Descubrir y desarrollar moléculas innovadoras para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson o el Alzheimer. Esta es la misión que persigue Accure Therapeutics, biotech instalada en el Parc Científic de Barcelona (PBC) que, a partir de moléculas que todavía no han sido probadas en humanos, lideran los diferentes ensayos clínicos para que nuevos medicamentos puedan llegar al mercado. Concretamente, la empresa se focaliza en el desarrollo de tratamientos para enfermedades del sistema nervioso central, unas patologías para las que todavía existe “un gran vacío de fármacos en el mercado”, defiende el director de proyectos de la biotecnológica, Roger Prades.
Sin embargo, la empresa solo se encarga de descubrir estas nuevas moléculas y, una vez se han completado los ensayos clínicos, “pasa el testigo” a una compañía farmacéutica para iniciar la comercialización de estos tratamientos para enfermedades del sistema nervioso central. Actualmente, la empresa está desarrollando su segundo fármaco (ACT-02), centrado en el tratamiento del Parkinson. Un tratamiento innovador y novedoso ya que todos los medicamentos existentes para esta enfermedad son sintomáticos, es decir, que sirven para controlar o tratar un síntoma concreto de la patología, pero, en cambio, no son capaces de alterar la progresión de la enfermedad o incluso parar su degeneración. “El Parkinson es una enfermedad compleja, en la que no existe un solo mecanismo o vía alterada, sino que es un círculo vicioso donde hay varias partes alteradas, por lo que su tratamiento debe ser multifactorial”, afirma Prades.
Precisamente, el fármaco que están desarrollando tiene el propósito de poder atacar diversas dianas para tratar esta enfermedad. Se trata de un fármaco, administrado al paciente por vía oral una vez al día, capaz de inhibir la prolil-endopeptidasa (PREP), con posibilidades de detener el empeoramiento de este trastorno. Este medicamento se encuentra en fase preclínica avanzada, por lo que en un año podría empezarse a testar primeramente en humanos sanos, para demostrar su seguridad y la tolerancia de las personas al fármaco, y posteriormente en pacientes con Parkinson, antes no pueda iniciarse su comercialización.
Para llevar a cabo estos ensayos regulatorios, según la normativa europea y americana, la biotecnológica ha recibido una subvención de 1,12 millones de dólares (casi un millón de euros) de la organización del actor norteamericano Michael J. Fox (Michael J. Fox Foundation for Parkinson’s Research), quien fue detectado prematuramente de esta enfermedad. Esta subvención se complementa con los 480.000 euros aportados por el programa FNR BRIDGES, gestionado por el Fonds National de la Recherche de Luxemburgo (FNR). Con esta financiación, y la previsión de iniciar los ensayos en 2026, la distribución de este medicamento podría iniciarse en 2027 o 2028, momento en el que la empresa buscaría una farmacéutica interesada en la comercialización del producto.
Sin embargo, la empresa Accure Therapeutics podría llegar a acuerdos con una compañía distribuidora incluso antes de completar los correspondientes ensayos clínicos. Este fue el caso del primer fármaco que desarrollaron (ACT-01), para el que se firmó, en 2022, un acuerdo de licencia para la comercialización exclusiva con la biofarmacéutica suiza Oculis. Se trata de un neuroprotector que se diseñó originalmente para el tratamiento de la esclerosis múltiple, pero que también puede aplicarse para proteger al nervio óptico ante afecciones como la neuritis óptica aguda o el glaucoma, previniendo la pérdida crónica de la visión. Así, el fármaco se administra por vía intravenosa a los pacientes que presentan estas afecciones y ayuda a parar el deterioro de la agudeza visual.
Además de estos medicamentos, Accure Therapeutics también se encuentra en fase de desarrollo de un tercer fármaco (ACT-03) para el tratamiento de la epilepsia post-traumática. A diferencia de los tratamientos que ya se encuentran en mercado, este no persigue el objetivo de prevenir o tratar las convulsiones, sino que se trata de un medicamento para detener la epileptogénesis, es decir, el proceso por el cual un cerebro, que hasta el momento no había presentado signos epilépticos, desarrolla este trastorno tras un evento traumático, una intoxicación por alguna sustancia o una fiebre alta.

“Este es un enfoque innovador, ya que el tratamiento no solo se puede aplicar a las personas que ya padecen epilepsia y a las que los existentes fármacos anticonvulsivos no les funcionan, que son un 30% de los casos, sino que incluso puede servir para evitar este trastorno”, ha defendido Prades. Para este medicamento, la compañía Accure Therapeutics ha recibido una subvención de un millón de euros del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del Gobierno a través de su programa Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación 2021-2023.
La empresa Accure Therapeutics nació en 2020 —a partir de la integración de Iproteos, spin-off de la Universitat de Barcelona (UB) y del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), y Bionure, spin-off del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)— y se instaló en los laboratorios del Parc Científic de Barcelona (PCB). Para su fundación, la compañía cerró una ronda de financiación de 7,6 millones de euros liderada por Alta Life Sciences y respaldada por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI).