La romana Lucia Carboni es la mujer detrás de Insomnia, una marca de retail de origen ítalo-hindú. En 2018, la startup barcelonesa se estrenó con una ronda de financiación friends, family & fools, pero no fue hasta mayo de este 2021 que nació oficialmente.
Insomnia es el vivo retrato de Lucia. Una marca excéntrica, pasional e intensa que mezcla colores, estampados y tejidos sin pudor alguno. Su objetivo es no dejar indiferente a nadie. “Nos gusta lo exagerado”, nos explica la fundadora. En sus prendas encontraréis plumas, lentejuelas, flecos y flores. Un lucid dream, como diría Carboni. El menos es más no va con su filosofía.
Su estación predilecta es el verano. “No me veo haciendo suéteres”, confiesa la italiana. Por eso, lanzó su primera colección, What keeps you awake, este mes de mayo. Veintidós piezas —tops, vestidos, pantalones y bandanas— que, sumadas al drop veraniego de este julio —bautizado como Quemadita— son el “armario del verano perfecto”.
La aventura de Insomnia se remonta a una temporada que Carboni pasó en Boston hace tres años. Allí conoció a una chica india con la que, tiempo más tarde, se juntaría como socia en su amor por las telas exóticas. Sus primeras piezas fueron los caftanes. Hicieron varios eventos con conocidos, e incluso llegaron a presentar algunas prendas en el White Summer, pero la cosa quedó ahí.
El verano del año pasado Lucia tomó las riendas del proyecto como única CEO, invirtió entre 40.000 y 45.000 euros de capital propio, y profesionalizó lo que hoy es Insomnia, una boutique construida en torno a un sólido trabajo de branding. “La gente reconoce Insomnia”, nos cuenta satisfecha Carboni.
Su filosofía de marca es un atributo a la noche. “Ese momento en el que te metes en la cama y tu cabeza no te deja dormir. Ese momento en el que te imaginas lo que quieres ser, lo que quieres hacer. Ese momento en el que pasan cosas, eso es Insomnia”, detalla la fundadora. Alrededor de ese momento en el que cae el sol, se traza una historia de marca en la que aparecen las sleepless girls, sus compradoras, mujeres que forman parte de una comunidad de la noche que “disfruta de sus momentos de desconexión”.
Aunque ha tenido clientas de todo tipo, las más habituales son, o bien chicas jóvenes que buscan un conjunto con el que graduarse, o bien mujeres adultas que ven en sus prendas el complemento ideal para disfrutar de sus ratos de ocio. Para Lucia, la sleepless girl es “una mujer hecha y derecha, que ya tiene su economía y su estabilidad”.
La firma barcelonesa, aún en proceso de consolidarse, tiene pensado lanzar cada año una colección e ir sacando cápsulas de piezas puntuales que le permitan “seguir sorprendiendo” a la clientela con más diversidad de productos. El precio medio de su cartera es de 120 euros. La pieza más barata vale 40 euros y la más cara 250.
La producción es limitada, “se enamora” de telas y las compra, sin importar los metros que haya. “Me muevo de forma romántica”, confiesa. Del diseño, se encarga ella con la ayuda de unas modistas de Sabadell, que luego hacen la confección. “No tengo la carrera de diseño, pero tengo mucho gusto”, nos explica. Aunque el proceso creativo es largo, Lucia está contenta: “todo lo que hemos sacado me representa, tiene mucha alma”. Según la emprendedora, la clave de su éxito es la versatilidad. “Nuestro patrón es sencillo, pero adaptable a cualquier situación. Las prendas te las puedes poner para ir descalza en la playa, pasear con tu madre, o ser la más guapa de una boda”, remata la italiana.
Junto a Carboni, trabaja una fotógrafa y una diseñadora gráfica. Otros perfiles los tiene externalizados, pero nos explica que hay más de 10 personas involucradas en la marca. Actualmente, comparten un coworking como oficina central en el corazón de Barcelona.
La producción es limitada, “se enamora” de telas y las compra. “Me muevo de forma romántica”, nos confiesa.
Sobre emprender, lo tiene claro: “No hay nada que me haya hecho más feliz”. Para ella tener un negocio ha sido “una montaña rusa”, que la ha llevado “al cielo, y al infierno”. Aunque si volviera atrás, dice, lo hubiera hecho antes. Se decantó por montar la startup en Barcelona porque es un “hub empresarial” y la ciudad “está en el ojo del mundo”, pero en cuanto a ayudas, considera que hay mucho camino por mejorar. Para los futuros emprendedores, Lucia considera clave 1) rodearse de profesionales, “dónde tú no sepas llegar no tengas miedo a preguntar”, y 2) tener dinero, “siempre vas a gastar más de lo que crees”.
Con la mirada puesta en diciembre, ya está trabajando en un drop navideño. Serán vestidos de fiesta que, como dice ella, os los podréis poner en “vuestra fiesta de fin de año en Bali o cenando con vuestra abuela”. Lucia promete prendas espectaculares.
De cara al próximo verano quiere vender en tiendas multimarca. “En el local más cool de”, nos cuenta. Por ahora, están vendiendo en Tulum, Formentera e Ibiza. Y el año que viene espera estar en Mykonos. La estrategia de la romana es estar en los “hotspots del verano” y, de momento, parece estar consiguiéndolo. También se plantea lanzar una cápsula de prendas para hombre. De hecho, el muestrario ya estaba hecho para este 2021, pero no ha llegado a tiempo. “El año que viene no voy a tener ningún miedo”, asegura.
Veremos cómo evoluciona Insomnia, que con tan solo doce meses de vida, espera cerrar el año con una facturación de 200.000 euros. “Tengo aspiraciones muy grandes, pero poco a poco”, reflexiona Lucia. Ambición, desde luego, no le falta.