Glovo celebra diez años de “supervivencia” y abre una nueva etapa con repartidores en plantilla

Sobrevivir. Esta ha sido la constante de Glovo desde hace una década, cuando Oscar Pierre fundó la compañía con el objetivo de realizar encargos digitales. En estos diez años de trayectoria, desde su fundación en marzo de 2015, la compañía ha tenido que sobrevivir y sobrepasar varios intentos de cierre, reestructuraciones e incluso enfrentarse a varios procedimientos judiciales simultáneos, algunos de los cuales todavía están abiertos. Sin embargo, en esta década la compañía ha hecho algo más que simplemente sobrevivir, y ha conseguido logros como el hecho de convertirse en la primera start-up catalana considerada unicornio —distinción que reconoce a las empresas que alcanzan una valoración de más de 1.000 millones de dólares— y entregar más de 1.000 millones de pedidos.

Así, en estos diez años de vida, Glovo ha conseguido evolucionar desde una pequeña empresa que levantó más de 100.000 euros de pequeños inversores para sus inicios, entre ellos Sacha Michaud que acabó convirtiéndose en cofundador de la compañía, a ser comprada por la multinacional alemana Delivery Hero y operar en 23 países y 1.800 ciudades. Una evolución exponencial que se ha acentuado especialmente en los últimos años, tras la pandemia, con el auge del comercio online pero que, para su fundador Oscar Pierre, “tan solo es el principio”. Pierre considera que la compañía todavía tiene mucho camino por recorrer y confía en que pueda llegar a convertirse en una de las diez grandes empresas españolas en tan solo una década.

“La evolución en estos diez años no ha sido lineal ni fácil” ha recordado su cofundador Michaud, quien ha lamentado que por el camino han tenido que “despedir a gente talentosa, cerrar líneas de negocio y vender países”. Sin embargo, tras años de baches, la actual robustez de Glovo no solo se demuestra en sus cifras, habiendo entregado productos por un valor de más de 20 mil millones de euros y contando con una media de trece comandas por segundo en todo el mundo, sino también en el hecho de que el acto de celebración de su décimo aniversario haya contado con representantes institucionales y empresariales como el president de la Generalitat Salvador Illa, o el president de Foment del Treball Josep Sánchez Llibre, así como representantes sindicales.

Una representación institucional y empresarial que responde a la nueva etapa que emprende Glovo, con un nuevo modelo laboral para sus repartidores tras años de demandas y litigios en los tribunales españoles. Tras años de disputa legal que no solo llegó a los tribunales sino también al Congreso, que aprobó la conocida como Ley Rider en 2021 para la regularización de estos trabajadores, Glovo pondrá fin a su modelo de falsos autónomos y contratará a la totalidad de sus repartidores, que pasarán a ser trabajadores asalariados en plantilla. Un nuevo modelo laboral que la empresa anunció el pasado mes de diciembre, un día antes de que Pierre declarase por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, pero que se formalizará a partir del 1 de julio de este año.

El president Salvador Illa ha felicitado a Glovo por este nuevo modelo, agradeciendo que “con esta nueva etapa el proyecto empresarial pueda ser compatible con los derechos de los trabajadores”. Illa también ha recordado que pese a que Catalunya necesita grandes empresas tecnológicas, también necesita que estas sean capaces de adaptarse a la normativa para que estar “al servicio del bien común”, agradeciendo a Glovo este cambio de modelo, y ante la presencia de representantes sindicales como el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, y el exsecretario general de CC.OO. de Catalunya, Javier Pacheco.

El cofundador de Glovo ha afirmado que el paso que da la compañía se trata de un “caso inédito en todo el mundo”, ya que, según Pierre, ninguna otra plataforma de reparto a domicilio ha emprendido una transición tan rápida y radical en su modelo de repartidores”. Una transición que afrontará con actualmente 3.000 empleados en oficinas, la mitad de los cuales trabajan desde las oficinas del Yellow Park de Glovo en el 22@, y más de 245.000 repartidores en todo el mundo, además de 3.000 trabajadores más en atención al cliente y a los establecimientos.

Sin embargo, con este nuevo modelo la compañía todavía no cerrará todas sus causas abiertas ya que, de hecho, la celebración de su década de vida coincide en fechas con el inicio de la demanda que Just Eat, que só tenía a sus trabajadores contratados en plantilla, interpuso a Glovo por competencia desleal, asegurando que la empresa se había ahorrado más de 645 millones de euros con su modelo de repartidores como falsos autónomos. Así, la compañía le reclama a su competidora un total de 295 millones por daños y perjuicios, en un juicio que se inicia este 17 de junio.

Además del nuevo modelo laboral, Glovo también afronta esta nueva etapa con el objetivo de seguir creciendo rápidamente, fijándose el objetivo de entregar pedidos por un valor de más de 6 mil millones de euros solo para este año. Para asegurar su crecimiento, la compañía, sin abandonar la restauración y la entrega de pedidos de comida a domicilios que sigue siendo uno de sus principales mercados, amplía su mirada y se fija en el retail y el quick-commerce, es decir, la entrega de productos de ropa o incluso de supermercados en pocos minutos u horas, un nicho de mercado que ha crecido un 40% anualmente desde 2021. 

Un crecimiento que, aunque se prevé global, será significativo en zonas como Catalunya, que es “una de las regiones más penetradas” por Glovo, y donde se calcula que tan solo en el último año 1,5 millones de personas han utilizado este servicio para hacer algún pedido de los más de 12.000 comercios asociados. En este sentido, el presidente de Foment del Treball también ha reconocido que Glovo representa un “nuevo modelo de éxito empresarial catalán internacional, muy disruptivo y residente, que hace que Barcelona sea capaz de competir con economías como París, Berlín o incluso Silicon Valley”.