Atomian, empresa pionera en computación cognitiva

Hoy en día la computación cognitiva tiene múltiples aplicaciones con un impacto real en la sociedad, pero hace quince años, cuando Miquel Montero, CEO y fundador de Atomian, empezó a desarrollar esta tecnología, se convirtió en pionero mundial y, por lo tanto, también en un visionario.

La inteligencia artificial está en auge, pero ha sido un largo e intenso camino el que ha recorrido Miquel Montero, CEO y fundador de Atomian, para hacer realidad su visión y, al mismo tiempo, su gran pasión: humanizar los ordenadores.

La tecnología que desarrolla junto a su equipo permite emular las funciones del cerebro humano combinando la ciencia cognitiva y el machine learning. De esta forma, es posible ampliar la interacción entre las personas y las máquinas a través del lenguaje natural con la intención de aportar comprensión en esta comunicación bilateral.

Hoy en día la computación cognitiva tiene múltiples aplicaciones con un impacto real en la sociedad, pero hace quince años, cuando Montero empezó a desarrollar esta tecnología, se convirtió en pionero mundial y, por lo tanto, también en un visionario.

En esta carrera de fondo, el año 2011 fue un momento especialmente decisivo, cuando consiguió el primer prototipo operativo. Además de perfeccionarlo, en los últimos tiempos ha adaptado esta tecnología en diversos sectores de actividad como la salud, la banca y los seguros.

Su perfil emprendedor está relacionado con una filosofía de vida muy definida que tiene la armonía como premisa fundamental. Es decir, encontrar un equilibrio constante entre su vida personal y profesional, lo cual hace que se sienta especialmente orgulloso.

En el contexto de la inteligencia artificial, como promotor de la revolución cognitiva, Miquel Montero confía en que todo el trabajo de investigación y desarrollo que impulsa Atomian tendrá un impacto positivo en la humanidad en términos globales.

TENDENCIAS DE LAS MÁQUINAS HUMANIZADAS

La relación entre el ser humano y las máquinas evoluciona constantemente con resultados espectaculares, como en el caso del campo visual o la gestión de datos, pero a la vertiente cognitiva todavía le queda un largo camino por recorrer, y es casi incipiente si tenemos en cuenta su potencial.

Para poder avanzar en términos de investigación, además de desarrollar tecnología, ha sido fundamental invertir tiempo de estudio para descifrar y entender el comportamiento de la mente humana. Los resultados, según Montero, han sido sorprendentes.

Una de las tendencias que más fuerza está cogiendo en el ámbito de la tecnología cognitiva es que las máquinas entenderán cada vez mejor cómo funciona nuestra mente. Esto representa un cambio de tendencia con respecto a aquello a lo que estábamos acostumbrados hasta ahora, a que somos los humanos los que comprendemos los ordenadores.

En el 2004 Miquel Montero fundó Atomian, con sede en Sant Cugat del Vallès, con el objetivo de aportar soluciones al mundo de la empresa. En términos de aplicación, la inteligencia artificial cognitiva permite automatizar procesos y mejorar la productividad de las empresas.

A pesar de que las aplicaciones pueden ser infinitas, una decisión estratégica de la compañía es centrarse en los sectores de la salud y la banca, aunque puntualmente participan en proyectos de otros ámbitos, como, por ejemplo, el de la automoción. En este caso, la tecnología permite saber cuántos coches se han vendido en comparación con la competencia, entre otras aplicaciones.

En el sector salud, han desarrollado Atomian Medical Records, una herramienta que permite mejorar la calidad asistencial y optimizar los recursos hospitalarios aprovechando al máximo toda la información alojada en los historiales clínicos.

Aunque el cine, tal como reconoce Miquel Montero, es una fuente de inspiración para el mundo imaginario de la inteligencia artificial, la visión de Atomian nos ofrece de cara al futuro esperanzadores retos de transformación de la sociedad y de las empresas. La relación entre los seres humanos y las máquinas cambiará y, de hecho, ya lo está haciendo a gran velocidad.

Son muchos los interrogantes que quedan pendientes y posiblemente sin respuestas concretas, pero de momento debemos tomar consciencia de que ya es un hecho la gran incidencia real de la inteligencia artificial en nuestras vidas y, por lo tanto, también en la comunicación.