Agenda cultural mundo mayo 2019

AGENDA CULTURAL
por JACOBO ZABALO

Una selección mensual de conciertos,
artes escénicas y exposiciones.

MÚSICA Y 
ARTES ESCÉNICAS

MÚSICA Y ARTES ESCÉNICAS

 01 / 05 / 19 

Bach Evolution

Londres, 1 de mayo

Un concierto, “Bach Evolution”, que en realidad son tres, pues confluyen las propuestas de artistas celebrados en los últimos tiempos por su visionaria actualización de la música del compositor alemán. Muy evidente es el caso del violonchelista Peter Gregson, autor de una revisitación electrónica de la serie de seis suites para su instrumento, que es adaptado por medios electrónicos, gracias al uso de sintetizadores y engendros digitales. A partir de loops y transformaciones melódicas que apuestan descaradamente por el minimalismo -en la línea de lo realizado por Max Richter en su Vivaldi Recomposed- logran que aquella íntima reverberación trascienda tanto más su época. Más afín al patrón clásico, pero absolutamente atento a la sensibilidad contemporánea, Víkingur Ólafsson es el autor de un disco dedicado a Bach que recientemente ha recibido importantes galardones. El tacto exquisito de su pianismo presentifica a un Bach atemporal. Finalmente, el tercer participante de esta velada imprescindible -que esperamos se repita en otras ciudades- es el artista de música electrónica Clark, que debutará en su intervención sobre la música de Bach, lo cual en sí mismo supone un aliciente a tomar en consideración.  

Freiburger Barockorchester

Berlin, 13 de mayo

La Freiburger Barockorchester es quizá el conjunto de música antigua más en forma de los últimos lustros, y René Jacobs el director con el que ha alcanzado una reputación incontestable,

grabando discos multipremiados y provocando veladas de gratificante plenitud en espectadores de todo el mundo, incluidos los del Palau de la Música Catalana. Al ser su repertorio prioritariamente barroco -como sugiere el nombre de la formación- o en ocasiones clásico, sin duda supone todo un reto enfrentarse a una de las composiciones más furiosas de Beethoven que a la postre -o, mejor, ya de inicio- se dice religiosa. La Misa solemnis en re mayor, op.123, incorpora arrebatos febriles, en que el coro -en esta ocasión, el maravilloso RIAS Kammerchor- parece contagiarse de la electricidad de los instrumentistas y la tensión se respira sin solución de continuidad, modulándose en los momentos de la liturgia.

CUARTETO CASALS: MOZART, BARTÓK AND BEETHOVEN

Amsterdam, 23 y 25 de mayo

El reconocimiento internacional del Cuarteto Casals, tantas veces resaltado, se confirma una vez más en uno de los escenarios más históricos del planeta de la música clásica, con la programación de tres exigentes y maravillosas composiciones,

obra de Mozart, Bartók y Beethoven (previsiblemente interpretados en este orden, con una pausa entre los dos últimos). El excelente entendimiento entre los músicos del conjunto, la vehemencia matizada de sus ataques -en suma, un grado de compromiso y pasión que pocas veces se percibe en directo- permitirán apreciar la evolución de un lenguaje compositivo especialmente contrastado entre Mozart y Bartók, creadores que alcanzan el equilibrio por medios muy disímiles, para ser completados por la vibrante atemporalidad de la música de Beethoven, que en el primero de la serie de sus Cuartetos dedicados al Conde Razumovski, embajador de Rusia en Viena, sella a fuego un vínculo entre pasado y futuro, trascendiendo el primero y esbozando con pinceladas ligeras lo que será el futuro de la composición, con una radicalidad que se intuye entre líneas.

Saint Etienne: Tiger Bay

Londres, 22 de mayo

Pop electrónico gustosamente facilón, que despierta la nostalgia de los contemporáneos de su surgimiento y éxito en paralelo al del Britpop. Se cumplen 25 años desde la aparición de Tiger Bay,

tercer álbum de la banda, que supuso un antes y un después para algunos de los que ahora rondan los 40, y que en aquella época podían perderse en noches larguísimas, pistas de baile, encuentros en ciudades foráneas… con el común denominador de la despreocupación. También en Festivales de verano, como en el de Benicàssim 98. Desde la distancia el oyente quizá no vibre igual, ni “casi” se reconozca en aquella misma música, lo cual resulta en sí mismo una circunstancia interesante. La voz de Sarah Cracknell vuelve, fantasmal y deliciosa, y los ritmos previsibles junto a la London Contemporary Orchestra suponen una seria amenaza al presente, abriendo la posibilidad de rememoración de una celebración inmemorial, nunca del todo olvidada. No hay mayor artificio que la apariencia de ligereza. Encubre sentimientos, que eventualmente golpean, siempre a traición.

Berlioz

Madrid, 8 de mayo

La opulencia de colores y emociones, el sentido del drama y la pasión que aflora en la música de Héctor Berlioz, requiere de una orquesta familiarizada con su lenguaje compositivo, como es la Orquestra Filarmónica de la Radio de Francia.

La Sinfonía fantástica, de un modo paradigmático, pone a prueba a músicos y oyentes, que se ven transportados a realidades de ensueño en que la imaginación sonora se desata, prolífica en la exploración de los timbres de la numerosa orquesta. El otro compositor programado, fundamentalmente romántico -incluso si en algunas obras trata de salirse de su elemento, lo cual redunda precisamente en el pathos romántico- es Jean Sibelius, quien posibilitó con su Concierto para violín cotas de expresividad pocas veces alcanzadas. La soledad de la cuerda, que la perfecta afinación de Hillary Hahn protagonizará, refulge con una obstinación que conmueve, enfrentada a masas de sonido que tienden a ser vinculadas a la inmensidad de la naturaleza nórdica. El enfrentamiento del individuo con la dimensión inabordable, que asimismo halla en su interior, no sólo es un tema predilecto de los artistas románticos. Todavía hoy, una pieza como la de Sibelius enarbola la magnífica insignificancia del ser humano, con una belleza que desarma.

EXPOSICIONES

EXPOSICIONES

 01 / 05 / 19 

Balthus

Madrid, hasta el 26 de mayo

La búsqueda de la belleza en la cotidianidad, en la naturalidad desnuda de modelos habitualmente femeninos, que, con todo -explicó Balthus- no pretenden despertar la pulsión erótica. El pintor se confesó enamorado de la vida, y la hermosa lentitud que se percibe en sus lienzos -el tiempo casi detenido, mecido sin crispación- escenifica la sublimación de un anhelo fundamental. Puede haber algo inquietante en sus telas -como un halo de extrañeza que parecería emparentarlo con el surrealismo- pero lo cierto es que la veneración del mundo oriental, la cosmovisión respetuosa con el medio circundante y la plena presencia de seres vivos se acostumbran a manifestar sin estridencias. En la Galería Thyssen-Bornemisza, hasta el día 26, se puede disfrutar contemplando un considerable número de obras (teniendo en cuenta que la producción de Balthus no es especialmente numerosa), pertenecientes a diferentes épocas, lo cual a su vez permite trazar un itinerario de su propia evolución.

Implicit Tensions: Mapplethorpe Now

Nueva York, hasta el 10 de julio

Provocador y visceral, pero también perfeccionista, fue Robert Mapplethorpe un creador contundente, como se evidencia en la transgresora realidad de sus instantáneas en blanco y negro,

que paradójicamente han devenido icónicas. La exposición Implicit Tensions: Now Mapplethorpe, en el Guggenheim de Nueva York, muestra ese intento de cuadratura del círculo, que implica potenciar la rupture sin renunciar al equilibrio visual. Explican, a propósito de su exposición, “Mapplethorpe, uno de los artistas estadounidenses más apreciados y controvertidos de la última parte del siglo XX, es ampliamente conocido por imágenes atrevidas que transgreden deliberadamente las costumbres sociales y por los debates de censura que se produjeron a propósito de su obra en los Estados Unidos a finales de los 80 y principios de los 90. Sin embargo, la fuerza impulsora de su ética como artista se refleja en una verdadera obsesión por la perfección, que influyó en su enfoque de cada uno de sus temas.”.

Hammershøi, the master of danish painting

París, hasta el 22 de julio

“Maestro de la pintura danesa”, reza el título de la maravillosa exposición organizada en el museo Jacquemart-André de la capital francesa. Hammershøi

es el autor de lienzos generalmente protagonizados por mujeres, que dan la espalda al espectador. Interioridades que se encuentran en interiores, vueltas sobre sí, en una soledad que condensa la atención, como si hubiera algún tipo de enigma por resolver. La contemplación de esos seres sume al espectador en un estado de conciencia distinto al cotidiano. Son escenarios perfectamente equilibrados, en que el neoclasicismo burgués de la época dorada danesa no acaba de resplandecer. Los cuadros son ventanas abiertas a una forma de oclusión paradójica, que se intuye sin ningún tipo de discurso adoctrinador. Pues realmente no se plantean enigmas, al modo de Magritte, siendo la ausencia de acción -de contenido identificable en aquellos continentes- precisamente lo enigmático. Hasta el mes de julio puede disfrutarse de la retrospectiva de un pintor más y más reconocido, quizá familiar para el público barcelonés. Una de las exposiciones más memorables del CCCB, hace más de diez años, ponía su obra en relación con la del cineasta Carl Theodor Dreyer, otro danés egregio, responsable de obras en que la interioridad humana se escruta con una inteligencia infrecuente. La dialéctica entre exposición y ocultación, entre vacío de sentido y contenido identificable, supuestamente valioso, se traslada sotto voce en las obras de Hammershøi. En su “no decir nada” las figuras representadas abren la puerta a la abstracción, coronada por una sensación de fantasmática ambigüedad.

Dorothea Tanning

Londres, hasta el 9 de junio

El nombre de Dorothea Tanning puede no figurar entre los más conocidos del surrealismo, y sin embargo su obra pictórica representa para muchos una sacudida.

Una ventana abierta a lo inexplicable, a las conexiones nunca del todo azarosas que la psique realiza cuando no está sometida al mandato de la realidad-racional. La exposición de la Tate Modern, organizada junto con el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, reúne 100 obras realizadas a lo largo de una carrera artística de décadas, “desde pinturas enigmáticas a esculturas siniestras”, precisan los organizadores, recordando además que “Tanning quiso pintar estados ‘desconocidos pero cognoscibles’, sugiriendo que en la vida hay más de lo que el ojo percibe”.

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