los Mossos d'Esquadra y responsabilidades penales para los causantes de unos daños que restarán inversiones extranjeras y comprometen el futuro de Barcelona y de Catalunya

Barcelona no se lo merece. Los barceloneses no nos lo merecemos. Son días de oscuridad y tristeza como consecuencia de la acción descontrolada de una minoría de jóvenes encapuchados que, amparándose en las legítimas y necesarias manifestaciones en defensa de la libertad de expresión, aprovechan la situación para convertir las calles en un parque temático del saqueo, la destrucción y el vandalismo. Son ya seis noches consecutivas de disturbios, barricadas incendiadas, cristales rotos, mobiliario urbano destrozado y comercios y entidades financieras asaltadas. Ni siquiera al Palau de la Música han respetado. La petición de libertad de Pablo Hasél ni cualquier otra de las reivindicaciones que esgrimen para argumentar su rabia (un sistema político corrupto, un Estado represor, juventud sin futuro…) justifican los actos de terror que estamos viviendo estos días y que pasarán una enorme factura económica y reputacional a una ciudad que necesita más que nunca recuperar su prestigio y salir de la crisis.

Barcelona acumula seis noches de actos vandálicos que oscurecen la marca de la ciudad.

Cuando la irresponsabilidad de una minoría compromete el futuro de todos es necesario un clamor unánime que ponga freno a la barbarie como el que el domingo realizó la patronal Foment del Treball y 35 entidades que representan a los sectores del comercio, el turismo y la restauración, con un peso sobre el PIB del 23% y más de 450.000 puestos de trabajo. Un clamor que apunta directamente a los responsables políticos del Govern de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona, ​​a quien el empresariado reclama que apoyen con más firmeza al cuerpo de Mossos d’Esquadra, así como a la Guardia Urbana de Barcelona, ​​a todas las policías locales y a los servicios de mantenimiento y limpieza.

Nos dirigimos al Govern de la Generalitat y al Ayuntamiento de Barcelona y a los irresponsables que promueven estas protestas y se lavan las manos ante los daños materiales y morales que provocan“, afirmó de forma categórica la entidad que preside Josep Sánchez Llibre y que ayer se reunió de urgencia para abordar la grave situación en las calles provocada por grupos ultras que tienen por “objetivo desestabilizar el estado del bienestar”.

El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre.

Según Foment, es “imparable” el “deterioro de la imagen de Catalunya como destino de personas y de inversión, de Barcelona como capital del norte del Mediterráneo y de los ciudadanos de Catalunya como dialogantes, respetuosos y pacíficos”. “Llamamos a la responsabilidad a todos aquellos irresponsables que promueven, consienten, justifican o cierran los ojos ante estos gravísimos disturbios que, además de graves e importantísimos daños a la propiedad pública y privada, comprometen el futuro de Barcelona y de Catalunya”.

“¡Basta ya!”

“Se han traspasado todas las líneas rojas que son fundamentales en un Estado de derecho; desde Foment decimos que ¡ya basta! Queremos seguridad, queremos tranquilidad, queremos que las cosas funcionen con normalidad. No es admisible que, además de las consecuencias que nos conlleva esta maldita pandemia, encima tengamos que soportar lo que hemos vivido estos últimos días. ¡Ya no podemos aguantar más! “, expresó enérgicamente y con un tono de preocupación el presidente Sánchez Llibre.

Foment del Treball y los sectores afectados por los disturbios aseguran que “los actos vandálicos de estos días y las imágenes que se han ofrecido al mundo no sólo hacen daño en estos momentos a la economía de Catalunya, especialmente afectada por la crisis sanitaria y social que ha comportado la Covid-19, sino que obviamente tendrán una repercusión en el futuro sobre el tejido comercial y empresarial“. Señalan que es especialmente dramático “los saqueos a tiendas del país y de firmas internacionales” como Nike, Guess, Hugo Boss, Tomy Hilfiger, Hermes, Fendi, Versace o Dolce & Gabbana, ya que “son el peor reclamo para las inversiones extranjeras“, justo lo que más falta hace para remontar la crisis.

Lluís Sans, presidente de la Associació del Passeig de Gràcia.

Según el presidente de la Associació del Passeig de Gràcia, Lluís Sans, sólo durante la noche del sábado al domingo se vandalizaron 75 establecimientos en el Paseo de Gracia, con más de cien cristales rotos y doce comercios saqueados, con unos daños económicos preliminares de 750.000 euros. Sans remarcó “la pasividad de los dirigentes políticos”, especialmente de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y del Govern, al que pidió “coraje político” para resolver la situación. “Vivimos una grave crisis como sociedad y como país y entre todos debemos hacerle frente“, destacó Sans. El propietario de la emblemática tienda Santa Eulalia pidió “más protección y más herramientas para los Mossos para poder hacer frente a este fenómeno de la guerrilla urbana que en Europa lidera Barcelona junto con París”.

Imagen del saqueo que sufrió la tienda de Nike del Paseo de Gracia el sábado por la noche. ©betevé

Sánchez Llibre, exigió “la aplicación estricta de la ley” a la hora de pedir “responsabilidad penal y administrativa” y las indemnizaciones que correspondan a los causantes de los daños y perjuicios causados ​​a los comerciantes, a los vecinos ya los particulares.

Asimismo, el líder empresarial condenó con dureza “a los irresponsables que niegan su apoyo y los medios personales y materiales a los Mossos”; a “los irresponsables que, cuando no halagan directamente a los causantes, buscan y exponen mil y un argumentos para justificar el ejercicio de la violencia de los participantes en los disturbios”; a “los irresponsables que cierran los ojos como si entendieran que no es obligación del Govern en funciones velar por los bienes públicos y privados y por la seguridad y derecho de los ciudadanos,  abdicando de una de las más relevantes funciones de quien, legítimamente y democráticamente, ostenta la autoridad”; y a “los irresponsables a los que no parece preocuparles demasiado que sus hijos estén destrozando junto con los contenedores, los cristales y los comercios, la reputación de Catalunya como tierra de progreso e inversión, y, por tanto, comprometiendo gravemente su futuro laboral y profesional“.