Vista de la ciudad japonesa de Yokohama.
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Barcelona mira hacia el Sol Naciente

Foment del Treball organizará en julio una misión empresarial virtual a Japón en busca de oportunidades de negocio en cinco sectores clave del país

Foment del Treball está organizando entre el 5 y 16 de julio una misión empresarial a Japón en busca de oportunidades de negocio. Lo hace en colaboración con la Oficina Exterior de Catalunya en Tokio. La misión, que por las limitaciones impuestas por la pandemia no podrá ser presencial sino virtual, se produce en un momento en que el país asiático busca también proveedores europeos para cubrir soluciones tecnológicas de las que carece.

La relación de Japón con Barcelona viene de largo. Más allá de su fascinación por Gaudí, el modernismo y el Barça, que traía millones de turistas cada año antes de la covid, siempre ha habido un interés mutuo. A finales de los 80, yo mismo participé en una expedición para promover la Diada de Sant Jordi que, en mi caso, viajó por el sur del país, Osaka, Nagoya y Kyoto. De primera mano conocí lo mucho que los japoneses admiraban nuestra fiesta del libro y la rosa importando lo que ellos llamaban el St. Jordi’s Day, que entonces se extendía durante dos semanas.

Comprendí algunas de las singularidades culturales de los japoneses y años después, cuando se estrenó la película Lost in Translation, comprendí también lo que experimentaba Bill Murray. Mi presencia entonces en Japón tenía que ver con los gegants. Tras las actuaciones, la gente tenía preguntas. Tras una larga parrafada, el traductor nos trasladaba simplemente algo como “cuánto miden los gigantes”. Yo y mis compañeros nos mirábamos extrañados de que solo estuviera interesado por eso cuando había estado casi un minuto hablando. Y así cada día. Jamás me he sentido tan identificado con el protagonista de una película.

Da la casualidad que estos días estoy hojeando el último libro de Federico Lanzaco, uno de los grandes japonólogos mundiales, hasta el punto que le fue concedida una de las mayores distinciones imperiales por su contribución al conocimiento de la cultura japonesa. Nacido en Barcelona, muy joven y en plena posguerra, tuvo el coraje de subirse a un barco en Marsella e ir a Japón. Así, a pelo, a estudiar aquel país. Hoy, a los 92 años, sigue activo y a finales del año pasado publicó Cultura japonesa. Pensamiento y religión, una magnífica obra que recomiendo.

El japonólogo Federico Lanzaco tuvo el coraje de subirse a un barco en Marsella e ir a Japón. Así, a pelo, a estudiar aquel país.

Para los que participen en la futura misión de Foment, quisiera destacar el siguiente párrafo del libro: “Otra característica específica de la cultura japonesa a través de toda su historia, y distintivo único no encontrado en otras culturas, es su asombrosa habilidad de asimilar civilizaciones extranjeras conservando, al mismo tiempo, su identidad nacional. (…) Todo un proceso de selectiva absorción que solo incorpora lo que interesa, dejando otros elementos que no considera valiosos”. Así lo viví en mi modesta experiencia en aquel St. Jordi’s Day y considero que se trata de un principio que cualquiera que desee relacionarse, también económicamente, con Japón debería tener muy presente.

Esta semana, Foment organizó un encuentro virtual con empresarios interesados en la misión de julio. En ella, participó Yuko Kijimoto, de la Oficina Exterior de Comerç i Inversions de Catalunya en Tokio. Kijimoto enumeró cuáles son en estos momentos los sectores de la industria japonesa que generan mayores oportunidades de negocio y destacó que se trata de un mercado muy fiel cuando ya ha consolidado relaciones con los proveedores.

Coche eléctrico
Un coche eléctrico. ©V. Zambrano

El primer sector es el de la alimentación. De hecho, ya supone el 44% de las exportaciones catalanas a Japón. Tienen gran acogida entre los consumidores nipones los productos orgánicos, los gourmet, los vinos y los cavas. Otro sector con gran demanda es el de las nuevas tecnologías aplicadas a la economía circular y al reciclaje, especialmente de plásticos. La industria japonesa del automóvil, la tercera del mundo, también busca soluciones y componentes relacionados con el coche del futuro, el que sustituye los combustibles fósiles por la electricidad y el hidrógeno.

Esta semana, Foment organizó un encuentro virtual con empresarios interesados en la misión de julio

El cuarto sector generador de oportunidades es el relacionado con la asistencia sanitaria y la biotecnología. En estos momentos, esta industria genera 24.000 millones de euros anuales y la previsión es multiplicarla por seis antes del 2030. Por último, y al menos a mí me causa sorpresa, es una necesidad imperiosa de digitalización. De hecho, esta es una de las grandes prioridades del Gobierno nipón. Según Kijimoto, tan solo un 34% de las empresas del archipiélago están digitalizadas, y la pandemia ha puesto en evidencia esta carencia.

En el marco de la reactivación económica de Catalunya y Barcelona, la iniciativa de Foment se revela muy interesante para los empresarios de nuestro país que quieran dirigir su mirada hacia el Sol Naciente. En este caso, diría que no es sobrero escuchar los sabios consejos del profesor Lanzaco para comprender que no hay que olvidar que las oportunidades que puede ofrecer Japón deben enmarcarse en su “bipolaridad” o dos caras: la de la tercera economía del mundo con su alta tecnología electrónica y agresividad comercial, y la del Japón del crisantemo, los cerezos en flor y de la “sublime ceremonia del té”. Sabio y oportuno consejo.

Sede Foment del Treball
La sede de Foment del Treball. © V. Zambrano