Agenda cultural octubre Barcelona 2018
AGENDA CULTURAL
por JACOBO ZABALO
Una selección mensual de conciertos,
artes escénicas y exposiciones.
MÚSICA Y
ARTES ESCÉNICAS
MÚSICA Y ARTES ESCÉNICAS
01 / 10 / 18
JUDITHA TRIUMPHANS, DE VIVALDI
L'Auditori - 17 de octubre
Jordi Savall vuelve al Auditori para interpretar la Juditha triumphans junto a solistas vocales de primer nivel, al frente de Le Concert des Nations y La Capella Reial de Catalunya. El despliegue sonoro de Vivaldi, su incomparable capacidad para concertar con brillantez y colorido instrumentos de familias distintas, se pone al servicio de la narración de una historia, en este Sacrum militare oratorium que también es conocido como Judit triunfa sobre la barbarie de Holofernes, con número de catálogo vivaldiano RV 644. De hecho, la pieza fue compuesta para celebrar la victoria de Venecia sobre los turcos durante el sitio de Corfú. Vivaldi la estrenó en el Ospedale della Pietà de Venecia, como tantas otras de sus composiciones.
Todos los personajes de este oratorio (el único que se conserva, de los cuatro que compuso) fueron interpretados por voces femeninas. Una obra que -explican los organizadores- “impresiona por la extraordinaria belleza de las arias y las intensas intervenciones corales, el dramatismo de los recitativos y la sorprendente variedad de combinaciones tímbricas del conjunto orquestal (a las cuerdas habituales, se les unen cinco violas da gamba, la viola de amor, cuatro tiorbas, mandolina, flautín, chalumeau, oboes, trompetas, clarines y timpani).”
JOSÉ GONZÁLEZ ACTÚA CON THE STRING THEORY
L'Auditori, 4 de octubre
El magnetismo de José González es difícil de explicar. Habitualmente aparece sólo sobre el escenario, con su guitarra. Su imagen no coincide completamente con la del cantautor -incluso si, en efecto, lo es- puesto que dota a su instrumento de una amplitud muy poco habitual, con aspiraciones más propias de conjunto.
Eso, unido a una voz que -en sus extremos- puede sonar aterciopelada o cortante, le permite una maravillosa cantidad de matices. Ha actuado en locales de medio mundo, en que su propuesta intimista funciona a la perfección, pero también en grandes templos de la música, como la Opera House de Sydney (en dos ocasiones), el Walt Disney Concert Hall en Los Angeles (también por duplicado), el Beacon Theatre en Nueva York y el Cirkus en Estocolmo. En su concierto en la Sala Oriol Martorell del Auditori se hará acompañar por un conjunto de músicos que se hacen llamar The String Theory, con los que colabora desde 2011 y que acabarán de apuntalar aquella maravillosa profundidad que esboza en sus actuaciones individuales. Se definen como “un colectivo de artistas, think tank y orquesta de cámara experimental con sede en Berlín y Gotemburgo. Desde 2007 explora los límites de la música clásica contemporánea y el pop salvaje mediante talleres colaborativos, grabaciones en estudio y actuaciones en directo. The String Theory persigue un enfoque participativo, investigando nuevas formas de colaboración interdisciplinaria, incorporando arte visual”. Con todos estos ingredientes, el concierto puede ser memorable.
Sir András Schiff
Palau de la Música, 4 de octubre
Tras el éxito de sus últimas apariciones en recital o con orquesta, como en la temporada anterior -interpretando la serie de conciertos de Johann S. Bach- en la presente el pianista András Schiff ofrece un programa no menos atractivo,
basado también en la obra para teclado del cantor de Leipzig. El plato de fuerte serán las míticas Variaciones Goldberg, compuestas por encargo, para hacer más llevaderas las noches de un aristócrata de la época, aquejado de diferentes males. Pero más allá de la anécdota fundacional, esta obra ha trascendido por su fascinante complejidad y, sobre todo, por la fantasía que despliega Bach a partir de una aria inicial. Por supuesto en la memoria auditiva de muchos están las versiones de Glenn Gould -la revolucionaria del 1955 o, más profunda e igualmente visionaria, la del 1981- así como otras con sensibilidad epocal, por ejemplo, la maravillosamente matemática lectura de Gustav Leonhardt. Pensando en el protagonista de la noche, András Schiff, no se espere ninguno de los dos extremos, sino una visión particular e introspectiva, en que el rigor y la libertad se combinan del modo más natural para el asombro y la satisfacción del oyente.
CANDIDE
Gran Teatre del Liceu, 18 y 20 de octubre
Una de las obras más originales de Leonard Bernstein es Candide. Más que como una ópera, a la usanza, es considerada opereta por el tono ligero y desenvuelto de la trama, así como por las numerosas bromas que incluye la novela de Voltaire, el texto en que se basa.
En su día se burlaba el ilustrado de las ansias de saber de los filósofos metafísicos del siglo anterior, fundamentalmente Leibniz, que está detrás de la figura del cansino Pangloss (el personaje que repite el sonsonete aquel de que “vivimos en el mejor de los mundos”, por muy desastrosa que sea la circunstancia en la que él o el joven Cándido se encuentran). El trio de protagonistas lo conforma la voluptuosamente sonora princesa Cunégonde, que cantará una de las arias más célebres y de lucimiento -“Glitter and be gay”- junto a la animosa obertura, cuyo tema se irá reencontrando en diversos momentos, siguiendo la mejor tradición operística, de Mozart a Wagner. Es una suerte que esta obra poco programada se interprete en el Gran Teatre del Liceu, los días 18 y 20. Incluso si se trata de una versión en concierto, sin escenificación, en la actualidad las dotes actorales de los cantantes logran transmitir en ausencia de atrezzo esa misma vivacidad, pudiendo el espectador entrar en la trama y participar de los avatares que atraviesan sus protagonistas, que en los papeles principales representarán los cantantes Kevin Burdette (Dr. Pangloss), Paul Appleby (Candide) y Meghan Picerno (Cunégonde), con la Orquestra del Gran Teatre del Liceu bajo la dirección de John DeMain.
Chucho Valdés Jazz Batá
Palau de la Música, 26 de octubre
El nombre de Chucho Valdés se encuentra entrañablemente vinculado al Festival de Jazz de Barcelona desde hace años. Un evento que atrae un público diverso, pues diversa es inevitablemente la mezcolanza de los elementos que componen la creación jazzística, en esencia mestiza, creada de la confluencia de culturas.
Son muchas, y memorables, las actuaciones del pianista de origen cubano, lo cual le ha llevado a ejercer desde el 2014 de padrino del Festival. En la presente edición se cumple el 50 aniversario del certamen, y el centenario del nacimiento de su padre Bebo. Una fecha muy especial, por tanto, que en la ocasión Chucho Valdés celebrará volviendo al álbum Jazz Batá de 1972. La obra, que marcó un antes y un después en la conciencia del tipo de fusión predilecta, incluía el célebre tema “Irakere”. Alguien denominó ese nuevo estilo “jazz loco”, como para denigrarlo. El efecto no fue el deseado, animando muy al contrario a su difusión, que perdura y que en Barcelona podrá disfrutarse en formato cuarteto. Al piano de Chucho se le suma Yelsy Heredia (contrabajo), Dreiser Durruthy Bombalé (percusión y voz) y Yaroldi Abreu (percusión).
EXPOSICIONES
EXPOSICIONES
01 / 10 / 18
Stanley Kubrick
CCCB, a partir del 24 de octubre
Una de las exposiciones más esperadas del año llega al CCCB, concretamente la que rinde homenaje a la carrera de Stanley Kubrick, un cineasta fundamental, autor de obras como 2001. Una odisea en el espacio, Barry Lyndon, Eyes Wide Shut, La naranja mecánica, El resplandor, La chaqueta metálica o Telefóno rojo. Volamos hacia Moscú. Quizá por la extrema meticulosidad de su forma de dirigir -el sumo cuidado en la elección de tramas, actores y bandas sonoras- el número de películas fue -o podría parecer- poco elevado; pero lo cierto es cualquiera de ellas, por sí sola, habría garantizado la inmortalidad del hacedor, habiendo creado joyas en los variados géneros que, de forma indiferenciada -con igual maestría- abordó. Estamos delante de un espécimen absolutamente único, conflictivo en su búsqueda de la perfección formal, aplicada no obstante a temas complejos, que en varios casos conllevaron el rechazo de público, crítica y hasta la censura.
Con todo, el monstruo que fue Kubrick logró escudriñar la psique del sapiens sapiens hasta límites insospechados, plasmando a través de narraciones ficticias lo que ningún discurso filosófico puede hacer entender (al menos, no con esa vivacidad). Las exposiciones del CCCB destacan por el ingenio y la sensibilidad con que fomentan la inmersión del visitante, convertido en pieza del engranaje y no mero observador enfrentado a escaparates. En este caso, la exposición, originalmente ideada por el Museo del Cine de Frankfurt, cuenta con los comisarios Hans-Peter Reichmann, Tim Heptner, Deutsches Filminstitut y con el comisario Jordi Costa Vila, encargado de su adaptación. El diseño de los espacios en el CCCB, elemento fundamental, corre a cargo de Víctor Imperial y Andrés Ibáñez. En la web se explica: “En el 2003 se permitió por primera vez el acceso al patrimonio personal de Stanley Kubrick, y se procedió a su valoración. Los archivos del trabajo de Kubrick contenían una gran cantidad de material perteneciente a todas sus películas: documentos de investigación y producción, guiones, correspondencia, fotos fijas, utilería, vestuario, cámaras y objetivos. La exposición reúne en un área de alrededor de 1.000 metros cuadrados una cuidada selección de estos objetos. Se documenta toda la carrera del director, desde sus inicios con los cortodocumentales hasta su última película, Eyes Wide Shut (1999)”.
Una cierta oscuridad
Caixaforum Barcelona, hasta el 5 de enero de 2019
“¿Por qué hay ser, y no más bien nada?” era una de las preguntas a las que llegaba Martin Heidegger al final de su exposición ¿Qué es metafísica? La formulación artística de este interrogante ontológico puede entenderse a tenor del robo de la Gioconda,
acontecido en 1911. La efigie de sonrisa inquietante, icónica en su incuestionable realidad como objeto de arte, dejó de estar ahí, dejando en su lugar una muy real ausencia. Sintomáticamente, historiadores del arte han señalado que se batió el récord de visitantes al museo después del hurto, individuos que acudían en masa para apreciar el hueco que había quedado en la pared. Inspiradas por este hecho, y por la afirmación de Duchamp (aquel irreverente e inspirado plagiador del cuadro en su obra LHOOQ) que dice “Arte no es aquello que ves. Arte es la brecha”. La serie de obras del fondo de la colección de Arte Contemporáneo “La Caixa” reunidas en la exposición Una cierta oscuridad, concebida por Alexandra Laudo en el marco del programa Comisart, ilustra esta misma idea. La reflexión en torno al papel del arte como fetiche no es nueva, pero sin duda la realidad del soporte digital -la realidad de lo virtual- supone un giro más; una nueva concepción en la problemática que reúne a creador y observador, especialmente cuando el primero es comprendido como fuente de sentido y el segundo como mero consumidor. La realidad, por supuesto, nunca es tan simple. Y la muestra Una cierta oscuridad permite avanzar en la comprensión (de la posible comprensión) de la obra de arte, poniendo el énfasis en la conciencia de la propia mirada.
Gala Salvador Dalí. Una habitación propia en Púbol
MNAC, hasta el 14 de octubre
Últimos días para asistir la exposición que protagoniza un personaje sólo aparentemente segundario. La pareja formada por Gala y Dalí dio pábulo a un sinfín de historias, a cual más desatinada, en gran medida por el carácter excéntrico -premeditadamente excéntrico, o no- del artista gerundense.
Más allá de rumores, en cualquier caso, de un tiempo a esta parte se sabe por cierto la influencia que ella, Helena Dmitrievna Diakonova -nacida en Kazan en el seno de una familia intelectual- hubo de ejercer sobre su obra. Influencia decisiva, que no mera inspiración según el dudosamente valorado “modo musa”. Ni, por supuesto, sólo como la modelo que aparece en tantos de sus cuadros. En la exposición del MNAC se reúne una buena muestra de los lienzos que protagoniza Gala, cuadros tan conocidos -verdaderos iconos, representativos de su particular surrealismo- como el Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar (1944), convertidos en estampas de poderosa significación, que pone el énfasis en la fantasía inescrutable de la psique. Apreciamos en otros de los cuadros que protagoniza guiños un tanto irreverentes a la tradición clásica, como aquel titulado La Madona de Portlligat. Gala es la mujer, la compañera de viaje que, lejos de cualquier disposición pasiva, participa activamente de la obra de aquél. Ella, que inicialmente fue pareja del poeta surrealista Paul Éluard, y conoció a artistas tan decisivos para la historia del arte contemporáneo como Max Ernst, se convierte de algún modo en coprotagonista -o cuanto menos cómplice necesaria- de esos sugerentes desvaríos, que han granjeado a Dalí la inmortalidad artística.
PICASSO DESCUBRE PARÍS
Museo Picasso, hasta el 20 de enero de 2019
Si hace poco recomendábamos la exposición dedicada a la sensibilidad que Picasso mostró hacia los alimentos y su preparación, en una exposición que invitaba a una experiencia estética más completa y activa -que la correspondiente a la mera contemplación de imágenes-
este mismo mes de octubre ya se puede visitar una nueva muestra, fundamental para entender los derroteros de su arte. En esta “Picasso descubre París” el visitante participará del periplo acometido por el joven Pablo Picasso desde su primera estancia en la capital parisina, al poder observar algunos de los principales artistas que admiró, o cuanto menos tuvo muy presentes. Piezas venidas del Musée d’Orsay y del Musée Picasso de Paris recrean arqueológicamente el clima creativo de la época, determinante para la configuración de un estilo propio, que como es sabido evolucionaría en diversos periodos. Pensamos por ejemplo en artistas de la talla de Manet, Toulouse-Lautrec, Degas, Cézanne y Gauguin, así como otros menos conocidos hoy en día pero que tuvieron su incidencia en el joven Picasso. “La selección de obras ha sido realizada a partir de una crítica de Felicien Fagus, publicada en la Revue Blanche el 15 de julio de 1901 con motivo de la exposición de Picasso e Iturrino en la Galerie Vollard, y de las obras de Pablo Picasso que hacen referencia a otros artistas”.
Natural / Artificial
Arts Santa Mònica, hasta el 21 de octubre
El binomio “natural/artificial” es tan antiguo como el hombre. Dicho de otro modo, existe desde que el género homo comienza a manipular la naturaleza para crear utensilios y dotarles de una utilidad, para la consecución de fines que básicamente le aseguran una mejor (más probable) autoconservación.
Pero, a una distancia sideral de ese alfa, de ese inicio de la condición humana, todavía el tema que el Centre d’Arts Santa Mònica plantea está dotado de un gran interés. Quizá, precisamente, porque nos encontramos del otro lado de la historia, ya con la conciencia de que apenas nada es natural, que hay que ir a buscar la naturaleza de la que el hombre cree haberse emancipado (por los mismos fines biológicos que las primeras especies que se escindieron y evolucionaron desde los primates). Hablando ya en términos artísticos, la propuesta de este Centro, caracterizado por la actualidad de sus inquietudes y su atención a los nuevos creadores, busca conectar con el público más amplio y diverso, incluyendo el infantil. No en vano la exposición forma parte de una serie de proyectos iniciados en 2011 por el Servei Educatiu de la Panera, habiendo contado asimismo con la colaboración de la Fundación Banco Santander. Los artistas reunidos -entre los cuales Antoni Abad, Martín Azúa, Curro Claret, Martí Guixé, Kaoru Katayama, Juan López, Concha Prada, Verónica Vicente, Adrianna Wallis- proponen diferentes modos de integrar esos dos mundos antagónicos, el de lo artificial y lo natural, evidenciando mediante técnicas diversas (desde la escultura con elementos tan básicos como cajas de fruta, a modo de teselas de mosaico, al videoarte), hasta qué punto se co-pertenecen, formando parte en realidad de uno sólo.