Tragaluz trae a Barcelona el restaurante Bosco de Lobos y suma 16 locales en la ciudad

Nueva apertura del Grupo Tragaluz en Barcelona. Tras superar la dura crisis que causó la pandemia al sector de la restauración, la compañía controlada por el fondo Miura Private Equity vuelve a extender su presencia en la capital catalana, ciudad donde nació en 1987 de la mano de Rosa Esteva y de su hijo, Tomás Tarruella. El grupo acaba de inaugurar el restaurante Bosco de Lobos, un concepto desarrollado en Madrid y que ahora trasladan a Barcelona con el reto de repetir el mismo éxito.

El nuevo local, basado en la cocina tradicional italiana, se encuentra en la planta baja del edificio de oficinas Diagonal 605, en el tramo comprendido entre Maria Cristina y L’illa. Su apertura ha supuesto una inversión de 1,4 millones de euros y ha permitido crear 30 puestos de trabajo. Bosco de Lobos eleva a 16 el número de restaurantes de Grupo Tragaluz en Barcelona, donde también posee el club nocturno G- Spot Club.

La empresa, que también opera en Madrid y Mallorca, posee un total de 21 restaurantes entre las tres ciudades, con marcas como Fiskebar, Gallito, Cuines de Santa Caterina, Negro, Pez Vela, Bar Lobo, Bar Tomate, Ana La Santa y Luzi Bombón. El primer Bosco de Lobos se inauguró en Madrid en 2014 y ahora la propuesta aterriza en Barcelona con un local de grandes dimensiones que cuenta con una terraza de 600 metros cuadrados que permite comer bajo los árboles. “Bosco de Lobos es un escape de la ciudad, donde comer en un bosque es posible”, señalan el chef del grupo, Alex Duran, y Tomás Tarruella, cofundador de Tragaluz.

Situado en pleno distrito financiero de la ciudad, el edificio Diagonal 605 es propiedad de Merlin Properties y en él se encuentran las oficinas de empresas como Lacer y Levi’s. Cuenta con un local comercial alquilado a Benetton en la fachada del inmueble que da a Diagonal, pero Bosco de Lobos se ha ubicado en la parte posterior del edificio, lo que le permite disponer de una amplia terraza situada en un patio que los paisajistas Pepote Comella y Mauricio Ramírez han convertido en un bosque verde.

Con capacidad para 160 comensales, Bosco de Lobos posee también un amplio porche y un restaurante interior con grandes ventanales y una cocina abierta. El estudio de interiorismo Francesc Rifé ha apostado por una estética minimalista donde resaltan la madera y la arena prensada.

Al frente de los fogones se encuentran dos jóvenes chefs italianos, Mateo Spinelli, originario de Cosenza, y Alex Kalanja, nacido en Roma, dispuestos a ofrecer “la verdadera cocina Italiana a la ciudad de Barcelona”. Con platos que oscilan entre los 7 y los 17 euros, la carta está compuesta por ensladas, carpaccios, pasta y pizzas, con propuestas como el carpaccio de espárragos con ricotta, limón y berros o los radiccio trevisano con pera gorgonzola y avellanas. Otras sugerencias son los spaghetti alla carbonara de gambas; pappardelle alla Bolognese classico; calzone di Ricotta e pecorino con marinara; carpaccio de pulpo con hinojo y peperoncino; y tagliolini con anchoas y limón.

Prácticamente un año antes de la pandemia, en junio de 2019, el fondo barcelonés Miura, liderado por Luis Seguí, compró el 67% del Grupo Tragaluz, en una operación que también incluyó a En Compañía de Lobos, una empresa que había creado Tomás Tarruella en paralelo a la que compartía con su madre. Tarruella se quedó con el 33% del capital, mientras que Rosa Esteve vendió todas sus acciones, pero se quedó con la propiedad del icónico Mordisco. Del 67% de Miura, un 5% fue suscrito por el abogado e inversor Gonzalo Rodés, socio fundador de Aldea Ventures.

Pocos meses después de la compra, Victor Xampeny fue nombrado consejero delegado de Grupo Tragaluz, tras una larga trayectoria de más de 20 años en Eat Out (Pans & Company), empresa que pertenecía al hólding familiar Agrolimen y que fue adquirida por la compañía portuguesa Ibersol.