Las residencias, hogares acogedores para la vejez

La vejez es una etapa más de la vida que hay que afrontar con todas las garantías sociales, sanitarias y económicas y a la que llega gran parte de la población, en tanto que la esperanza de vida en España se encuentra entre las cinco mayores de Europa, con una media de 82,4 años. Por eso es necesario luchar frente a la imagen estereotipada de la vejez y promover el conocimiento y la inclusión de las personas mayores en la sociedad y garantizándoles la calidad de vida necesaria.

Sin embargo, a menudo existe una visión estereotipada de la vejez que no tiene ninguna conexión con la realidad actual porque va asociada al final de la vida, a la aparición de problemas de salud o fragilidad, al declive físico y psicológico, y a la dependencia. Consecuencia de esta marginación social es inevitable que las personas de edad más avanzada experimenten un problema de identidad y sentimiento de soledad o incapacidad.

Desgraciadamente, hemos tenido que sufrir una pandemia para que la sociedad haya enderezado en positivo su mirada hacia las personas mayores, esos ancianos que son la voz del paso del tiempo para recomponer la historia. La sociedad se ha dado cuenta de que es necesario velar por su cuidado y asistencia y que, en caso de necesitarlo, se les debe proporcionar un segundo hogar donde vivir y convivir.

La estructura, rol y servicios de las residencias para personas mayores se adapta cada vez más a estas necesidades. La atención integral, personalizada y centrada en la persona es el foco de actuación de FIATC Residencias, donde todas las acciones se rigen bajo el paraguas de la Atención Centro en la Persona (ACP). La ACP es un modelo de atención que se basa en la mejora de la calidad de vida de las personas y las sitúa en el centro ofreciendo una asistencia adaptada a las necesidades, prioridades y preferencias de cada residente.

Este compromiso en el bienestar individual y colectivo de las personas mayores nace del reconocimiento y la gratitud por todo lo que han aportado y que es necesario devolverles cuando más lo necesitan, ya sea con asistencia social o sanitaria.

Los equipos internos y externos de FIATC Residencias abarcan todas las ramas profesionales necesarias para conseguir un objetivo común: el bienestar de la comunidad y la autonomía de las personas. Son equipos multidisciplinares de profesionales sanitarios (médicos y enfermeras), trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, auxiliares de enfermería, atención al cliente y calidad, limpieza, mantenimiento y cocina.

El compromiso en el bienestar individual y colectivo de las personas mayores nace del reconocimiento y la gratitud por todo lo que han aportado y que es necesario devolverles

Está claro que las residencias para ancianos no deben funcionar como un asilo, como un lugar donde se cuida a personas desvalidas y sólo se les ayuda a salir adelante a la espera de que su vida llegue a su fin. Los centros de atención a las personas mayores deben ser espacios donde, a similitudes de sus hogares, las personas que por diversos y variados motivos no pueden vivir solas encuentren asistencia médica y psicológica, además de social con un conjunto de actividades físicas, mentales y de convivencia, además de servicios que les mantengan activos.

Los centros de la aseguradora se basan en un proyecto inmersivo que plantea un intercambio de roles entre las personas mayores y los cuidadores para fortalecer el papel de la ACP (Atención Centrada en la Persona) y desarrollar la empatía y sensibilidad de los profesionales, a la vez que tiene un impacto positivo directo en el envejecimiento activo y de calidad de las personas mayores.

La aseguradora también ofrece la modalidad del alojamiento en apartamentos destinados a esta prestación, donde el residente con mayor autonomía también puede optar por los diferentes servicios de cuidado y asistencia a demanda de sus necesidades diarias.

Las instalaciones de FIATC Residencias muestran a residentes y sus respectivas familias el cambio de paradigma que se ha realizado durante las últimas décadas respecto a los modelos de vivienda asistida o no para personas mayores; un lugar donde aprender a vivir de nuevo. Residentes y familiares captan como la vida continúa, que los cambios son inevitables y que hay que aprender a convivir superando limitaciones, impuestas por la enfermedad a veces, autoimpuestas otras. En definitiva, construir juntos un proyecto vital.