Al fundador y director general de Arch Max, Jordi Martí, le gusta desde hace tiempo correr por la montaña. Cuando salía a correr y necesitaba equiparse correctamente, se dio cuenta de que no había mucha variedad de complementos para esta actividad física. Por ejemplo, en el caso de los calcetines, había de diferentes colores y medidas, pero no iban más allá, contemplando cuestiones como adaptarse a los movimientos que hace el pie cuando sube y baja una pendiente. Además, de los que había en el mercado, todos se producían fuera.
Ante todo esto, Martí decidió crear Arch Max en enero de 2016 con una pequeña inversión y se puso a analizar cómo podía idear unos buenos calcetines que sirvieran para hacer deporte en el exterior, pero también ayudaran a prevenir lesiones como la fascitis plantar. Se fue al Hospital de Sant Pau a investigar cómo hacerlo y acabaron validando unos calcetines deportivos que lo permitían. En poco tiempo consiguió el apoyo de podólogos, médicos y fabricantes de España y también internacionales… Incluso, se llegó a poner de moda entre los jugadores del Barça, que se los llevaron de gira.
Para Martí, la buena acogida que tuvieron los calcetines, como también los otros productos que ha ido sumando a su oferta, se entiende porque Arch Max diseña y produce desde Barcelona y la gran mayoría de sus proveedores son locales. Divide el proceso de fabricación entre las oficinas que la empresa tiene en el centro de la ciudad, donde hay un pequeño taller, y una fábrica en la avenida Carrilet de L’Hospitalet de Llobregat. Esta proximidad permite acelerar los tempos, reduciendo el tiempo que pasa entre que se tiene una idea hasta que se ve en la tienda, a diferencia de lo que se tarda cuando los productores están en Asia.
Más allá de los calcetines, Arch Max también se encarga de fabricar con material reciclado productos como chalecos y cinturones donde llevar el móvil o comida mientras se hace ejercicio por la montaña. Estos complementos deportivos han captado la atención de Adidas Terrex, de quien se ha convertido en socio técnico y se los produce desde la capital catalana. En este intercambio, Arch Max gana el poner su logo en los productos y obtener promoción internacional, mientras que Adidas Terrex puede subcontratar esta parte a una empresa especializada, que además también es de proximidad. Para entenderlo más fácil, funciona como la marca Gore-Tex, que ofrece su tecnología a otros fabricantes mientras le mantienen el logo.
La compañía suma unos 20 trabajadores, repartidos entre las oficinas y la fábrica. A pesar de la pandemia, registró una facturación de tres millones de euros en 2020. Este 2021 espera, como mínimo, mantener el nivel de ventas del año pasado. Arch Max comercializa sus productos en unos veinte países de Europa, Asia y América Latina y en Estados Unidos tiene una sede.