Cuando uno pasea por la sede del Barcelona Health Hub (BHH) podría pensar que la actividad no es muy intensa. Los despachos y los espacios de coworking están bastante vacíos, solo unas pocas personas trabajan de manera presencial. Pero la realidad es que las startups y corporaciones con sede en el Recinte Modernista de Sant Pau van desbordadas de trabajo desde hace meses. El impulso que ha supuesto la pandemia para el sector de la telemedicina ha disparado la actividad de estas compañías. A su vez, este cambio repentino ha hecho que el hub que las acoge todavía no haya podido cristalizar lo mismo en sus instalaciones y está a la espera de que la pandemia sea una cosa del pasado para poder continuar creciendo en Barcelona. Una de las tantas paradojas del momento actual.
Con los hospitales colapsados por la covid-19, la telemedicina —la prestación de servicios sanitarios a distancia, a través de tecnologías como el teléfono, el correo electrónico, las videollamadas, los chats o los bots— ha sido una manera de reducir la exposición al virus y la interacción social. Se ha utilizado para detectar casos sospechosos de coronavirus y hacer seguimiento de los que eran positivos leves o contacto y se tenían que confinar en casa. Pero también ha servido para controlar a pacientes con tratamientos de larga duración, a los cuales se los monitorizaba con consultas presenciales antes de la crisis sanitaria.
Sin ningún tipo de duda, la salud digital ha crecido exponencialmente en los últimos meses, en línea con lo que ha pasado con el teletrabajo o la educación a distancia. En Catalunya, las consultas virtuales respecto a las presenciales en la Atención Primaria crecieron considerablemente desde marzo hasta medios de abril, multiplicándose por cinco, pero también una vez se superó el pico de la primera ola, según recoge BHH en un informe elaborado con Esadecreapolis.
En Catalunya, las consultas virtuales respecto a las presenciales en la Atención Primaria crecieron considerablemente desde marzo hasta mediados de abril, multiplicándose por cinco, pero también una vez se superó el pico de la primera ola
Barcelona Health Hub (BHH) se dedica desde 2018 a impulsar, precisamente, la telemedicina. Se trata de una asociación privada sin ánimo de lucro que reúne a empresas emergentes, corporaciones e inversores en un mismo edificio, con el objetivo de conectarlos entre ellos y con los diferentes agentes del sector salud, fomentar la innovación y transferir sus descubrimientos al mercado. Participan actores clave del sector como el Hospital Vall d’Hebrón, el Institut Català de Salut (ICS) o la Universitat de Barcelona (UB); startups como Adan Medical, Made of Gens y Mediktor, y grandes corporaciones com Almirall y DKV.
Un hub vacío por la pandemia que ha disparado su actividad
Antes de que empezara la crisis sanitaria, el hub ya estaba completamente lleno y estudiaba en qué pabellón del recinto modernista de Sant Pau podía expandir su actividad. “Si no fuese por la pandemia, ya tendríamos dos pabellones”, remarca el consejero delegado de BHH, Luis Badrinas. Ahora, estos planes se han parado momentáneamente, con el auge del teletrabajo como causa que perjudica, curiosamente, a un espacio que potenciaba el desarrollo de la telemedicina en un mismo espacio físico.
“Si no fuese por la pandemia, ya tendríamos dos pabellones”, remarca el consejero delegado de BHH, Luis Badrinas
Pese a ello, Badrinas continúa pensando en planes de futuro para el hub. Además de continuar creciendo en Sant Pau cuando el coronavirus lo permita, Badrinas también tiene en mente replicar el modelo del BHH en Madrid. “Estamos pensando en montar una filial allí”, explica, ya que es una ciudad donde las experiencias emprendedoras están cogiendo fuerza, después de ver el dinamismo que han dado en Barcelona.
Ubicación icónica
Cuando estaban buscando dónde ubicar el BHH, Badrinas recuerda que querían encontrar un lugar que estuviera dentro de un recinto hospitalario. Estudiaron ir al Clínic y al Vall d’Hebrón, pero Sant Pau fue el que les acabó convenciendo. El hub se encuentra en el Pavelló de Sant Manuel del Recinte Modernista de Sant Pau, que se construyó entre los años 1922 y 1925. Proyectado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner y finalizado por su hijo, Pere Domènech i Roura, el edificio cuenta con una superficie total de unos 2.500 metros cuadrados, que estuvo destinada en sus orígenes a cirugía general masculina. También ha sido la sede del Institut de la Universitat de Nacions Unides sobre Globalització, Cultura i Mobilitat (UNU-GCM) y de Casa Àsia.
Espacios de coworking, despachos y salas de reuniones se mezclan en las cinco plantas que ocupa el BHH en el Pavelló de Sant Manuel. El hub también aprovecha su terraza para organizar eventos, con una vista privilegiada, desde donde se puede ver todo el Recinto Modernista e, incluso, la Casa de Convalescència, alejada del núcleo central del recinto, donde los pacientes iban a recuperarse después de las operaciones. Como curiosidad, la incubadora que Almirall tiene en la planta subterránea, Digital Garden, da a los pasillos subterráneos para ambulancias que se idearon en un origen en el recinto para conectar por debajo los diferentes pabellones.
Más de 200 miembros
En solo dos años, el BHH ha conseguido reunir a 220 miembros, con 140 startups, 35 compañías, 38 instituciones sanitarias y universidades, y siete inversores. Destaca la participación de empresas emergentes como Adan Medical Innovation, Iomed, Cuideo, Doctoralia, Elma, Made of Genes y Mediktor; grandes corporaciones como Almirall, Asisa, Bayer, Catalana Occidente, DKV, Everis, Ferrer, Fiatc Seguros, Mapfre, Novartis, Sanitas o Zurich, e inversores como Alta Life Sciences, Braincats, Sabadell BStartup, Capital Cell y Nina Capital.
También forman parte del BHH el Institut Català de Salut (ICS), el hospital Vall d’Hebrón y el de Sant Pau, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la Universitat de Barcelona (UB), la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Blanquerna, el IESE y el TecnoCampus, entre otros socios.