Agenda cultural Barcelona septiembre 2022

AGENDA CULTURAL
por JACOBO ZABALO

Una selección mensual de conciertos,
artes escénicas y exposiciones.

MÚSICA Y
ARTES ESCÉNICAS

MÚSICA Y ARTES ESCÉNICAS

 01 / 09 / 22

‘BIENNAL DE QUARTETS’

L'Auditori, del 14 al 18 de septiembre

La temporada musical se inaugura, tras un verano generoso en festivales y conciertos fuera de los recintos habituales, con una Bienal de cuartetos, organizada por L'Auditori. Un evento imprescindible para los melómanos, que en gran medida se desarrollará en la Sala 2 (Oriol Martorell). Una sala óptima para la música de cámara, que estrenó ya hace más de una década el Quartet Casals. Desde un ya lejano 2006 son muchos los conciertos en que este conjunto ha puesto en pie al público de Barcelona, que acostumbra a llenar el aforo. Protagonistas eminentes de la presente Biennal -la segunda realizada desde la inaugural, el 2020, un tanto convulsa por las restricciones pandémicas-, los músicos del Quartet Casals intervienen también en condición de co-comisarios. De hecho, han programado una interesantísima serie de conciertos, con la participación de algunos de los mejores cuartetos del mundo: el Quator Ébène, el Jerusalem Quartet, el Belcea Quartet, el Cuarteto Quiroga, el Aris Quartett o el Cosmos Quartet. Jonathan Brown, violista del Quartet Casals, a quien hemos podido entrevistar, explica: “Estar junto a esos cuartetos será un gran placer, pues habitualmente no sucede. Cuando tocamos nosotros en Viena -por poner un ejemplo- en esas mismas fechas no suelen tocar ellos. Sin duda será muy interesante para el público poder escuchar cuartetos tan distintos en tan poco tiempo”. Y es que en varias fechas se podrá asistir, en un mismo concierto, a la interpretación por parte de distintos conjuntos.

Es el caso, por ejemplo, de la sesión inaugural -el 14 de septiembre- con la intervención del fabuloso Quator Ébène, que compartirá protagonismo con el Quartet Casals tocando piezas de Mozart y Brahms respectivamente. O el día siguiente, en que el joven pero ya consagrado Jerusalem Quartet -que graba para Harmonia Mundi, como el ‘Casals’- compartirá escenario con el Quartet Atenea, uno de los conjuntos emergentes más valorados, en los últimos tiempos. Sin olvidar la incorporación extraordinaria de músicos que complementan algunas de las formaciones invitadas, a tenor de las piezas incluidas en el programa, trascendiendo por tanto el formato de cuatro cuerdas. Pensamos básicamente en las dos últimas fechas. El sábado 17, al Cuarteto Quiroga se le unirá Veronika Hagen, viola del mítico Hagen Quartett, para interpretar dos maravillosos quintetos de Mozart, mientras que en el cierre de la presente Bienal volveremos a escuchar a los Casals junto al virtuoso del clavicémbalo Benjamin Alard, interpretando la intrincada creación que Bach tituló El arte de la fuga.

 

FÁTIMA

Teatre Lliure de Gràcia, del 29 de septiembre al 23 de octubre

La primera de las obras programadas por el Teatre Lliure, que podrá verse en la sede de Gracia hasta bien entrado el mes de octubre, se basa en un texto de Jordi Prat i Coll, un texto que -según precisan los organizadores- reflexiona “sobre los misterios del cerebro, el prodigio de los recuerdos, la vileza, la inocencia y

la soledad, ambientado en el Raval de Barcelona”. La puesta en escena de esta obra, coetánea de la exposición que ofrece el CCCB -asimismo centrada en el cerebro- pone de relieve algunas cuestiones fundamentales y sin embargo profundamente enigmáticas a propósito de la memoria, la conciencia y su repercusión axiológica, en forma de valores: “¿Cómo funciona el cerebro de otra persona y qué normas morales o ideológicas rigen su funcionamiento? Se lo pregunta el dramaturgo Jordi Prat i Coll en esta pieza sobre una chica que inicia un camino sin retorno, un personaje tan capaz de vivir una cierta idea de milagro como de adentrarse en los infiernos de nuestro tiempo sin salir de Ciutat Vella”. La narración es directa y al mismo tiempo elíptica, sugestiva, invitando al espectador a constituir el ejercicio de reflexión desde la fantasía, la falsa ficción a la que, en el fondo, nadie es completamente ajeno/a. “Todos son personajes de un texto construido con frases breves, como disparadas contra un público que se enfrenta a una cruda y violenta realidad que nos habla de la naturaleza, frágil e incomprensible, del ser humano”. Como director y dramaturgo -recuerdan los organizadores- Jordi Prat i Coll es un autor con trayectoria consolidada. De hecho, ha sido galardonado con el Premio Teatre Barcelona al mejor musical 2017 por Requiem for Evita y el Premio de la Crítica 2021 al texto y al espectáculo de pequeño formato por M’hauríeu de pagar. Además, el Lliure también ha programado otras obras suyas, concretamente los espectáculos De quan somiava (2013), Una còpia (2007) o Eva Perón (2004). El presente espectáculo, por su lado, ha sido coproducido junto al Grec.

LA INTENSIDAD DE DVOŘÁK

Palau de la Música Catalana, 24 de septiembre

Sinfonismo de altura, el que desplegará en su primera actuación la Orquestra Sinfónica del Vallès en el marco del ciclo que ofrece cada temporada en el Palau de la Música, contando con solistas de primer nivel en ocasión de la pieza concertante.

No será distinto, en este evento inaugural. Uno de los conciertos para violonchelo más impresionantes jamás compuesto, obra del bohemio Antonín Dvořák, podrá ser escuchado en la versión de Anastasia Kobekina, que interpretará con su instrumento antiguo -un Guadagnini de 1743- bajo la dirección de Andrés Salado. Será, de hecho, el primer concierto sinfónico en el templo modernista, hasta que llegue el turno para la inauguración del ciclo Palau 100. Será el 3 de octubre, con la invitación del Maestro Riccardo Chailly dirigiendo las ‘Primeras’ de Beethoven y la Mahler. Antes de este maravilloso concierto inaugural, con todo, el público de Barcelona podrá abrir boca con la intensidad del sinfonismo de Dvořák, que además de demostrar una habilidad superlativa en el tratamiento concertante del violonchelo, culminó su expresivo proyecto sinfónico con la popular Novena (“Del nuevo mundo”). Una sinfonía en que el folklore de su patria natal se alía con ritmos y colores inspirados por la experiencia americana, y que contiene algunas de sus melodías más icónicas, grabadas a fuego en el alma de no pocos melómanos.

DON PASQUALE

Gran Teatre del Liceu, del 21 de septiembre al 9 de octubre

La temporada operística se inicia a finales de septiembre con una de las obras más celebradas de Donizzetti, la comedia de enredos Don Pasquale, en que el genio del compositor italiano se muestra en su

esplendor. Compuesta según la leyenda en apenas 10 días -algo semejante se comentó de L'elisir d’amore- relata musicalmente las peripecias y desventuras del personaje que le da título: “Don Pasquale, un anciano decadente que vive una auténtica pesadilla, decide tomar a Norina como esposa con el objetivo de anular los planes de su sobrino Ernesto. Pero Ernesto, con la ayuda del doctor Malatesta, se compromete a atrapar a Don Pasquale en su propia trampa”, resumen desde el Liceu. Evidentemente se escenifica el clásico, pero no por ello previsible o insustancial choque intergeneracional, un choque que “aviva la comedia y a la vez también produce una corriente subterránea de nostalgia. ¿Tiene derecho a amar y vivir un señor mayor?”. Con el protagonismo reservado al experimentado e histriónico Carlos Chausson, el elenco de cantantes cuenta asimismo con algunos de los nombres más prometedores del panorama actual, con mención especial a la Norina de Sara Blanch y Serena Saénz. En el papel de Doctor Malatesta intervendrán los barítonos Andrzej Filonczyk y Carlos Pachón, mientras que Ernesto será caracterizado por Xabier Anduaga e Iván Ayón-Rivas. La puesta en escena de Damiano Michielleto, contemporánea y dinámica, enfatiza el carácter humorístico de la trama, con una ligereza no exenta de cierta sorna. “Una farsa extremadamente cruel como lo es el castigo a Falstaff de Verdi”, recuerdan los organizadores de una coproducción de la Opéra de Paris, la Royal Opera House (Londres) y el Teatro Massimo di Palermo, que ha podido verse en algunos de los principales teatros del viejo continente.

‘NOVENA’ DE MAHLER

Gran Teatre del Liceu, 20 de septiembre

Tras ofrecer una Zauberflöte contundente y matizada, que público y crítica valoraron muy positivamente, vuelve el maestro Dudamel al Gran Teatre del Liceu al frente de la Orchestre de l’Opéra National de Paris -de la cual es titular- para dirigir la Novena sinfonía de Gustav Mahler.

La última obra sinfónica que completó en vida el compositor bohemio -sin contar, por tanto, su inconclusa Décima, conocida sólo por su estremecedor Adagio- es un testamento musical con regusto a despedida, alineado con el ciclo sinfónico La canción de la tierra. Una composición posterior a la confección de la Octava y que, según se explica, no llevó el título de sinfonía por temor a la llamada “Maldición de las Novenas”. Como su víctima iniciática, Beethoven -a quien siguieron Schubert, Bruckner o Dvořák, por mencionar sólo a los que alcanzaron de cerca esa cifra-, Mahler cerraría su contribución sinfónica con una composición monumental y elegíaca, afectada de inicio de un presentimiento fúnebre y una búsqueda de consolación, lo cual ha llevado a algunos estudiosos a considerarla en términos de Réquiem. La intervención de un mahleriano como Gustavo Dudamel, especialmente adecuada, se enmarca en un proyecto que los organizadores califican de “hermanamiento” entre la Opéra National de Paris y el Gran Teatre del Liceu. Este concierto, que también tendrá lugar en la ópera de La Bastille (París) a finales de la temporada, permite “desgranar los misterios de la última sinfonía de Gustav Mahler: la Novena. Estrenada póstumamente, recoge las esencias del mundo: desde la sobrecogedora sutileza hasta la elocuencia más expansiva”. Una ocasión, en suma, para abismarse al universo sonoro del compositor que culmina la tradición romántica al tiempo que la trasciende, abriendo paso al atonalismo y resultando de influencia capital en los jóvenes compositores de Viena, que renovarían para siempre el lenguaje de la composición musical.

EXPOSICIONES

EXPOSICIONES

 01 / 09 / 22

TEJER COMO CÓDIGO ABIERTO

Macba, hasta el 11 de septiembre

Con un título potente, que sugiere la inconmensurable significación del arte de tejer, el Macba exhibe la obra de una artista con cinco décadas de carrera. Teresa Lanceta expone en Tejer como código abierto una serie de tapices, telas, pinturas, dibujos, escritos e incluso videos que visibilizan la tarea y el propósito de este trabajo minoritario, y sin embargo vinculado a los orígenes mismos de la creatividad, en la tensión fecunda que no contrapone meramente figurativismo y abstracción. Como señalan desde el Macba, el acto mismo de tejer supone para Teresa Lanceta “una activación crítica de la imaginación que va más allá de los límites materiales. Para ella, tejer se formula como un código abierto de ruptura y repetición desde el que leer, transformar y transmitir un conocimiento siempre complejo y plural. Un modo de hacer sin boceto previo en el que imagen y fondo, objeto y lenguaje, soporte e imagen se construyen a la vez, asumiendo lo imprevisto, equívocos y aciertos”. En el marco del tejido confluye lo previsible y lo imprevisto, tanto en lo que respecta a combinaciones de colores que solo reunidas aportan una determinada significación, como por vez primera, como por la serie de motivos, premeditados o accidentales, sorprendentes o deseados, que surgen. En palabras de los organizadores, “aceptar lo inesperado es para Lanceta un modo de aprendizaje de un código primigenio y universal que manifiesta claramente una ley interna; una ley que traspasa fronteras físicas, temporales y culturales”. Una suerte de principio cósmico que en efecto recuerda, por su universalidad, al logos formulado hace más de veinticinco siglos por Heráclito, quien dejo inscrito que “no es mejor para los hombres que suceda lo que desean”, abriéndose a una significación inmanente al tiempo que transcendente, como la antigua labor de Penélope: “espera lo inesperado o no lo encontrarás, imposible de buscar como es, y sin vía cierta”.

ALMEIDA Y MADOZ

Foto Colectania, hasta el 18 de septiembre

Titulada Diseños habitados, la exposición conjunta que ofrece Foto Colectania hasta el 18 de septiembre da un nuevo sentido a la noción de resonancia. La obra de Helena Almeida, en quien se inspira el título de la muestra, converge con la de Chema Madoz no sólo por su impactante desafío visual, sino por el proceso mismo de creación.

Una actividad que los organizadores, acercándose a la acepción renacentista, califican de “mental”, consistente en “trasladar lo imaginado por el artista a la obra”. Los esbozos a mano de estos fotógrafos cobran una relevancia inusitada a la luz de su empleo correlativo, por parte del otro /la otra, como ejercicio previo que especularmente revela una materialización trascendente y atemporal, la que capturará la cámara fotográfica. La retroalimentación de ambos es una realidad fascinante, sacada a flote gracias a esa proyección coincidente, que no contrapone de forma exclusiva la obra en potencia y en acto. Formando parte de una misma realidad, que quedará grabada a fuego en la retina del espectador, “sus bocetos se convierten en objetos y sus objetos en imágenes, con su característico estilo y golpes de magia”.

‘LA HABITACIÓN DE LAS DESATENDIDAS’

Fundació Vila Casas, hasta el 18 de septiembre

“Eso que es desatendido, está presente en muchos ámbitos de esta exposición”, explica Stella Rahola a propósito de su obra, que la Fundació Vila Casas exhibe hasta el 18 de septiembre. Se refiere la artista a la producción a pequeña escala, la conciencia de la sostenibilidad y, en suma, al cuidado de la materia que conforma la vida.

Desde la Fundació explican que Stella Rahola Matutes “reivindica la materialidad como sustancia permanentemente sujeta al cambio, bien a través de una implicación con seres humanos y no humanos y su manipulación, la interacción con su entorno o la vida dinámica de sus reacciones químicas. Esta cuestión implica políticamente considerar los procesos de fabricación y sus relaciones asociadas de poder, es decir, las trabajadoras, sus herramientas y los espacios de producción”. Así, por mucho que de sus obras emana una evidente sensibilidad, un hermoso y delicado magnetismo, la poética que articula su propuesta apunta a la cuestión ética, a la paradójica vinculación de creación y destrucción. Ello queda ilustrado, por ejemplo, con la artificiosa “transformación de un material como el vidrio y observando, en primer lugar, cómo se trabaja en un taller artesano”. Para mostrar en última instancia como el apreciado e insuficiente vidrio borosilicato es invadido por el liquen, una forma de artificio natural, “no humano” que interviene en el determinantemente proceso: “Agarrándose y creciendo, descompone el vidrio y lo convierte en sustrato. Constituye el primer ente de la naturaleza que prepara el terreno necesario para que puedan desarrollarse futuros seres”.

LÚA CODERCH

Fabra i Coats, del 13 de septiembre al 8 de enero

A partir del 13 de septiembre podrá visitarse en el centro de arte contemporáneo de la Fabra i Coats una interesante serie de instalaciones obra de la artista Lúa Coderch, reunidas bajo el título

Cascar una nuez. Acción cotidiana, sin grandes repercusiones a priori, la imagen es escogida por las implicaciones potenciales que atesora: “en su humildad -recuerdan los organizadores- esta acción tiene la capacidad de desplegar por sí misma la estructura de una escena diminuta, con sus expectativas y su desenlace. No solo nos convoca con la promesa del alimento; también sabe recoger en un mismo punto la atención de todos los presentes”. Lúa Coderch, que ha expuesto en el Macba y en la Fundación Joan Miró, además de participar en certámenes internacionales, ofrece en la ocasión un “una serie de dispositivos de captura de la atención”, “esculturas que quizá son muebles y un programa de acciones a escala reducida para compartir con otros, como una compilación de escenas o pequeñas unidades de sentido que pueden llegar a conformar el grado cero de una narrativa común”. Se trata, por tanto, de artefactos que explicitan el hecho de la percepción para, desde una nueva conciencia, trastocar el acto mismo de la significación mundana.

TURNER, ÚLTIMOS DÍAS

Museu Nacional d'Art de Catalunya, hasta el 11 de septiembre

Últimos días para visitar la que sin duda es una de las exposiciones del año, dedicada a Joseph Mallord William Turner (1775-1851), hasta el 11 de septiembre en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. La influencia del pintor inglés ha sido enorme, habiendo sido incluso considerado precursor del expresionismo

abstracto. Adelantándose al Impresionismo, de hecho, capta ya la fluctuación de la naturaleza a través de la representación de su carácter indómito, irrepresentable; conectando el mundo de lo de afuera, máximamente ajeno e ilimitado, con la interioridad del sujeto en su dimensión más incomprensible, que la estética kantiana, explorada con una profundidad nueva en la Crítica del juicio, de 1790, concibe con la idea de lo “sublime”. La imprescindible muestra que el Museu Nacional d'Art de Catalunya ha organizado “explora su fascinación por los fenómenos meteorológicos y atmosféricos, desde los inicios de su obra, en la década de 1790, y hasta finales de los años 1840”. Por supuesto, esas mares encabritados y tormentas detentan una función metafórica; interpelan anímicamente al espectador, que se siente movido a manifestarse en un sentido u otro ante lo incomprensible de lo representado, o incluso conmovido si es que acaso ha experimentado una vivencia semejante. La exposición posee un punto didáctico al mostrar la evolución de los proyectos pictóricos de Turner, que no nacen fruto de la inspiración o el golpe de genio, sino después de numerosos esbozos y estudios: “La muestra revela cómo la técnica de la acuarela fue fundamental en el enfoque científico, pero intuitivo del artista, que le permitió captar la intensidad de las fuerzas de la naturaleza con una precisión expresiva sin igual. La principal inspiración de Turner surgió de sus viajes por Gran Bretaña y Europa continental”. Para ello se reúnen acuarelas, óleos y grabados que muestran el proceso de creación y la incorporación de sus temas predilectos, con el énfasis puesto en el paisaje. El individuo se halla incluido, como formando parte de un mismo organismo, con o sin consciencia, incluso si el desarrollo industrial y el positivismo tratan de cosificarla y proyectar una forma de dominación contraproducente. Esfuerzo que revela la codependencia y la necesidad de someter a control lo que trasciende al sujeto, quedando realmente sujeto a ello. Quizá por ello sostienen los organizadores que “esta exposición confronta al espectador con una experiencia sensorial de la naturaleza que nos afecta hoy tanto como lo hizo a sus contemporáneos”.

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