El Museu Nacional d’Art Contemporani (MNAC) y sus vistas de Barcelona desde Montjuïc, las torres Mapfre y el zoo son algunos de los espacios donde se ha grabado El inocente, la nueva serie de Netflix con Mario Casas. El barcelonés Oriol Paulo se ha encargado de dirigir esta adaptación de la novela homónima escrita por el estadounidense Harlan Coben y la ha rodado íntegramente en Catalunya, con un equipo de 500 técnicos, 140 actores, 100 especialistas y 1.800 extras y figurantes. A Casas lo acompañan Aura Garrido, José Coronado, Alexandra Jiménez, Juana Acosta y Gonzalo de Castro.
Casas interpreta al personaje de Mateo, un expresidiario condenado por asesinato. La prisión donde cumplirá su condena será la antigua prisión de Figueres. Al quedar en libertad, su mujer, Olivia, está embarazada y, cuando están a punto de empezar una nueva vida juntos, todo se vuelve a complicar y reaparecen el misterio y las intrigas en la vida de Mateo.
Para Paulo, El inocente ha sido el proyecto más complejo e intenso que ha realizado nunca. “Es un thriller coral y poliédrico lleno de luces y sombras, un efecto dominó por el que transitan y chocan una serie de personajes que cargan mochilas del pasado y luchan por encontrar una segunda oportunidad”, expone. El también director de Los ojos de Julia, El cuerpo y Contratiempo ha contado con Jordi Vallejo y Guillem Clua como guionistas de esta serie, producida por Sospecha Films y Think Studio para Netflix.
Este thriller no solo se ambienta en Barcelona. En primer lugar, se va de ruta por el área metropolitana, hasta el Aeropuerto de El Prat, concretamente a la T1. En una imagen ahora inusual, Casas se ve rodeado de personas que dejan a sus familiares y amigos en el kiss and ride, todos ellos sin mascarillas y abrazándose sin miedo. Esto se debe a que la serie se grabó antes de la pandemia, quedando pendientes solo algunas partes para después del estado de alarma. También se va más allá, pasando por Sitges y Figueres.
La relación de Netflix y Mario Casas con Barcelona
El inocente no es la primera producción que Netflix ubica en Barcelona. La primera fue Hache, ambientada en la Barcelona de los años 60 y con una historia turbia como argumento. Loco por ella también se ha rodado en la capital catalana. La película se acaba de estrenar y está protagonizada por el catalán Álvaro Cervantes y la vasca Susana Abaitua, conocida por su papel en Patria como la hija del Txato.
Tampoco era la primera vez que Mario Casas era el protagonista de una grabación en Barcelona. Una generación de adolescentes —ahora ya adultos— siempre le recordará como el Hache que iba en moto por la ciudad en Tres metros sobre el cielo, llevando a Maria Valverde por el puente de Vallcarca. Él tampoco se olvida, como demostró en el discurso de agradecimiento al Goya por No matarás.
Imágenes destacadas, por Quim Vives
- Rodaje con vistas a la capital catalana desde Montjuïc.
- Mario Casas, en el exterior del MNAC.
- El actor en un momento del rodaje en el interior del museo.
- Oriol Paulo y Mario Casas grabando en el aeropuerto.
- Rodaje en la T1 del Prat.
- Exterior de la antigua cárcel de Figueres.
- Mario Casas, en una escena como preso.
- Escena en Sitges.