TOP INFLUYENTES DE LA SEMANA

Semana a semana, una selección de tres protagonistas que han destacado en el mundo empresarial, social y cultural

PILAR AYMERICH

Fotógrafa

La fotógrafa Pilar Aymerich (Barcelona, ​​1943) ha sido galardonada con el Premio Nacional de Fotografía 2021, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte y dotado con 30.000 euros. El jurado ha querido reconocer la trayectoria de Aymerich, especialmente su faceta de "fotógrafa a pie de calle" que desarrolló en la década de los setenta, retratando la realidad social y política del tardofranquismo. "Su obra que germina desde una noción ética en la que la fragilidad es el punto de partida de una narración fotográfica", señala el jurado.

Aymerich estudió en la escuela de arte dramático Adrià Gual y se introdujo en el campo de la fotografía en Londres. Amplió después sus conocimientos técnicos en Estudios Raphael, en París, y se especializó en el reportaje y retrato fotográfico. Comenzó su carrera profesional en 1968 en Barcelona colaborando con la agencia CIS en una época en que todavía había censura. Su labor como fotógrafa de calle consigue mayor presencia a partir de 1975, de acuerdo con la visibilidad que adquieren los movimientos sociales tras la muerte de Franco. Su trabajo gráfico ha ido apareciendo a lo largo de los años en diversas publicaciones periódicas como Triunfo, Destino, Cambio 16, El País, Fotogramas o Qué Leer. Colaboró ​​con varios programas realizados por TVE en Catalunya, como Personatges, Crear i Viure, Per molts anys y La Luna. Parte de su obra fue adquirida por el museo Reina Sofía en 2018.

JAUME PLENSA

Escultor

Jaume Plensa (Barcelona, ​​1955) es el artista contemporáneo catalán más reconocido internacionalmente. Estos días ha vuelto a ser foco de atención global gracias a la inauguración de Water 's soul (El alma del agua), una gigantesca escultura que se ha instalado en un muelle del barrio de Newport, en Nueva Jersey, con vistas privilegiadas a Manhattan (Nueva York). La imponente pieza, de 22 metros de altura, representa una cara juvenil, con los ojos cerrados y el pelo recogido con un moño y un dedo ante los labios que llama a la reflexión. La obra, de 30 toneladas, es de un color blanco puro y se ha construido con fibra de vidrio, polvo de mármol y óxido de calcio. Según Plensa, con esta escultura situada a orillas del río Hudson quiere invitar a los ciudadanos a reencontrarse con el silencio, a examinar su interior y a escucharse a sí mismo. "Pedir silencio creo que es fundamental, porque es un silencio poético, no es un silencio autoritario", explicó el artista.

Plensa, que tiene su taller en Sant Feliu de Llobregat, ha instalado piezas escultóricas de gran tamaño en ciudades de todo el mundo y recientemente ha estrenado también We, una escultura situada a los pies del imponente rascacielos The Shard, en Londres. Pero tiene muchos más proyectos entre manos y, de nuevo en Estados Unidos, prevé estrenar a finales de noviembre en Grands Rapids (Michigan) la obra Utopia, que cree que será una de las más potentes de su carrera.