Cabe empezar por el motivo más obvio, pero, al mismo tiempo, más poderoso: en el mercado inmobiliario de la Ciudad Condal, al menos en lo que a su sector residencial prime se refiere, se ha mantenido ese interés por parte de diversos perfiles de compradores e inversores porque, al fin y al cabo, la nuestra es una ciudad cosmopolita que ofrece una altísima calidad de vida. Además, dato interesante, a diferencia de otras metrópolis como Nueva York o París, aquí no se ha sufrido el éxodo de profesionales hacia otros emplazamientos porque, en Barcelona, se vive muy bien.
Así, hemos podido comprobar cómo el comprador nacional se ha incrementado de manera considerable, pero sin dejar de ver importantes operaciones con clientes de otros países, que han podido adquirir viviendas a través de los canales digitales y plataformas que los profesionales del sector hemos habilitado para facilitar el proceso de visita a distancia.
Nuevo contexto, interés alto
Es cierto que la pandemia ha modificado el comportamiento del comprador, beneficiando a aquellas regiones situadas en la periferia de las grandes ciudades donde se pueden encontrar viviendas que responden a nuevas necesidades de espacio y aislamiento, algo que hemos visto en gran cantidad de compradores de primera residencia. También hemos detectado cómo el inversor internacional se ha visto relativamente frenado, debido a las restricciones al movimiento de los diferentes países. Pero todo y así sigue habiendo mucho interés en Barcelona, sobre todo en su zona alta y en su periferia, tal vez algo menos en Ciutat Vella.
Parte de este interés se debe a un muy atractivo stock de obra nueva que genera una demanda, corroborada por un reciente informe elaborado por la Sociedad de Tasación, según el cual el precio medio de la vivienda de obra nueva en España ha subido en 2020 a su cifra más alta desde 2010, situándose en los 2.472 euros por metro cuadrado. Una cantidad que se acerca a los máximos de 2007, de 2.905 euros por metro cuadrado.
A los inversores y compradores que, además del capital, dispongan de tiempo, les interesa mucho adquirir un proyecto en desarrollo, ya que la obra nueva ofrece una mayor calidad respecto a las viviendas de segunda mano y eso es algo a tener en cuenta por parte de quien invierte buscando un menor coste de reposición y mejores perspectivas de crecimiento de capital. Pero atención, las viviendas de segunda también son interesantes para aquellos inversores interesados en comprar una vivienda, renovarla y volver a vender. Y no es un segmento que, en Barcelona, haya perdido atractivo.
Además, habrá que ver cómo afecta al mercado, y de qué modo, la venta de hoteles para su recalificación como domicilios. De momento no se ha incorporado una gran oferta de pisos de esta tipología, pero estamos muy atentos.
Un mercado estable que va a mejorar exponencialmente
Todos los indicadores de los que disponemos señalan que el mercado inmobiliario de Barcelona se ha mantenido estable. Hay stock de calidad, apetito inversor, interés por seguir viviendo en esta atractiva metrópolis y la previsión de que todo ello mejore considerable en el momento en el que se comience a comercializar la vacuna y se abran las fronteras.