Agenda cultural mundo abril 2023

AGENDA CULTURAL
por JACOBO ZABALO

Una selección mensual de conciertos,
artes escénicas y exposiciones.

MÚSICA Y
ARTES ESCÉNICAS

MÚSICA Y ARTES ESCÉNICAS

01 / 04 / 23

‘APRIL IN PARIS’

Paris, Philarmonie, 3, 4, 5, 6, 7 de abril (et al.)

Parece difícil concebir un mes más repleto de conciertos, como los que se celebrarán en la Philarmonie de París. Comenzando por un evento que protagonizará el joven Lucas Débargue, un prodigio del piano que destaca por la brillantez del sonido, redondo y perfectamente pulcro. En el recital día 3 de abril su praxis interpretativa se pondrá en juego con obras de Mozart, Chopin y Alkan, permitiendo a los asistentes disfrutar con una clarividencia sumamente inusual. No menos destacable es el concierto que, en varias sesiones -el 4 y 5 de abril-, rinde homenaje a Keith Jarret, cuyo mítico The Köln Concert se halla en la memoria sonora de diferentes generaciones de amantes de la música. Dos pianistas, procedentes de ámbitos musicales diferentes –Thomas Enhco y Maki Namekawa– recrean “la increíble luminosidad de aquella música en libertad, entre el jazz y la clásica”. El 24 de enero de 1975, de gira por Europa, Keith Jarrett se detuvo en la Ópera de Colonia. Los organizadores recuerdan que, “muy cansado, con dolor de espalda, hubo de tocar con el piano en mal estado que se puso a su disposición. Resultado: un concierto mágico, enteramente improvisado, durante el cual fluirá una música refinada impulsada por un intenso fervor”. Saltando al género de la música sinfónica, los días 6 y 7 de abril el aclamado director Herbert Blomstedt se pondrá al frente de la Orchestre de París para interpretar dos sinfonías de Franz Schubert, concretamente el alfa y el omega de su producción, culminada por una sinfonías cuyo popular apelativo -“La Grande”- explicita su real trascendencia, a raíz de la cantidad de recursos concertados para el desarrollo de melodías mayestáticas y memorables.

Desde la Philarmonie se refieren a este concierto en los términos siguientes: “Es un inmenso libro sinfónico que se abre y se cierra con este programa, donde la prodigalidad melódica de Schubert, ofreciendo alturas de emoción, es recogida y luego compartida por un mítico director". Si en la primera obra, compuesta por Schubert a los 16 años, se aprecia la influencia de Mozart y Haydn -en aquella época aún estudiaba con Salieri-, su madurez compositiva se aprecia “en el otro extremo del camino”: la Sinfonía núm. 9, que, lamentablemente, Schubert nunca pudo escuchar en vida. Con sus cuatro movimientos, incluido un Finale que es uno de los más extensos del repertorio, despliega la infinita prodigalidad de sus ideas y climas, llevados por un sentido del drama compuesto por paroxismos, silencios y modulaciones inéditas. Un eco del "Himno a la Alegría" de Beethoven suena incluso en esta partitura que, por su perfección, rinde homenaje a todo el arte sinfónico. Si pensamos en partituras de esta importancia, con un vuelo o trascendencia prácticamente inigualados, no podemos dejar de mencionar la programación, unos días antes, de la Pasión según san Mateo de Johann Sebastian Bach en la interpretación que ofrecerá un experto en música antigua como Christophe Rousset, al frente de Les Talens Lyriques. Será el día 4 de abril, sólo unos pocos días después de la versión que la Freiburger Barockorchester ofrecerá en el Palau de la Música Catalana bajo la dirección de Lionel Meunier. Más nombres de primerísimo nivel se dan cita en la Philarmonie durante el presente mes, así por ejemplo la visita del actual director musical de la Opéra de París, Gustavo Dudamel, que interpretará una pieza -Un sourire- de Messiaen, una sinfonía de Haydn, Ma mère el’Oye de Ravel y la imponente suite de El caballero de la rosa, de Richard Strauss. Un programa de gran atractivo, asimismo, será el que presente la incomparable dupla de músicos y amigos formada por Daniel Barenboim y Martha Argerich: “gran invitado de la Bienal Pierre Boulez, Daniel Barenboim, al frente de la Staatskapelle de Berlín, encara el Livre pour cordes [de Boulez] en el marco de una herencia inesperada: la de Héctor Berlioz y Franz Liszt, cuyo primer concierto para piano Martha Argerich interpretará”. Las páginas “ferozmente radicales” de la partitura de Boulez se hacen eco de otras propuestas de alta intensidad: la de la Sinfonía Fantástica de Berlioz y el Concierto para piano n.º 1 de Liszt, concierto compuesto para la dirección del primero, mientras que el segundo -Liszt- ocupaba la parte solista. Recuerdan desde la Philarmonie que fueron aquellos “dos compositores cuya amistad, hecha de colaboración artística y emulación mutua, anticipa la que mantendrán mucho más tarde Daniel Barenboim y Pierre Boulez”. No podemos evitar recomendar, asimismo, un concierto como el protagonizado por las cantantes Véronique Gens y Lea Desandre, “dos personalidades musicales que parecen responderse, de generación en generación. Dos destinos, unidos por lazos de confianza y amistad, y marcados por el encuentro de un mismo mentor, William Christie”. Titulado Gluck et ses contemporains, coinciden ambas en un evento profundamente arraigado en la creación vocal del s. XVIII, que alcanza el cénit con la producción operística de Wolfgang A. Mozart. Así, podrán escucharse piezas del autor de Orfeo ed Euridice -sobre todo de sus óperas Armide, Alceste o Paride ed Elena- pero también pasajes del creador del Idomeneo o La clemenza di Tito. Por último, y conscientes de que algunos eventos han quedado por mencionar, recomendamos vivamente el concierto programado par los días 20 y 21 de abril, en que la Orchestre de París será dirigida por Marin Alsop, sin duda una de las más solicitadas y contratadas por las principales salas de conciertos. El evento se abrirá con la pieza Tuxedo Vasco "de" Gama, concebida por la compositora británica Hannah Kendall, quien “se inspira en una obra de Jean-Michel Basquiat, Tuxedo, entrelazando palabras, símbolos y jeroglíficos, ofreciendo una meditación musical sobre el multiculturalismo”. Otra obra contemporánea, que relaciona diferentes ámbitos culturales, es la Sinfonía núm. 2 de Leonard Bernstein, “denominada ‘La era de la ansiedad’ en homenaje al poema homónimo de W.H. Auden”. Con la participación de un piano -en este caso, David Fray- “evoca en sus dos partes principales –la primera de las cuales está dominada por un sistema de variaciones– la conversación de varios personajes -tres hombres y una mujer- sobre la angustia existencial y el vértigo de la condición humana”. La segunda parte del concierto escenificará uno de los cataclismos más definitivos para el rumbo de la música occidental, como el perpetrado por Beethoven con su “Heroica”.

 

STEVEN ISSERLIS

Amsterdam, Concertgebouw, 15 y 16 de abril

El músico invitado al último homenaje dedicado al maestro Pau Casals en el Palau de la Música Catalana, la temporada pasada, ha programado en jornadas consecutivas dos de los conciertos para su instrumento más importantes.

En la histórica sala del Concertgebouw de Amsterdam se podrá escuchar el Concierto para violonchelo en sol, G 480, así como la Sinfonía en re núm. 4, “Casa del diavolo” de Luigi Boccherini, dos piezas dinámicas, de una expresividad muy llamativa, además del Concierto Núm. 1 en do mayor, Hob. VIIb: 1, de Franz Joseph Haydn. Una obra expansiva, que comienza con una declamación enfática, y que despliega un interesante diálogo entre solista -erigido en protagonista incuestionable- y conjunto orquestal. En esta ocasión, la Nederlands Kamerorkest, ensemble de formato reducido, ágil y por tanto óptimo para acometer las inflexiones del discurso musical incipientemente clásico, será dirigido por Gordan Nikolić, en el doble papel de primer violín y director.


DVOŘÁK Y BEETHOVEN

Madrid, Auditorio Nacional, 25 de abril

Al día siguiente de actuar en la sala principal -“Pau Casals”- del Auditori barcelonés se presenta en Madrid el mismo conjunto, solista y director para interpretar un programa repleto de alicientes. Destacan dos piezas enormes,

de una popularidad justificada, como son el Concierto para violín en re mayor, op. 61, de Ludwig van Beethoven y la Sinfonía núm. 9, “Del nuevo mundo”, de Antonín Dvořák. Pinchas Zukerman, habitual de los ciclos de Ibercamera en Barcelona (La Filarmónica, en Madrid) copará el protagonismo para la interpretación de una partitura fogosa, en que el centro de gravedad recae de manera obvia en el violín solista, abundando en una cosmovisión -la romántica- que ubica al sujeto en medio de un drama cósmico, para su orgullo y sufrimiento. El movimiento final, en forma de rondó, es una celebración que anticipa el triunfo de la posición del creador. Por su lado, la novena y última sinfonía que compuso Dvořák ha sido celebrada por la presencia de melodías con aires folk, que pudo descubrir durante su estancia en Estados Unidos. Es entrañable ver cómo se enlazan con otras danzas o aires de su Bohemia natal, así como el despliegue de una energía oscilante, que recorre un número encomiable de fluctuaciones anímicas, con la intensidad y el buen hacer compositivos como signos característicos. El conjunto orquestal que acometerá la lectura de ambas partituras, la Sinfonia Varsovia, será dirigido por Tatsuya Shimono, quien asimismo se ha puesto al frente de orquestas como la Orquesta Filarmónica Checa o la Orquesta Filarmónica de Osaka. Sin olvidar la dirección de la Saito Kinen Orquestra, con quien hizo su debut en el Carnegie Hall de Nueva York.


EL ORFEÓ CATALÀ EN BERLÍN

Berlín, Berliner Philarmoniker, 27 y 28 de abril

Uno de los conciertos más especiales de la temporada musical para el Palau de la Música no tendrá lugar, al menos en primera instancia, en la sala noble del templo modernista, sino en el majestuoso escenario que acoge a la Berliner

Philarmoniker; el mismo que pocos días después -ya en el mes de mayo, concretamente el día 1- podrá disfrutarse en la Basílica de la Sagrada Familia. La portentosa orquesta, que obviamente no necesita presentación, interpretará junto al Orfeó Català una popular obra coral de Wolfgang A. Mozart -la Misa de la coronación, Kv. 317- que los organizadores de la Philarmonie califican de “operística” por la transparencia y pregnancia del mensaje espiritual. No es la primera ocasión en que las entidades musicales establecen una colaboración, pero sin duda es la presente una de las más llamativas. El concierto, que se iniciará con el expresivo motete Exsultate jubílate, Kv. 165, para soprano -en este caso Louise Alder- lo dirigirá Kirill Petrenko, actualmente titular de la Filarmónica de Berlín. En la segunda parte, el conjunto orquestal asumirá todo el protagonismo para ofrecer una interpretación de la Cuarta sinfonía de Robert Schumann, cuya versión definitiva, de 1851, explora todos los recovecos de la sensibilidad romántica, llevándola al paroxismo de la expresividad.


EMMANUEL AX

Nueva York, Carnegie Hall, 27 de abril

Un mito de la interpretación, que a lo largo de su exitosa carrera ha interactuado con los principales directores y orquestas, se presenta en la sala grande del Carnegie Hall de Nueva York a solas, en un recital

monográficamente centrado en la obra de Franz Schubert. No es ni mucho menos el primero, pero los organizadores recuerdan que “un recital de Emmanuel Ax en el Carnegie Hall es siempre una ocasión para celebrar, cada una de las cuales revela nuevas dimensiones de -en palabras de Los Angeles Times- “su grandeza, su autoridad abrumadora como músico, técnico e intelecto inquieto” (…). Este reflexivo programa está respaldado por dos composiciones de Schubert: la primera Sonata para piano en La mayor, cuya interpretación de Ax ha sido calificada de “exquisita” y “hermosamente interpretada con sensibilidad” por New York Arts; y la Sonata para piano en si bemol mayor, que Ax interpreta con “un espíritu que pone de relieve la inventiva de Schubert” (The New York Times). El programa se completa con una serie de piezas que forma el ingenio de Franz Liszt. Se trata de transcripciones de canciones de Schubert, en que las dos voces son interpretadas por el instrumento de tecla, recreando diálogos de una elocuencia hermosísima, entre las cuales la delicada ‘Ständchen’ o el embrujador tema ‘Der Müller und der Bach’, extraído del ciclo de canciones Die Schöne Müllerin que recientemente pudo escucharse en el Palau de la Música con la voz de Chrispoph Prégardien.


EXPOSICIONES

EXPOSICIONES

01 / 04 / 23

MIRIAM CAHN

París, Palais de Tokyo, hasta el 14 de mayo

“Una exposición es una obra en sí misma y yo la veo como una performance”, ha manifestado Miriam Cahn. El título de su muestra no rehúye el carácter personal de su propuesta artística, el hecho de que crece como una necesidad interna, y se formula exteriormente de manera a interpelar al espectador. Desde el Palais de Tokyo, en este sentido, los organizadores señalan que “Miriam Cahn inventa nuevas encarnaciones plásticas de lo que nos incomoda, de lo que nos gustaría poder saltarnos y sin embargo nos da la cara, nos mira directamente a los ojos, en un tumulto del que no podemos escapar”. La presente es la primera gran retrospectiva dedicada a ella en una institución francesa. Reúne más de doscientas obras -una cifra nada despreciable- desde 1980 hasta la actualidad, y evidencia las diferentes facetas de su compromiso artístico: “Día tras día, dentro de un intenso trabajo pictórico que abarca también el dibujo, la fotografía, el cine, la escritura, Miriam Cahn detiene el flujo de imágenes volátiles de la actualidad política y se apodera de ellas para atestiguar, resistir, encarnar”. Sus imágenes se suceden orgánicamente y sugieren la conformación de un relato personalísimo, que el título de la muestra -Ma pensée sérielle- captura sin disimulo. Variaciones de un mismo tema, de la percepción propia y sus falacias, todo ello es englobado sin pretender aportar respuestas definitivas. Se trata de “una escritura que rechaza cualquier linealidad en favor de cúmulos explosivos y rupturas, autorizando una relectura de categorías de la historia del arte. Lo que viene del retrato, el paisaje, la pintura de la historia, lo íntimo, lo colectivo, se mezcla para componer una totalidad orgánica.

Aparecen nuevos acordes, disonancias cromáticas o espaciales que subrayan cuánto el desafío de la obra no es la búsqueda del equilibrio sino la encarnación plástica y espacial de la estridencia y el caos del mundo”. El visitante descubrirá con asombro obras colgadas de cualquier modo, “algunas sin enmarcar, desprotegidas, como cuerpos indefensos, en estado de fragilidad, inacabadas, esparcidas por el suelo. Como si el artista tuviera que escapar del espacio museístico demasiado marcado, compartir el estado errante de estos cuerpos desplazados, expulsados, que muchas veces abandonan el centro del lienzo, la centralidad del muro, para migrar hacia sus extremos. No hay obra maestra que magnificar, que resaltar para satisfacer la demanda del mercado”. Una paradoja a la que ya se abismó Banksy en diferentes ocasiones, de forma notablemente irónica con su falso documental Exit through the Gift shop.

 

‘MÁS ALLÁ DE LA LUZ’

Nueva York, Metropolitan Museum, hasta el 16 de abril

La relación de las culturas nórdicas con la luz, a partir de una cosmovisión influida por la presencia de estaciones sumamente contrastadas, ha quedado reflejada por supuesto en muchas de sus obras de arte.

La exposición que hasta mediados de abril aún puede visitarse en el Metropolitan Museum de Nueva York da cuenta de ese tópico, pero ofrece asimismo alternativas para su asimilación, tomando como punto de partida la conciencia de su marco histórico. Los organizadores recuerdan que, durante el siglo XIX, el momento en que su arte conocerá un impulso llamativo, Dinamarca “experimentó las consecuencias desastrosas de las guerras napoleónicas, el devastador bombardeo de Copenhague, la bancarrota y el creciente antagonismo con Alemania”. Un “tumulto sociopolítico y económico” que asimismo dio lugar a un ambiente cultural y filosófico vibrante para los artistas daneses del siglo XIX. Beyond the Light pretende testimoniar, gracias a dibujos, bocetos al óleo y pinturas la transformación acontecida durante este período. “Los artistas daneses forjaron una comunidad muy unida durante este tiempo, y las obras de arte que crearon exploran nociones de lugar, identidad y pertenencia, y lo que significa viajar y regresar a casa”. Algunos de los principales nombres expuestos pueden ser conocidos por los amantes de la pintura, pensamos en Christen Købke, Constantin Hansen, o sobre todo, Vilhelm Hammershøi. Pero asimismo se expondrán obras de autores como Anton Melbye, Johan Thomas Lundbye, Peter Christian Skovgaard o Heinrich Gustav Ferdinand Holm.

‘AFTER IMPRESSIONISM’

Londres, National Gallery, hasta el 13 de agosto

El título completo de la muestra que puede disfrutarse hasta mediados de agosto en la National Gallery puede traducirse como “Después del impresionismo: inventando el arte moderno”. Su propósito es, en este

sentido, de una claridad meridiana: ilustrar algunas de las incursiones artísticas más personales y atrevidas, acontecidas en “un período de gran agitación, cuando los artistas rompieron con la tradición establecida y sentaron las bases para el arte de los siglos XX y XXI”. Los organizadores están pensando en el lapso comprendido entre las últimas décadas de siglo XIX y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, “un período complejo y vibrante de cuestionamiento artístico, búsqueda, toma de riesgos e innovación”. Son tres los nombres habitualmente referidos como punta de lanza del llamado postimpresionismo: Paul Cézanne, Vincent van Gogh y Paul Gauguin. La presente muestra no sólo ofrece ejemplos paradigmáticos de sus respectivas propuestas, sino que plasma la incidencia que tuvieron “en las generaciones más jóvenes de artistas franceses, en sus compañeros y en círculos más amplios de artistas de toda Europa, así en Barcelona, Berlín, Bruselas y Viena”. El número de piezas reunidas es incuestionablemente generoso, gracias -en gran medida- a la capacidad de la National Gallery para prestar asimismo obras de su enorme fondo. “Con más de cien obras de artistas que van desde Klimt y Kokoschka, Matisse y Picasso hasta Mondrian y Kandinsky, complementadas con una selección de esculturas de artistas como Rodin y Camille Claudel, la exposición sigue la creación de un arte nuevo y moderno, libre de convenciones, abarcando el Expresionismo, el Cubismo y la Abstracción”. Los préstamos proceden de pinacotecas, instituciones y colecciones privadas de todo el mundo, incluido el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Musée d'Orsay y el Museo Rodin de París, el Instituto de Arte de Chicago, la TATE Modern, o incluso el Museu Nacional d'Art de Catalunya.

EL SOL Y EL ARTE

Potsdam (Berlín), Museo Barberini, hasta el 11 de junio

Una referencia al Teeteto de Platón, en la web promocional, da a entender que la presente exposición no se contenta con ofrecer al espectador algunas muestras elocuentes de la representación en el arte

del astro rey, sino que se pretende comprender su ascendencia simbólica y hasta metafísica, vehiculada o plasmada por medios artísticos a lo largo de la historia. Lo cierto es que, ya sea “como signo o personificación del poder divino, protagonista de las narraciones mitológicas, elemento atmosférico en la imaginería del paisaje e intensificación del color en la pintura moderna, el sol juega un papel clave en el arte europeo”. Son aproximada 130 obras las reunidas en la muestra, entre las cuales esculturas, pinturas, manuscritos, grabados y libros desde la antigüedad hasta el presente, incluidas obras de Sonia Delaunay, Otto Dix, Albrecht Dürer, Olafur Eliasson, Adam Elsheimer, Max Ernst, Caspar David. Friedrich, Joan Miró, Claude Monet, Edvard Munch, Odilon Redon, Peter Paul Rubens, Katharina Sieverding y William Turner. Un elenco diverso y apasionante, rico en contrastes o paralelismos, que invitan a la reflexión de un espectador que bien puede ser captado por la icónica imagen de Monet Impresión, salida del sol, pintura “que dio su nombre al impresionismo, y que muestra el disco rojo del sol naciente como el foco de la composición”. Perteneciente a la colección del Musée Marmottan, rara vez se exhibe fuera de París, y sin embargo -precisan los organizadores- se podrá ver en Potsdam durante las primeras ocho semanas de la exposición.


LEONORA CARRINGTON

Madrid, Fundación Mapfre, hasta el 7 de mayo

La obra de Leonora Carrington (Clayton-le-Woods, Lancashire, 1917-Ciudad de México, 2011) se halla claramente marcada por el influjo del surrealismo, por la técnica de plasmación de lo inconsciente que permite emerger contenidos censurados

o -en cualquier caso- relegados a un plano inaccesible para la visión diurna, habitualmente luminosa. Desde la Fundación Mapfre no sólo recuerdan la ascendencia de esa corriente, sino que destacan el carácter fuertemente personal de su producción: “Pintora, escultora y escritora entre otras muchas cosas, Leonora Carrington fue una de las artistas más relevantes en las filas del surrealismo. Su trayectoria artística estuvo siempre marcada por su agitada biografía, que hizo de ella una persona excéntrica y trágica”. En sus obras la imaginación puede parecer desbocada, y sin embargo se halla comprometida con la creación de símbolos, figuras de alto poder evocador que pretenden acercarse a la expresión de lo inexpresable. El suyo es un “mundo estético, simbólico y conceptual no siempre fácilmente descifrable”. Su versatilidad como artista se manifiesta con la continua búsqueda de formas de expresión: pinturas, dibujos, escritos, tapices o esculturas… todo ello -señalan los organizadores- nos habla “de aspectos del ser humano (el miedo, el dolor, la alegría, la extrañeza o la felicidad) de una forma directa, que nos interpela y enfrenta a contrastar nuestras propias certezas e incertidumbres”. La presente muestra, comisariada por Tere Arcq y Carlos Martín, pretende dotar de visibilidad a una producción reconocida sobre todo en Estados Unidos y México.

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