Emprendedoras e inversoras en un acto de Sheblooms.
BARCELONA STARTUP WEEK

Emprendedoras pisan fuerte para revertir la brecha de género del ecosistema startup

Las mujeres representan en torno al 20% de los fundadores de empresas emergentes desde hace cerca de una década, y el dato se agrava al hablar de inversión: sólo el 2% del capital riesgo va a startups fundadas por mujeres. Para revertirlo, emprendedoras, inversoras e instituciones impulsan medidas ante unas cifras hasta ahora inamovibles

Catalunya cuenta con cerca de 2.300 startups que generan una facturación de más de 2.330 millones de euros y dan empleo a más de 22.800 personas. El ecosistema emprendedor sigue expandiéndose, y lo hace con una gran asignatura pendiente: la infrarrepresentación de las mujeres en el ecosistema y en prácticamente todas sus facetas persiste, con cifras estancadas desde hace una década.

De hecho, las mujeres representan en torno al 20% de los fundadores de startups tanto a nivel catalán como estatal e incluso europeo, en una proporción que poco ha cambiado en los últimos diez años. Además, este 20% tiene en cuenta a mujeres que emprenden en solitario y junto a otras mujeres, y también en equipos fundadores mixtos; si se contempla la cifra de startups fundadas solo por mujeres, las cifras se reducen aún más, y es que sólo una de cada diez empresas emergentes están fundadas únicamente por mujeres. Hay un dato positivo: existe una tendencia al alza en este sentido, y es que se ha pasado del 6% en 2022 al 10% actual. No obstante, el aumento se ha producido no en detrimento de las startups fundadas por hombres, sino a base de reducirse las de equipos mixtos, que han pasado del 35% al 31%. Los equipos fundadores íntegramente masculinos se mantienen estables en torno a un aventajado 60%, según el Mapa del Emprendimiento 2024, elaborado por South Summit en colaboración con IE University.

Así, cerca de dos tercios de las startups que se impulsan en Catalunya —y a nivel estatal— carecen de mujeres en el equipo fundador, como destaca el Senior Startup Manager de Acció, Oriol Sans. Como constatan estudios de la agencia para la Competitividad de la Empresa de la Generalitat, el 72% de las startups catalanas cuenta con al menos una mujer entre su plantilla, en una situación en la que “la representación de las mujeres en el panorama emprendedor dista mucho de la que le corresponde por el peso que tiene en la sociedad”. En un camino que apenas se está empezando a recorrer, se han dado algunos pasos y, como asegura Sans, el hub de startups con más porcentaje de mujeres fundadoras es, precisamente, el de Barcelona, con un tímido 21,9%, frente al 18,4% de la media de estas ciudades a nivel europeo.

Sin embargo, las empresas fundadas por mujeres fracasan menos que las creadas sólo por hombres, con un 28% frente a un 59%, según el mismo estudio. Una realidad que favorece la rentabilidad a los inversores. No obstante, las startups fundadas por mujeres reciben sólo el 2% de la inversión de capital privado. La brecha tiene implicaciones en todos los ámbitos, también en las ventas de startups invertidas —las operaciones conocidas como exits—, y es que las emprendedoras que han vendido su startup son el 24% del total de fundadoras, por debajo del 36% de los emprendedores masculinos. Las diferencias van desde las empresas emergentes de recién creación hasta las más consolidadas e incluso unicornios: a nivel europeo, 35 startups impulsadas por mujeres han alcanzado la valoración de los mil millones de dólares, una cifra aparentemente positiva hasta que se enmarca en los cerca de 300 unicornios impulsadas por hombres que han emergido en Europa. De nuevo, las compañías lideradas por mujeres representa solamente un 10% del total.

La causa de esta infrarrepresentación de la mujer en el ecosistema es multifactorial, y tiene como base las desigualdades estructurales que siguen empezando dentro del hogar y que mantienen implicaciones el ámbito laboral, como destaca Blanca Ochoa, presidenta y cofundadora de la red de business angels WA4Steam. Más allá de las causas sociales subyacentes, una de las primeras causas se encuentra a la vez en una de sus consecuencias: la baja financiación que reciben las startups impulsadas por mujeres. Con sólo este 2% de la inversión de capital privado para estas empresas a nivel estatal, esta realidad es una constante a escala global. A nivel internacional, la inversión de fondos de capital privado en empresas emergentes dirigidas por mujeres se situó en torno al 3%. La red de WA4Steam nació en 2015 precisamente para combatir esta cifra, y agrupa a mujeres que invierten en startups con liderazgo femenino en los ámbitos de la ciencia o la tecnología.

“Cada vez hay más mujeres emprendedoras, pero hay mucho camino por recorrer, y necesitamos a más inversoras para que más emprendedoras reciban inversión”, defiende la inversora y consejera independiente Helena Torras. Y es que, por naturaleza, las personas tienden a apostar por sus similares. Este hecho lleva a confiar en personas parecidas a uno mismo, lo que en el panorama emprendedor se traduce en que, si la gran mayoría de inversores son hombres, la gran mayoría de startups que recibirán inversión estarán lideradas también por hombres —algo que puede aplicarse en otros muchos ámbitos, incluida la etnia o la clase social—. Por este motivo, “es crucial que haya más mujeres inversoras para que haya más emprendedoras financiadas y más casos de éxito en los que puedan verse reflejadas otras mujeres”.

La co-CEO de Fabbric, Alba Rocafort, en un ‘pitch’ en Sheblooms.

Precisamente ahí radica otra de las principales causas para esta brecha: la falta de referentes femeninos. Como destaca la cofundadora y CEO de la premiada startup Fabbric, Alba Rocafort, al inicio de su trayectoria carecía de “role models que me inspiraran para emprender”. Así, “es importante que existan referentes que motiven a mujeres a empezar y a crear sus propias startups, y demostrar que es posible hacerlo”.

Así, el bajo nivel de inversión que reciben las emprendedoras limita el éxito de sus startups, lo que a su vez dificulta que más mujeres se sumen al panorama inversor, y que comporta a una presencia eminentemente masculina en este ámbito, y vuelta a empezar. Como subraya el fundador y director de Capital Cell, Daniel Oliver, se trata de un círculo vicioso; es un engranaje bien engrasado que deja fuera a las mujeres. Tanto es así que, aunque asegura que buscan a inversoras para su plataforma de inversión en crowdfunding, el 80% siguen siendo hombres.

Emprendedoras trabajando en Barcelona Activa.

Emprendedoras e iniciativas de todos los ámbitos van minando este círculo, pero no se trata sólo de mejorar las cifras, sino del ritmo en el que se trabaja para lograrlo: “El debate a veces es la rapidez, si se puede imprimir más velocidad para alcanzar una cifra más representativa de la sociedad”, destaca Sans.

Para ello, diversas iniciativas atacan a ese círculo vicioso con el objetivo de romperlo o, al menos, deformarlo. Desde fondos de inversión liderados por mujeres o enfocados a startups de impulso femenino hasta comunidades de fundadoras, pasando por programas y galardones que ponen el foco en sus empresas emergentes. Iniciativas como la de WA4Steam, los programas de Barcelona Activa, la Diputación y Acció enfocados a mujeres, y comunidades como Sheblooms impulsan la emprendeduría en femenino desde Barcelona, y se interrelacionan con iniciativas que han nacido más allá de Catalunya, como la de Women Startup Awards, la comunidad de emprendedoras de habla hispana Female Startups Leaders, y la europea Women TechEU, entre muchas otras.

Barcelona contribuye en este push de la emprendeduría femenina con iniciativas originadas en la propia ciudad y que tienen una mirada internacional. Con el objetivo de dotar a fundadoras de recursos clave para impulsar y consolidar sus proyectos, con el foco en la inversión, Sheblooms cuenta con una red de 800 inversores, como resalta la directora de la comunidad recién creada, Virginie Rogé. La comunidad de Sheblooms, que opera desde principios de año en Barcelona, cuenta ahora con un millar de miembros. Para maximizar la inversión que llega a startups con sello femenino, Sheblooms organiza pitch shows en los que emprendedoras exponen sus proyectos ante inversores. Como detalla Gerard Oller desde Sheblooms, han organizado desde febrero una sesión en Barcelona, donde tienen las oficinas, y otra en Madrid, y ya tienen previstas otras dos, en Málaga y de nuevo en Madrid. Los pitch shows van precedidos de unas jornadas en las que las emprendedoras que pitchean se preparen con mentores y expertos en áreas como oratoria y presencia escénica, como una especie de “campo de entrenamiento” para maximizar sus posibilidades de despertar el interés de los inversores.

Con el objetivo de movilizar más inversión, Sheblooms explora la posibilidad de crear un fondo propio a medio plazo. Esta voluntad se enmarca en un conjunto de iniciativas que se impulsan desde el ámbito inversor para tratar de ir cerrando la gran brecha actual, como las que promueve Ship2B. De hecho, la fundación lanzó el primer programa de aceleración en España dirigido a mujeres con proyectos de emprendimiento social, el Women Challenge. También creó la primera red de mujeres inversoras y mentoras de impacto, integrada por directivas y empresarias, como explica la cofundadora y managing partner de Ship2B Ventures, Maite Fibla. “Estas iniciativas transformaron nuestra forma de operar, integrando de manera transversal la perspectiva de género en todos nuestros programas”, añade. Como resultado, “en las aceleradoras de la fundación, el número de mujeres emprendedoras prácticamente alcanza la paridad, al igual que el porcentaje de mentoras y ponentes en nuestros eventos, donde el talento femenino ha ganado voz y visibilidad”, recalca.

Iniciativas como la de WA4Steam, los programas de Barcelona Activa, la Diputación, Acció y Ship2B enfocados a mujeres, y comunidades como Sheblooms impulsan la emprendeduría en femenino desde Barcelona

Dentro de un ecosistema inversor mayoritariamente masculino, hay algunas excepciones, como la barcelonesa Asabys Partners. Como destaca su responsable de Inversión y Desarrollo Corporativo, Maite Malet, el portfolio de la firma de inversión se distribuye en un 50% entre hombres y mujeres, y el 41% de las CEO o fundadoras de sus participadas son mujeres. Además, también representan más de la mitad del equipo de la firma, centrada en ciencias de la vida y healthcare. “Hay que dar más voz a emprendedoras e inversoras para que las mujeres tengan más referentes, para que vean que es factible”, recalca Malet. Según ella, otro punto clave es trabajar para asegurar que las grandes empresas aplican políticas de conciliación —dirigidas, claro, tanto a mujeres como a hombres—, con el fin de que esta cuestión no represente un freno en la carrera profesional o en las aspiraciones laborales.

Las iniciativas para avanzar en esta dirección no se limitan al ámbito privado, sino que se impulsan desde hace años desde las instituciones públicas. “Queremos promover el liderazgo de las mujeres, y por eso contamos con programas que quieren avanzar hacia un escenario que amplíe la igualdad de oportunidades”, destaca la directora ejecutiva de Negocio y Emprendeduría de Barcelona Activa, Itziar Blasco. Con el programa Lidera como emblema, la agencia de desarrollo de la capital catalana pone el foco tanto en emprendedoras como en profesionales y directivas, con mentorías, talleres de áreas específicas y networking. Y lo hace con un doble objetivo: formar a las profesionales, y también poner de manifiesto esta brecha de género, para que “la sociedad sea consciente de la realidad que vivimos, y de que queda mucho camino por recorrer”.

Acto de Sheblooms para dinamizar el ecosistema y levantar capital para fundadoras.

Desde Acció, la Generalitat también prioriza la emprendeduría femenina con programas como Dona Emprèn, y la Diputación de Barcelona juega su papel con políticas para fomentar el liderazgo de las mujeres en este ámbito. Además, la estatal Enisa cuenta con la línea específica Emprendedoras Digitales. Son medidas impulsadas desde diversos ángulos y niveles administrativos, con el propósito común de revertir unas cifras que distan diametralmente de un escenario igualitario.

“Esta desigualdad no solo es injusta, sino ineficiente: está demostrado que los equipos diversos ofrecen mejores resultados a medio plazo”, remarca Fibla desde Ship2B Ventures. Según ella, el ecosistema emprendedor “solo podrá desplegar todo su potencial si incorpora plenamente el talento femenino”. Y esto implica “abrir el acceso y transformar la cultura para que la innovación refleje, desde su origen, la diversidad de la sociedad a la que aspira aportar soluciones”.

Para avanzar en este sentido, “las iniciativas de apoyo son cruciales; ojalá no tuvieran que existir, pero las cifras evidencian que hay que promover estas iniciativas y darles visibilidad”, subraya Rocafort: “Estamos lejos de tener una posición de igualdad, y se deben cambiar las cosas”, reivindica la cofundadora de Fabbric, posicionada como una de las referentes del panorama emprendedor catalán junto a muchas otras figuras, como la ingeniera biomédica e impulsora de Blue Box, Judit Giró; la cofundadora de Wivi Vision, Eva García Ramos; la CEO de Keybotic, Irene Gómez; la doctora en Fotónica y CEO de Meetoptics, Bárbara Buades, y la biotecnóloga y cofundadora Benviro Patricia Aymà, cuya startup —antes llamada VEnvirontech— ha desarrollado un sistema para convertir los residuos orgánicos en bioplástico.

Es larga la lista de emprendedoras que destacan dentro del ecosistema, que puede seguirse ampliando con perfiles como el de la fundadora de Bamboo Energy, Cristina Corchero; la de Punto Health, Anna Muñoz; las fundadoras de Poseidona, Sònia Hurtado y María Cermeño, y la de Theker Robotics, Carla Gómez, entre muchas otras. Son fundadoras y líderes de startups de un amplio abanico de sectores que ponen de relieve el papel de las mujeres en este ámbito, a la vez que evidencian la resistente brecha que persiste en un ecosistema emprendedor que despliega iniciativas para tratar de reducirla y de avanzar hacia una igualdad que, por ahora, sigue quedando lejos.