Agenda cultural Barcelona abril 2022

AGENDA CULTURAL
por JACOBO ZABALO

Una selección mensual de conciertos,
artes escénicas y exposiciones.

MÚSICA Y
ARTES ESCÉNICAS

MÚSICA Y ARTES ESCÉNICAS

 01 / 04 / 22

IMPRESCINDIBLE TRILOGíA MOZART-DaPONTE

Gran Teatre del Liceu, del 7 al 25 de abril

Una trilogía inolvidable, la creada por la dupla Wolfgang A. Mozart y Lorenzo DaPonte, podrá disfrutarse en el Gran Teatre del Liceu a lo largo del mes de abril, en tres sesiones consecutivas que se repetirán en cuatro ocasiones. Con ello se ofrece la insólita posibilidad de asistir a Le nozze di Figaro, Don Giovanni y Cosí fan tutte del tirón, un día tras otro, en las cuatro series mencionadas. Este proyecto, probablemente uno de los más importantes de la presente temporada musical -por otra parte enjundiosa, lo cual habla todavía más de su envergadura- cuenta además con la complicidad de uno de los mozartianos más ilustres, un músico reconocido por sus interpretaciones con criterios de época como Mark Minkowski, especializado en el repertorio del siglo XVIII. De hecho, irrumpió en el panorama musical, hace unos años, con sus fascinantes versiones de las últimas sinfonías de Haydn, compuestas entre 1791 y 1795. Versiones jocosas, ricas en contrastes y matices, poseídas por un nervio y dinamismo asombrosos y sin embargo no exentas de la necesaria sensibilidad, en lo que respecta al lirismo inherente a la música galante. Todo ello se reencuentra en la dramatización operística que solo unos pocos años antes, en la década anterior, había encumbrado a Mozart como uno de los nombres decisivos del género, a pesar de no ser en su tiempo de vida especialmente reconocido por ello. El mismo Da Ponte, libretista quien colaboró desde la distancia para la consecución de aquellas joyas, trabajaba simultáneamente con compositores mucho más populares en la época y hoy prácticamente olvidados, como Antonio Salieri o Vicente Martin i Soler, de quienes eventualmente se ha querido recuperar alguna ópera interesante -el caso de L’arbore di Diana, obra del segundo, programada hace ya unas cuantas temporadas en el Liceu- que sin embargo palidecen frente a la sobreabundancia creativa e inspiración del Salzburgués.

No sólo aborda Mozart temas picantes, que estimulaban en el interés de las clases más privilegiadas, en la línea de la estética que por ejemplo reflejó Choderlos de Laclos en su novela epistolar Les liaisons dangereuses, de 1782 (es decir, cuatro años anterior a le Nozze), sino que se atreve a abordar temas sociales y morales, desde el cuestionamiento de los derechos de la nobleza que ya aparecían en la obra de teatro de Caron de Beaumarchais Le marriage de Figaro o el desafío teológico inserido por Molière en clave tragicómica en su Dom Juan, que data de un lejano 1665. El tercer panel del tríptico, que corresponde al carnavalesco Cosí fan tutte, refleja algunos de los principios del libertinaje, como práctica epocal, pero también una gestión del eros que no entiende de momentos históricos. El juego de poner a prueba a sus amantes en clave de apuesta, además de cruel se confirma imprudente, al cobrarse el precio de una verdad solo apenas presentida, y que habla de la natural volatilidad de hombres y mujeres, en lo que respecta a las cuestiones del afecto comúnmente llamado “amor”. Evidentemente, el medio musical colabora de forma inconmensurable con la credibilidad de tramas que por momento podrían sonar inverosímiles, y que el espectador puede llegar a disfrutar como si formaran parte de su mundo. En la ocasión, la dirección de escena de las tres obras corre a cargo de Ivan Alexandre, con un sobrio pero efectivo -y, de nuevo, “creíble”- diseño escénico y vestuario de Antoine Fontaine. El elenco de cantantes reunido en las tres obras es de primer nivel, con algunas interesantes repeticiones, en roles distintos. La mezzo Angela Brower, por ejemplo, caracterizará a Susanna y a Dorabella, mientras que Alexander Duhamel, que recientemente intervino en una función de Pelléas et Melisande, cantará los roles de Don Giovanni y Don Alfonso. La soprano Ana Maria Labin, por su lado, aparecerá como Fiordiligi y como la condesa de Almaviva. Finalmente, Robert Gleadow, que asumirá de entrada el rol de Fígaro, representará asimismo los de Leporello y Guglielmo en Don Giovanni y Cosí fan tutte respectivamente.

BACH SEGÚN HERREWEGHE

Palau de la Música, 12 de abril

Es tradición programar en fechas cercanas a la Pascua alguna de las Pasiones que Johann Sebastian Bach compuso, siguiendo su habitual entrega a la fe luterana y con el servicio al calendario litúrgico siempre en

mente. En la presente temporada desde el Palau de la Música Catalana se ha optado por invitar a uno de los nombres fundamentales de la música antigua en los últimos tiempos, como es el director belga Phillippe Herreweghe. Los asiduos al templo modernista tienen muy presente su modus operandi, la escrupulosidad con que desentraña el sentido original de la partitura, buscando un sonido fiel y al mismo tiempo incontestablemente expresivo. Reconocida por muchos como la Pasión más imponente de Bach, por su extensión y por los espectaculares pasajes en que el coro se erige en protagonista absoluto, la que se inspira en el Evangelio de Mateo fue estrenada el Viernes Santo de 1727 y desde entonces “no ha cesado de impresionar a generaciones de las más variadas procedencias e incluso creencias, con su poderosa combinación de música y texto, que la convierten en una pieza a la vez compleja, directa y catártica”.

II CICLO DE CÁMARA EN SARRIÀ

Teatre de Sarrià, 27 de abril

La segunda edición del Cicle de Música de Cambra se inicia en abril con un concierto especialmente interesante, que protagonizará la violinista Maria Florea

junto a la pianista Maria Canyigueral, a quien entrevistamos el año pasado, por ser alma mater de un proyecto desplegado bajo el auspicio dels Amics de la UNESCO en el Teatre de Sarrià i la iniciativa del divulgador musical Joan Vives. Con un programa exclusivamente dedicado a la producción mozartiana, en el concierto del día 27 se podrán escuchar tres de sus sonatas para violín y piano más lucidas, concretamente aquellas correspondientes a los números de catálogo Köchel 301, 304 y 454. Siendo tan vasta y variada la producción de Wolfgang A. Mozart, estas deliciosas piezas han quedado en gran medida relegadas a un segundo plano, en contraste por ejemplo con las que compuso Beethoven para los mismos instrumentos. Y, sin embargo, en los diálogos inter pares que promueve el de Salzburgo encontramos ya las románticas ansias por comunicar sentimientos y salirse del elemento clásico, aun guardando el equilibrio desde la infinidad de juegos de espejos y arrebatos falsamente improvisados por parte de los artífices. A lo largo del 2022 se sucederán otros eventos a tener muy en cuenta en el marco del mismo ciclo, con protagonistas de renombre internacional que repiten participación, como en el caso de Arnau Tomàs y Abel Tomàs -miembros del Cuarteto Casals- Lana Trotovsek o Isabel Villanueva. La lista de violonchelistas incluye asimismo los nombres de Pau Codina, Ramon Bassal o Sebastien Hurtaud, mientras que se incorporan las voces del tenor David Alegret y la mezzo Cristina Segura. Junto a la propuesta camerística de Wolfgang A. Mozart, en fechas siguientes se podrán escuchar obras de Ludwig van Beethoven, Robert Schumann, César Franck, Claude Debussy, Maurice Ravel e incluso de compositores contemporáneos como Jordi Cervelló -de quien se estrena una pieza- en un concierto presentado por Benet Casablancas.

MORCHEEBA

Sala Razzmatazz, 2 de abril

Morcheeba es uno de los grupos pioneros de la música electrónica que se popularizaría como Trip Hop, junto a los nombres -no menos populares- de Massive Attack o Tricky. A diferencia de otros artistas, sin embargo, la presencia del blues

y el pop se hace más evidente en este conjunto a lo largo de su extensa carrera, iniciada a principios de los años 90. En ocasión de su último disco, Blackest Blue, tendrá lugar en la sala Razzmatazz el concierto originalmente programado el año pasado. Un trabajo que se dio a conocer con el single Sounds of Blue y que condensa las mejores cualidades de las bandas, resumidas en sonido que los organizadores describen como “electrónico/orgánico” y que -más allá de definiciones- crea atmósferas oníricas, en que el oyente se siente transportado.

SASHA WALTZ / PALOMA MUÑOZ

Mercat de les flors, del 7 al 9 y del 28 al 30 de abril

El principal escenario de la capital catalana explícitamente consagrado a la danza contemporánea, en un sentido amplio, ofrece en el mes de abril espectáculos sumamente recomendables, entre los cuales destacamos dos. Del 7 al 9 el público barcelonés tendrá la ocasión de disfrutar con una compañía mítica -Sasha Waltz- que ha estado a la vanguardia de las nuevas tendencias en las últimas décadas. La compañía alemana bailará una composición de Terry Riley que data de 1964 -In C- y que, además de ser descritas como “semi-aleatoria”, es considerada la primera pieza minimalista de la historia

de la música. En este sentido, precisan los organizadores del Mercat de les Flors que “Sasha Waltz y sus bailarines han desarrollado un material coreográfico que sigue una estructura variable parecida a la composición y que la deja abierta siempre”, con una extensión que asimismo fluctúa, dando cabida a la improvisación de los bailarines a partir de una estructura común. Mucho más programática, pero aún así evocadora de la sensación de libertad que aquella obra traslada, la otra función recomendada corre a cargo de Paloma Muñoz, del 28 al 30 de abril. Una pieza que desde el título L.E.V.E. -acrónimo que condensa la expresión Light and Easy Vanishing Event- señala su línea de experimentación: “Este trabajo parte de la idea de ligereza para indagar en lo inconsistente, fugaz y provisional en relación con nuestro cuerpo y nuestras interacciones”. El video promocional de la página web muestra, mediante la aplicación de técnicas digitales, el efecto evanescente, la fascinante ubicuidad que se quiere promover desde el movimiento, elevando preguntas acerca de la realidad de lo físico y la potencialidad de los cuerpos. El carácter efímero de lo vivo, el culto a la inmediatez, la avidez de novedades y la presencia de comportamientos compulsivos en nuestro día a día son otras de las cuestiones que evocadas por el baile de un modo que despierta la atención -cuando no la perplejidad- del espectador.

LA INVENTIVA DE GABRIELA MONTERO

Palau de la Música, 20 de abril

Una pianista única, no solo por la técnica excelente que demuestra en sus conciertos y recitales, sino también -y, quizá, sobre todo- por su capacidad para improvisar y desarrollar cualquier tema que se le proponga. Junto al programa estipulado de antemano, los organizadores del Palau señalan que en la velada la artista explotará esa rarísima cualidad.

El programa señala, así, la ejecución de “Improvisaciones sobre temas pedidos por el público”. Algo relativamente común en el mundo del jazz, y también de la clásica en otras épocas (se ha escrito que las fantasías mozartianas son piezas que de algún modo reproducen esos arrebatos de libertad creadora que podían producirse asimismo en ocasión de las cadencias, en momentos puntuales de conciertos para un instrumento en que la orquesta cede por completo el terreno al lucimiento del solista) pero, en cualquier caso, muy poco habitual en la actualidad. Gabriela Montero estará sola en el escenario del Palau, acompañada desde el otro lado por un público que ya ha podido disfrutar con su intensidad como intérprete de piezas fundamentalmente románticas, ricas por tanto en contrastes afectivos. El repertorio escogido para la ocasión refleja los vaivenes emocionales en la antológica Kreisleriana de Robert Schumann. Pieza inspirada por el personaje imaginario que concibió el autor de relatos fantásticos Ernst Theodor Amadeus Hoffmann; quien, como su tercer nombre indica fue un gran melómano, además de eventual compositor y de crítico musical (asistió a diversos estrenos de sinfonías de Beethoven). A la dramatización musical de la compleja personalidad de Kreisler por Schumann se le sumarán dos piezas de Chopin no menos ricas en términos rítmicos y armónicos, como son la Balada núm. 3, en La bemol mayor, op.47 y la Polonesa-Fantasía, en La bemol mayor, op. 61. A modo de presentación, la pieza que elocuentemente inaugurará la velada será la fascinante adaptación que Busoni hiciera de la extensa y compleja chacona con que Johann Sebastian Bach concluye su Segunda partita para violín, un ejercicio de trasposición que busca mantener el virtuosismo del instrumento de cuerda en su versión para teclado.

EXPOSICIONES

EXPOSICIONES

 01 / 04 / 22

VIAJES DE STEVE McCURRY

Fotonostrum, hasta el 7 de mayo

“Me esfuerzo por lograr imágenes individuales que queden grabadas en la memoria de las personas”, ha manifestado Steve Curry, uno de los más reputados fotógrafos que han trabajado para National Geographic. Su instantánea Afghan Girl, seguramente la más icónica de cuantas publicara -portada de la revista de junio de 1985, y considerada como la “Mona Lisa del tercer mundo”- se ha convertido en paradigma de su propuesta artística, que busca no sólo fijar el instante sino abrir los ojos a otras formas de experimentar y concebir la realidad. Así, las imágenes de sus viajes sorprenden por la elocuencia de la información contextual que condensan, como haciendo de su cámara el instrumento que focaliza y captura la esencia del tema, al tiempo que trastoca la manera de comprender la vida desde el canon occidental. Aunque hermosas, la pregnancia de sus instantáneas no se fundamenta en la belleza, ni en su evidente exotismo. De hecho, desafía el carácter de mera “estampa” aquel cuestionamiento de la propia mirada, que -como ha manifestado McCurry- trasciende fronteras: “mi vida está marcada por la necesidad urgente de vagar y observar, y mi cámara es mi pasaporte”. Hasta el 7 de mayo se podrá ver en el centro Fotonostrum la primera exposición del fotógrafo norteamericano organizada en Barcelona. Un total de 80 imágenes que los organizadores no han dudado en vincular a la novela de Julio Verne (La vuelta al mundo en 80 días): “En los últimos cincuenta años, el fotógrafo estadounidense Steve McCurry ha viajado por el mundo como un Phileas Fogg moderno, capturando su audaz y única interpretación visual de la condición humana en la cámara”. Impresas en gran tamaño, y realizadas entre 1981 y 2019, las fotografías reunidas poseen características similares -“composición, color y contraste”, señalan los organizadores- así como un denominador común: “la humanidad, que capta y coloca como foco central de la imagen”.

PICASSO, PROYECTO AZUL

Museo Picasso, hasta el 4 de septiembre

A partir del 5 de abril, y hasta principios de septiembre, el Museo Picasso de Barcelona ofrece una exposición centrada en la etapa azul del creador malagueño, con la peculiaridad de mostrar los esbozos y materiales previos que demuestran la conciencia de su imaginación creadora. El museo barcelonés tiene en su fondo maravillosos ejemplos del periodo en cuestión, y así la presente exposición pretende mostrar “estudios técnicos” de algunas de las obras de la colección.

Comisariada por Reyes Jiménez, responsable del Servicio de Conservación Preventiva y Restauración, se pone el foco en “el proceso creativo -precisan los organizadores-, los materiales constitutivos y la distribución de las capas de color, hasta la contextualización y la interrelación entre obras del mismo período o de períodos anteriores, en el caso de las telas reutilizadas, pasando por las estrategias de conservación”. Se trata por tanto de una aproximación tanto al background de la tarea propiamente artística, por parte de Picasso, como a la investigación museística, en colaboración con como el Departamento Científico de la National Gallery de Washington —que ha analizado la obra Jaume Sabartés con quevedos (1901) y Naturaleza muerta (1901)—, o en el marco del proyecto de investigación PROMESA del Istituto Nello Carrara de Florencia, que se ha centrado en estudio de La copa azul (1903). Con todo, se trata de una muestra en esencia visual y accesible para todos los públicos, con “una vertiente muy divulgativa y con la incorporación en las salas de soportes tecnológicos y de técnicas digitales que facilitan la difusión de la documentación”. Como novedad destacable, decir que la muestra exhibe asimismo un dibujo -El ciego- adquirido en época reciente por el Ayuntamiento de Barcelona. Los organizadores señalan la relevancia de esta obra en los siguientes términos: “Picasso realizó este dibujo en Barcelona en 1903, en plena época azul, y está indiscutiblemente vinculado a obras maestras de ese momento como La comida del ciego (Metropolitan Museum of Art) y El mendigo ciego (Fogg Art Museum, Universidad de Harvard). Se trata de una pieza que indiscutiblemente complementa el discurso de obras de ese momento crucial de la etapa de juventud del artista”.

LUNA DE LOTUS

Monasterio de Pedralbes, hasta el 17 de abril

Últimas dos semanas para descubrir la obra de la poetisa, calígrafa, ceramista y pintora Ōtagaki Rengetsu (1791-1875), que protagoniza la exposición en el Monestir de Pedralbes. Desconocida para el gran público en occidente, es una de las figuras más creativas del siglo XIX en Japón. Los organizadores ofrecen explicaciones biográficas que contextualizan su contribución artística y permiten enmarcar su propia evolución espiritual: “después de vivir la trágica pérdida de sus dos maridos

y de cuatro hijos, a los 33 años renunció a la vida secular para abrazar plenamente el budismo. Fue entonces cuando adoptó el nombre de Rengetsu, literalmente Luna de Loto, para vivir la impermanencia del mundo desde la espiritualidad y la experiencia artística”. Lo que parecerían disciplinas distintas -las arriba mencionadas: poesía, caligrafía, cerámica y pintura- convergen en el acto creador, en la creación de un sentido que trasciende lo físico incluso cuando se apoya en el trabajo con materiales que provienen de la tierra, como evidencia la presente exposición con una muestra generosa de su arte. El carácter fluctuante de la realidad contrasta falsamente con la fijación de la imagen, del trazo en forma de caligrama, de la poesía visual. Son todas ellas, como el moldeado de recipientes, metáforas de la evanescencia que constituye la vida misma dando cabida a todo y nada, a una forma de plenitud que no puede ser materialmente colmada y que el pensamiento occidental solo atisba o se acerca a concebir a través de una dialéctica no resolutiva, contraria a toda forma de pragmatismo.

ISIDRE MANILS, UNA RETROSPECTIVA

Fundación Vila Casas, hasta el 15 de mayo

La frontera que separa lo que se ve de lo que se intuye es mínima, hasta el punto de que ambas percepciones funcionan en ocasiones como sinónimas. La ambigüedad inherente a su confusión, o a la práctica imposibilidad deslindarlas, ha sido explotada por Isidre Manils a lo largo de su carrera con una simplicidad y modestia que lo alejan de los discursos filosóficamente altisonantes, y al mismo tiempo permiten que el espectador conecte casi sin saberlo con su propia creatividad, al enfrentarse y completar el sentido sugerido por la obra.

Elocuentemente titulada Fora de camp (“Fuera de campo”), la exposición que la Fundació Vila Casas le dedica hasta el 15 de mayo, “aborda distintos aspectos de su trayectoria entrelazando puntos de encuentro entre los diferentes soportes en los cuales reposa su pintura”. Comisariada por Natàlia Chocarro, evidencia el compromiso del artista, que exhibe en los lienzos su pasión por el arte de las imágenes en movimiento. Explican desde la Fundació que, “con una mirada anclada en el mundo cinematográfico al que accede cuando todavía es un niño ¬–la familia era propietaria del cine Ateneo, muy cerca de la casa familiar–, la obra del pintor bascula entre la ocultación y la (des)ocultación, entre la ausencia de una presencia y 'acoplamientos' de imágenes aparentemente inconexas de las cuales destila una gran sensualidad”. La dialéctica de la visión, que Victor Stoichita trabajó en su breve y magistral Ver y no ver (ed. Siruela), inspirado de entrada por el cuadro de Manet Le chemin de fer, se halla en las artes que más interesan a Manils, quien ha afirmado que "la pintura y el cine son los dos grandes artes de la mirada", decantándose por la quietud de la primera y practicando con una paleta y técnicas sumamente distintas el tour de force que desplegó el impresionismo, a saber, el consistente en dar a entender el movimiento (de la mirada) desde una representación estática, que en última instancia requiere la presencia del espectador para completar con su vivencia la naturaleza de lo representado.

MARGUERITE DURAS EN LA VIRREINA

La Virreina, hasta el 10 de octubre

Recordaba el novelista cubano Pedro Juan Gutiérrez en Estoico y frugal, una de sus últimas obras publicadas en Anagrama, la deriva autodestructiva de la novelista Marguerite Duras, que en su última etapa vivía “recluida” en un palacete a las afueras de París ajena a la “farándula” pero con apariciones puntualmente escogidas -parece sugerir Gutiérrez- para dar visibilidad a su condición de artista y poder proseguir con su personalísima dinámica.

La conciencia que tenía de la ascendencia de su persona en la sociedad queda reflejada en la exposición de La Virreina, en que es caracterizada como “un icono popular” por su ingente obra -cincuenta y seis libros, diecinueve películas y doce guiones cinematográficos, y una producción televisiva poco investigada- con una influencia más que notable en la literatura y el cine europeos de la segunda mitad del siglo XX y, en gran medida debido a su carisma y su entrega a la causa literaria: “a pesar de esta egomanía destructiva -explica de Duras el autor cubano- era capaz de liberarse y escribir desde las entrañas, entregarse totalmente sin dejar espacios de protección, algo que muy pocos escritores están dispuestos a hacer”. La muestra de La Virreina, que podrá visitarse durante una larga temporada, ofrece una imagen poliédrica de la autora de la popular novela L’amant: “articulada en torno a nueve ejes temáticos, la muestra añade en cada uno de ellos films que dan cuenta de la experimentación audiovisual llevada a cabo por Marguerite Duras, sus modos de añadir nuevos vínculos semánticos entre imagen y texto”. Se trata de un recorrido por sus experiencias más intensas, ilustradas con materiales gráficos y audiovisuales que ponen de relieve la grandeza de su contribución y el alcance de las polémicas en qué participó, desde el colonialismo a las reivindicaciones del mayo del 68, pasando por su papel en defensa del feminismo, o episodios como el correspondiente a su expulsión del partido comunista francés por «ninfómana, arrogante y de moral suelta», o su vinculación con algunos de los principales nombres de la nouvelle vague.

Sé el primero en recibir las novedades de la agenda cultural: