La séptima edición del Festival Internacional de Cinema de Barcelona-Sant Jordi (BCN Film Fest) levanta este jueves el telón con una programación que traerá a la capital catalana a nombres internacionales como Susan Sarandon, Omar Sy, Penelope Wilton, Wim Wenders y François Ozon, sin olvidar el talento local, con la participación de Laia Costa, Pol López, Nausicaa Bonnín, Vicky Peña o Sergi López.
“Hemos trabajado para que esta edición sea otra vez una obra de arte, con una programación buena, interesante y cultural”, sostiene la directora del festival, Conxita Casanovas. Con sede central en los cines Verdi, el BCN Film Fest reivindica el cine como arte incluyendo en su programación guiños a otras disciplinas, como la pintura con títulos como Esperando a Dalí (2023) con Iván Massagué y Pol López, o Miró (2022) con Pau Roca y Eduardo Lloveras; el teatro, con la adaptación de A bit of light (2022), protagonizada por Anna Paquin, y la literatura, recordando que coincide con la celebración de Sant Jordi, con La impaciencia del corazón (2022) basada en la novela homónima de Stefan Zweig.”Es un festival de cine con C de cultura, a veces se olvida que el cine también es cultura, no solo entretenimiento”, subraya Casanovas.
Desde este jueves 20 de abril hasta el viernes 28 de abril, se podrán ver un total de 70 películas, de las cuales 21 serán estrenos mundiales. El film inaugural será Mi crimen, la nueva comedia de intriga del director François Ozon (Verano del 85, En la casa), quien vendrá al festival acompañado por las actrices protagonistas Nadia Tereszkiewicz y Rebecca Marder. Como cierre del certamen, se podrá ver Sica, el debut en ficción de la directora catalana Carla Subirana ambientado en la Costa da Morte.
El BCN Film Fest homenajeará al director Wim Wenders, que recibirá el premio de honor y protagoniza el cartel de la edición de este año con una imagen de Nastassja Kinski en Paris, Texas (1984). Algunos de los títulos de Wenders que se podrán ver serán Alicia en las ciudades (1974), El estado de las cosas (1982), El cielo sobre Berlín (1987) Hasta el fin del mundo (1991), Buena vista social club (1999) y Pina (2011), además de Paris, Texas.
También destaca la proyección de Thelma & Louise (1991), un clásico que se mantiene actual que se acompañará por un coloquio posterior en el que participará una de sus protagonistas, Susan Sarandon. Asimismo, estará Omar Sy, protagonista de Intocable, presentando Padre y soldado (2022), un drama bélico ambientado en la Primera Guerra Mundial para poner cara a los invisibles del conflicto, los soldados senegaleses; y Penelope Wilton, una de las actrices más populares de Downton Abbey, con El viaje de Harold, donde comparte protagonismo con Jim Broadbent, conocido por Harry Potter o Bridget Jones.
A nivel local, se podrá ver Un cel de plom (2022), la única película catalana que competirá en la Sección Oficial, con Nausicaa Bonnín poniéndose en la piel de Neus Català a partir del libro homónimo de Carme Martí. Asimismo, se proyectará Els encantats (2023), el nuevo film de Laia Costa tras el éxito de Cinco lobitos, dirigida por Elena Trapé y acompañada por Daniel Pérez Prada, Aina Clotet y Pep Cruz, o La manzana de oro (2022), el último título de Jaime Chávarri con Sergi López y Vicky Peña.
Los organizadores del BCN Film Fest prevén superar las cifras de asistencia del año pasado, cuando se registraron 17.000 espectadores, con algunas restricciones aún vigentes. En la última edición antes de la pandemia, en 2019, asistieron unos 15.000 espectadores. “Ha sido como una carrera de obstáculos”, señala la directora, quien lleva cinco años liderando el proyecto. Casanovas también recuerda como al principio tenían que llamar a productoras para que participasen y ahora ya les llegan propuestas, hasta tienen que rechazar algunas. “Cada película tiene que tener un porque y un sentido, el festival tiene que ser cómodo para el público, la crítica y el talento”.
El certamen cuenta con un presupuesto de 150.000 euros, con un 30% de recursos públicos aportados por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. “Se nos queda corto. El Ayuntamiento tiene que apostar de verdad por un festival que puede tener repercusión internacional”, defiende Casanovas. Actualmente, la mayoría del público es barcelonés, sin atraer a espectadores de otras partes como sucede con otros festivales como el de San Sebastián.
