Los vehículos sin conductor, por mucho que puedan parecer una utopía o personajes de una película de ciencia ficción, están más cerca de ser una realidad en Barcelona. El grupo Renault y la compañía WeRide ha puesto a circular, en fase de pruebas, un autobús autónomo, sin conductor pero pensado para llevar pasajeros, por el centro de la ciudad. El vehículo dispone de sensores que le permiten visualizar los obstáculos en un ángulo de 360 grados a la redonda, así como diez cámaras y, por lo tanto, circular de forma segura por la ciudad.
El director de Open Innovation del Grupo Renault, Vicente Mirandés, ha expresado que “el objetivo fundamental de estas pruebas es demostrar que esta tecnología está madura” para que estos vehículos puedan circular en entornos “muy complejos” como es el caso del centro de Barcelona, con miles de coches, taxis, bicicletas y peatones que circulan por sus calles.
Concretamente, el vehículo inicia su recorrido circular en Paseo de Gràcia, entre las calles de Mallorca y València, y después gira por Gran Via, sube por Rambla Catalunya y vuelve por la calle Rosselló hasta su punto de origen. Los ciudadanos que lo quieran probar de forma gratuita podrán hacerlo hasta viernes.

El prototipo dispone actualmente de un máximo de ocho plazas, pero la idea de Renault es crear vehículos con capacidad de entre 10 y 20 viajeros. “Este es un sistema capaz de comportarse como lo haría un conductor, ya que a partir de la información que recoge de sus sensores de posicionamiento y las cámaras, procesa y analiza los datos para tomar decisiones y aprender mientras va operando para circular de la forma más fluida posible”, ha defendido Mirandés.
El director de Open Innovation de Renault también ha señalado que estos minibuses autónomos y eléctricos suponen una ventaja por su bajo coste de adquisición y explotación respecto a otros vehículos. Así, ha detallado que se trata de vehículos más baratos que otros buses eléctricos y que los costes bajan mucho sobre todo porque prescinden de conductores, que suponen dos tercios del coste de explotación del servicio.