Rafael Gallardo Jordi Pagés Weecover
Rafael Gallardo y Jordi Pagés, fundadores de Weecover.

Weecover obtiene un préstamo del ICF para abrir mercados

La operación de financiación forma parte de la ronda de inversión que la insurtech de Barcelona cerró en 2021. Especializada en integrar productos de seguros personalizados en procesos de venta, la compañía quiere internacionalizarse.

La startup barcelonesa de seguros digitales Weecover no cesa en su plan de expansión por España y sus objetivos para alcanzar nuevos mercados, con la mirada puesta en Portugal y Francia como áreas de crecimiento natural.

La compañía, creada en 2021 por Jordi Pages y Rafael Gallardo, ha obtenido el apoyo financiero del Institut Català de Finances (ICF) que le ha concedido un préstamo participativo de 200.000 euros. Estos recursos forman parte de la ronda de inversión que la startup cerró a finales de 2021 con Nauta Capital como inversor principal y con una inyección global de 2,3 millones de euros. Nauta Capital es una firma de capital riesgo partner de compañías como Privalia o Holded.

El cofundador y CEO de Weecover, Jordi Pages, afirma que “estamos muy satisfechos de este acuerdo con el ICF que nos permitirá seguir desarrollando el negocio en España, donde ya disponemos de una base de clientes de referencia, y expandir nuestro modelo a otros mercados”. Fruto de la ampliación de las actividades, en la actualidad Weecover tiene un equipo de 16 personas en las oficinas de Barcelona, ​​y una facturación de alrededor de medio millón de euros en 2021.

El negocio de Weecover se centra en una plataforma facilitadora de la contratación de seguros que permite a las empresas integrar productos de seguros personalizados en sus procesos de venta tanto online como offline. A través de una plataforma, desarrollada por ellos mismos, Weecover se integra fácilmente posibilitando una contratación cómoda, rápida y desde la misma página web desde la que se compra el producto.

El ICF ha instrumentalizado la operación a través de IFEM Innovación, una fuente de financiación dirigida a empresas en fase inicial o en las primeras etapas de crecimiento. Desde la puesta en marcha de este instrumento público-privado en 2012, el ICF ha financiado 143 startups por más de 23 millones de euros.