El edificio Estel resucita con 50.000 metros cuadrados de oficinas y locales

De un edificio pensado para alojar máquinas a un edificio pensado para la comodidad de los empleados. Esta era la máxima que perseguía la remodelación del conocido como edificio Estel, tras más de una década en desuso. Dos años se han alargado las obras de la antigua sede de Telefónica, situada en la confluencia de las calles Calàbria y Mallorca en la avenida Roma, para convertir este antiguo bloque de hormigón en un moderno edificio de trece plantas con 50.000 metros cuadrados para oficinas y locales.

Proyectado por el arquitecto Francesc Mitjans en los años 70, durante casi cuatro décadas albergó el centro de datos de Telefónica, hasta que en 2011 decidieron trasladarse al Fórum. El edificio verá la luz tras más de quince años en desuso y abandono, y múltiples cambios de propiedad y proyectos fallidos, que proyectaban reconvertir este edificio en un complejo de 200 viviendas de lujo o incluso en un hotel cinco estrellas. Lo hará de la mano de la gestora de inversiones inmobiliarias alemana Freo y del fondo de crédito Bain Capital Credit, que se hicieron con la propiedad de este inmueble a finales de 2021.

Como una estrella que brilla en medio del cielo azul, el edificio volverá a brillar en el corazón del Eixample, con más de 50.000 metros cuadrados de superficie alquilable y una estética renovada, habiendo transformado el antiguo bloque de hormigón por una fachada acristalada, que permite la entrada de luz natural a todos los rincones del edificio. La reforma, proyectada por Albert Blanch, del despacho BCA Arquitectura, ha apostado por mantener la estructura original, no solo como homenaje a Mitjans, su artífice, sino también como una apuesta por reducir el impacto medioambiental y reducir los tiempos y costes, priorizando la remodelación de la fachada frente a su demolición.

Una apuesta por la sostenibilidad que también se ha notado en la incorporación de tecnología de última generación para maximizar la eficiencia climática. Además de mantener la estructura originaria, la reforma también se ha acordado de Mitjans en su interior, bautizando la planta -1 como Rambla Mitjans. Este espacio se ha proyectado como un lugar de encuentro y de conectividad de los diferentes inquilinos de las oficinas de las trece plantas del edificio, que prevén alojar a más de 4.000 empleados en total. Aunque desde las firmas no han confirmado la inversión total, Daniel Mayans, director general de Freo en España, ha apuntado que “se ha respetado prácticamente el presupuesto inicial”, que se cifró en 80 millones de euros.

“El edificio se ha proyectado con la idea de que el usuario pueda tener todos los servicios en el mismo edificio, además de lograr atraer a joven talento”, resalta Gerard Beltri, asset manager de Freo. Con el objetivo de fomentar el trabajo presencial, sobre todo después que la tendencia del teletrabajo haya aumentado sustancialmente tras la pandemia, el inmueble reúne en esta planta todas las comodidades para los empleados, desde la cantina hasta salas polivalentes de reuniones, pasando por un amplio auditorio con capacidad para 360 personas —herencia de la antigua Telefónica, aunque remodelado—, salas de lactancia e incluso un gimnasio y salas para practicar yoga o meditación.

Además de estas comodidades, el inmueble también cuenta con otro gran atractivo para sus empleados, una azotea con vistas panorámicas a toda Barcelona, desde el que observar desde la playa de la Barceloneta hasta el Tibidabo. Sin embargo, este no será el único espacio abierto con el que contará el edificio, sino que también se ha diseñado un patio interior, concebido como un pequeño oasis en plena ciudad, que logra silenciar totalmente el habitual bullicio de la capital catalana, además de convertirse en un lugar ideal para pausas o reuniones informales. Por otro lado, también dispone de más de 400 plazas de aparcamiento de vehículos, repartidas en cuatro plantas subterráneas.

Con una superficie total alquilable de más de 50.000 metros cuadrados, el edificio cuenta con un 65% del espacio ocupado, con un claro protagonista: AstraZeneca. La farmacéutica anglosueca, considerada la quinta empresa farmacéutica más grande del mundo en volumen de ingresos, instalará en el centro de la capital catalana su hub de innovación, que también albergará su filial Alexion, centrada en enfermedades raras. Este centro de innovación será el principal inquilino del edificio, ocupando más de la mitad del espacio disponible —unos 24.000 metros cuadrados aproximadamente—.

Con una inversión de 1.300 millones de euros hasta 2027, la compañía se refuerza en la capital catalana y concentrará en un mismo espacio todas sus oficinas, actualmente distribuidas por varios edificios de la ciudad. La intención de la compañía es instalarse durante el último trimestre de este año, una vez se hayan completado las obras de adecuación de las ocho plantas en las que se instalarán, y poder alcanzar los 2.000 empleados, ya que actualmente para AstraZeneca ya trabajan unas 1.300 personas desde Barcelona.

Además de AstraZeneca, el edificio ya cuenta con otros inquilinos confirmados. Los restaurantes Honest Greens y Casa Carmen se instalarán en la planta baja, que dispone de 3.000 metros cuadrados de área comercial y de restauración. En este espacio, también desembarcará el gigante de gimnasios estadounidense Planet Fitness, que disponsdrá 1.700 metros cuadrados. Asimismo, también se está cerrando el acuerdo con un supermercado ecológico y otro grupo de restauración, por lo que actualmente quedarían libres un local de 350 metros cuadrados y otro más pequeño, de unos 30 metros, para uso comercial.

Sus propietarios confían en que el edificio pueda convertirse en un revulsivo para el barrio

Con el hub de AstraZeneca y los locales comerciales prácticamente alquilados, el inmueble ya cuenta con un 65% de la ocupación confirmada. Para el resto de espacios, las consultoras CBRE y Savills, que lideran la comercialización del inmueble, mantienen actualmente conversaciones con varias empresas para llegar a acuerdos de alquiler, algunas de las cuales se encuentran ya muy avanzadas. Las plantas inferiores, que son las que quedan libres, ya que AstraZeneca se instalará en las últimas, cuentan con una superficie de más de 5.000 metros cuadrados, una gran superficie en comparación con los metros de los que disponen las oficinas del Eixample, además de incorporar una pequeña terraza cada una de ellas.

Se trataría de empresas de todos los tamaños, desde grandes multinacionales que quieran crecer en Barcelona hasta firmas más pequeñas, aunque todas ellas representan a “compañías líderes en su sector”, según ha destacado Beltri. Compañías que principalmente trabajan en ámbitos como la tecnología, la investigación, la salud o las finanzas. Con todo, la previsión es alcanzar la plena ocupación a principios del próximo año y que los trabajadores de dichas compañías puedan entrar a lo largo de 2026, después de la reforma de sus respectivos espacios.

Tras la reforma, sus propietarios confían en que el edificio pueda convertirse en un revulsivo para el barrio, ” y pueda contribuir a a dinamizar la actividad económica y social de la zona”, ha apuntado Mayans. Un barrio que, además, en los próximos años se transformará por completo, no solo con la renovación de Estel, sino también con la pacificación de la avenida Roma, que prevé abrir una gran plaza ciudadana de 8.800 metros cuadrados delante del inmueble, además de una renovada estación de Sants para 2029.