Oriol Aguilà, director artístico del Festival de Perelada. © Àngel Bravo
Oriol Aguilà dirige el Festival Castell de Perelada desde el año 2010. Anteriormente, estuvo vinculado al Gran Teatre del Liceu de Barcelona durante casi quince años, donde fue director de mecenazgo captando fondos para la reconstrucción del teatro tras el incendio de 1994. Durante su dirección en el Festival, ha destacado por su apuesta por la creación contemporánea, la promoción de talentos emergentes y la colaboración con instituciones como el Liceu, el Palau de la Música Catalana y L’Auditori. Esta orientación ha permitido que el festival se consolide como una de las citas musicales estivales más importantes de Catalunya, y Oriol, que es el anfitrión más refinado del país, nos explica en esta entrevista las novedades y la historia del principal festival de ópera de todo el Estado.
— Empecemos con una referencia a la muerte de Miquel Suqué. No sé si quieres hacer una mención…
— La verdad es que estamos muy afectados porque era una persona entrañable, muy comprometida, con un perfil, un talante muy excepcional. Y estas personas realmente dejan un vacío. Son personas que dejan escuela, pero también, cuando ya no están, sobre todo cuando es tan reciente, no nos lo acabamos de creer. Pero tenemos que hacer de tripas corazón y, como a él le habría gustado, seguir adelante.
— ¿Hasta qué punto el grupo familiar funciona compartimentado, o todo está muy interrelacionado?
— Es una casa y un grupo familiar y, por lo tanto, toda la familia vive de manera colegiada, conjunta, los proyectos. Y un proyecto como el Festival, que tiene casi cuatro décadas de vida, hace que todos lo sientan como propio y todos participen.
— Hablemos un poco de la historia del Festival, si te parece. ¿Cómo resumirías su evolución?
— El Festival de Perelada nace con un sello muy potente. Es Montserrat Caballé quien inspira a Carmen Mateu y Artur Suqué para que en el Mediterráneo haya un festival de excelencia dedicado a la lírica, la ópera, la clásica, la danza. Caballé decía “He viajado por todo el mundo, pero pocos lugares son tan excepcionales para acoger un festival como Perelada”. Esa idea es la que comparte con los fundadores. La inauguración, en 1987, es con la orquesta y el coro del Teatre del Liceu, el Réquiem de Mozart dirigido por Antoni Ros Marbà, con la misma Caballé.
— ¡Impresionante!
— Y ya el primer año había danza. Incluso antes del festival habían actuado Rudolf Nureyev, la misma Caballé o Josep Carreras. Cuando Carreras supera la leucemia, su primer concierto público en un festival lo hace en Perelada. ¡Se conectaron 40 televisiones de todo el mundo! ¡Estaba Lady Diana Spencer como invitada!
— Impresionante! (bis)
—Fue la carta de presentación perfecta. Perelada ya nació en el mapa internacional.
— ¿Y desde entonces, cómo definirías la evolución del Festival?
— Yo diría que el Festival ha mantenido siempre la excelencia. Ha sido un espacio de máxima ambición artística, y además ha conseguido tener un proyecto propio. Un sello propio. Es el festival de referencia de la ópera en el Estado, y también un espacio imprescindible para la danza. Siempre hemos apostado por el riesgo, por la innovación, por los creadores. También por lo que ocurre antes y después de los espectáculos: la experiencia de verano, de punto de encuentro. Este espíritu de anfitrión ha inspirado a muchos otros festivales, también de aquí. Y hemos sido pioneros en nuestro país en filantropía cultural, en devolver a la sociedad con un proyecto artístico.
— ¿Qué producciones destacarías de estos años?
— Hemos estrenado más de 80 producciones de ópera. La “Carmen” de Calixto Bieito, por ejemplo, hace 25 años, fue una producción nuestra. Hoy todavía se ve en todo el mundo, incluso en la Ópera de París. También hemos abierto las puertas a creadores como La Fura dels Baus, Comediants, Mario Gas, Rafael Villalobos… A menudo, les hemos invitado a hacer ópera por primera vez. Y te dirán: “Pocos lugares nos dan carta blanca como Perelada”.
— ¿Y con las otras instituciones culturales del país? ¿Cómo es vuestra relación?
— El Liceu ya inauguró el Festival. Desde entonces ha habido una colaboración permanente con el Liceu y con el Teatro Real de Madrid, o con las redes de teatros y festivales del Estado y del sur de Europa. También con el Palau, L’Auditori, el TNC, l’Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), la Jove Orquestra de les Comarques Gironines (JOCG) o la orquesta Vespres d’Arnadí. En el ámbito de la nueva creación, por ejemplo, hemos dado oportunidades a compositores catalanes que no las tenían. Don Juan no existe, de Helena Cánovas, es un caso reciente. Se estrenó en Perelada y ahora se ha visto en el Teatro Real, se verá en Sevilla y también en el Liceu, que es coproductor.
— Hablemos de la edición de este año. ¿Cuál es el hilo conductor?
— Este año el lema es “Arcadia”. El paraíso. En un mundo tan inestable, queremos reivindicar el jardín interior, nuestro huerto vital, como espacio de libertad y creación. Tenemos In Paradisum con los Pregardien padre e hijo, Genius Loci de Rafael Villalobos y Xavi Sabata, inspirado en El jardín perdido de Jorn de Précy, y Hortgarden, un monólogo musical con Helena Terrats y música de Mario Cortizo.
— ¿Qué más?
— También habrá el debut de Joyce DiDonato; Angel Blue; Sonya Yoncheva con un disco dedicado a George Sand; un homenaje a William Christie; las hermanas Labèque; danza con Lorena Nogal en la Bodega de Perelada diseñada por RCR Arquitectes; el Ballet Flamenco de Andalucía con Patricia Guerrero y un homenaje a Conxita Badia con Montserrat Seró y Pau Codina, en diálogo con Pau Casals.
En un mundo tan inestable, queremos reivindicar el jardín interior, nuestro huerto vital, como espacio de libertad y creació
— También tenéis un Campus de Verano para el territorio, ¿verdad?
— Hace 10 años que funciona, y ya tenemos 7.000 usuarios en total. Si eres un joven de Castelló d’Empúries y crees que Perelada no es para ti, vamos a buscarte. Te ponemos en contacto con tus referentes. Este año, compañías como Béjart o Maria Pagés han hecho talleres con alumnos de escuelas de danza. Y ahora lo hemos extendido a todo el año. Llevamos contenidos a las escuelas e institutos del Alt Empordà, también a los centros rurales.
— Però tampoco os olvidáis de la internacionalización, como con la invitación al festival de Finlandia.
— Exacto. Vamos a Finlandia, al Festival de Savonlinna, a presentar The Fairy Queen de Purcell, con dirección de Dani Espasa, Joan Anton Rechi y Xavi Sabata, y con el coro O Vos Omnes.
— –Para acabar: ¿cómo es la vida de un director de festival?
—Una combinación entre el corto y el largo plazo. Tienes que tener la cabeza en el festival de este año pero también programando el de dentro de dos. Los artistas tienen agendas muy llenas, y las compañías de danza se mueven con muchísima antelación. Tenemos un equipo pequeño durante el año, pero en el festival se multiplica. Y muchos profesionales que hoy están en grandes teatros empezaron aquí. Perelada es también una escuela de profesionales. Y eso nos hace muy felices.
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