La Cámara de Comercio de Barcelona pone punto y final a un proyecto que se ha ido complicando. Casi 20 años después, la corporación presidida por Josep Santacreu ha acabado descartando el gran edificio de oficinas que iba a alzar en el 22@, en una parcela que le había cedido el Ayuntamiento de Barcelona. Tras llegar a un acuerdo de desistimiento con el consistorio, ratificado este viernes en el pleno municipal por todos los grupos políticos, la entidad pasa a reforzar la posición de sus oficinas centrales, ubicadas en la Avenida Diagonal, donde el año pasado culminó una inversión de cuatro millones de euros para transformarlas completamente.
El fin del boom inmobiliario y el consiguiente parón económico fueron los primeros golpes que recibió la sede de la Cámara en el 22@, un proyecto que se empezó a fraguar en 2005. Un año después, se firmó el convenio con el Ayuntamiento que regulaba el derecho de superficie por 75 años del solar municipal. Con esta operación, el consistorio quería regenerar un distrito que, en aquel momento, necesitaba un empujón. Se iba a ubicar en una parcela que también estaba en la Avenida Diagonal, como sus oficinas centrales, pero en la parte baja, entre las calles Selva de Mar y Pujades.
Poco después del primer bache, en 2010, llegó la eliminación del recurso cameral, la principal fuente de ingresos de la corporación, una medida que paralizó un proyecto muy ambicioso y obligó a replantearlo y a tener que buscar alternativas para sacarlo adelante. Se tardó bastante hasta que, en 2019, el pleno municipal aprobó modificar el acuerdo inicial y pasar a un modelo de alquiler que permitiese sufragar la inversión. Un entendimiento alcanzado entre el gobierno de Ada Colau y la corporación, en aquel momento presidida por Miquel Valls, que determinaba que el Ayuntamiento se comprometía a alquilar el 61% del inmueble durante 35 años, reduciendo el coste y solucionando la necesidad de espacio para oficinas que tenía el consistorio. Según el proyecto arquitectónico que había ganado el concurso internacional, hecho por Taller de Arquitectos Colaboradores, el edificio iba a tener una superficie de más de 20.000 metros cuadrados repartidos en 21 plantas.
Una vez superado ese escollo, llegó la pandemia, con otro parón económico que incidió especialmente en el sector de las oficinas. Después de intentar reconducir el proyecto por enésima vez, ambas partes han acabado concluyendo que había perdido el sentido original, con un 22@ que ya no requiere más dinamización empresarial y, que si tiene alguna necesidad, es más vivienda pública asequible, como el resto de la ciudad. Con la extinción del derecho de superficie que tenía la corporación, el Ayuntamiento ha recuperado la plena propiedad de la parcela.
Además, la Cambra también ha constatado que ya no necesita tanto espacio como se imaginaba en 2006. De hecho, en la sede de Diagonal recientemente reformada, ha concentrado a sus trabajadores en unas pocas plantas y el resto las ha puesto a disposición de empresas externas para alquilarlas. Concretamente, el edificio cuenta con un total de diez pisos y seis son los que se han abierto a compañías que se quieran instalar en la Diagonal. Asimismo, se habilitaron un coworking con espacios flexibles y privados, salas de videoconferencias individuales, salas de reuniones y salas para acoger eventos. La última planta, la décima, donde antes se ubicaba presidencia y su equipo, se ha abierto a todo el edificio, así como su terraza. Leitat y Parlem son algunos de los primeros inquilinos. La corporación también dispone de la Llotja de Mar, donde ahora está su sede corporativa y previamente había estado instalada su plantilla, hasta que se mudó en 1986 a Diagonal.