Imagen virtual de la primera fase de las obras de la Rambla, entre el monumento a Colón y Drassanes, con la creación de un nuevo espacio urbano.

La Rambla empieza a mostrar su nueva cara con las obras acabadas en Colón

La remodelación del icónico paseo continúa con la previsión de que termine en 2027 y con un presupuesto global de 55,6 millones

Tras dos años de obras, la primera fase de remodelación de la avenida más emblemática de Barcelona ha llegado a su fin. La Rambla más cercana al mar ha levantado las vallas, y el tramo entre el monumento de Colón y la calle del Portal de Santa Madrona ya luce con su nuevo aspecto. 

Esta primera reforma ha servido para acercar el paseo al mar, modificando el trazado de la avenida Drassanes. Con esta actuación, se ha generado una nueva plaza que aspira a ser espacio de encuentro y de escenario de usos sociales. Queda pendiente plantar un centenar de árboles que romperán la monotonía cromática de la zona reformada, con 53 nuevos y con zonas de vegetación baja. 

El nuevo espacio reformado, que suma 23.000 metros cuadrados, ya luce el nuevo pavimento que está llamado a convertirse en elemento distintivo de la Rambla, conformado por piezas de diferentes formatos de piedra natural —granito y pórfido, para ser exactos. La inversión en este tramo se ha situado en 11,4 millones de euros, dentro de una reforma de la avenida que cuenta con un presupuesto de 55,6 millones.

Este ha sido el primer paso en el largo camino para reformar la avenida más universal de la capital catalana. La previsión del Ayuntamiento es terminar los trabajos en 2017, después de que apostara por pisar el acelerador y acortar el plazo a la mitad del inicialmente previsto. 

La actuación global dotará a la Rambla de más espacio para los peatones tanto en el paseo central como en las aceras laterales, que tendrán siempre un mínimo de tres metros de ancho. Con la nueva configuración, la avenida contará con un solo carril de circulación de 3,5 metros por sentido, que se limitarán a vecinos, servicios, mercancías y aparcamiento. 

Las obras que terminarán de transformar la imagen de los 1,2 kilómetros del icónico paseo se desarrollarán por fases: primero se irá a por la acera del Gòtic; después, le tocará a la del Raval, y finalmente llegará el turno del tronco central. Para reducir las afectaciones a vecinos y visitantes, los trabajos se desarrollarán en tramos de no más de unos 50 metros. 

La futura Rambla
Simulación de la futura Rambla a la altura del mosaico de Joan Miró.

A causa de las obras, en la Rambla se han habilitado desde el 17 de junio unos pasos provisionales de vehículos para poderla cruzar y hacer posible el acceso de vecinos y vehículos de emergencias y de mercancías. Ahora, la calzada que toca el Raval es de subida desde Colón hasta la plaza Catalunya. Este esquema se mantendrá durante los primeros meses de la remodelación, y luego se irá adaptando en función del desarrollo de los trabajos.

Además de ampliar las aceras para ganar más espacio para los peatones, la reforma de La Rambla generará tres nuevos espacios concebidos como plazas. Se ubicarán entre el Palau Moja y la Església de Betlem, ganando un nuevo espacio singular a la altura de Portaferrissa y la calle del Carme. Otra de estas nuevas plazas emergerá, como no podía ser de otro modo, ante la Boqueria, el mercado más simbólico de Barcelona y reconocido como el mejor del mundo. La tercera reconfigurará el Pla del Teatre, desde la que ya se puede intuir el mar entre las copas de los característicos plátanos y desde el que empieza a emerger un Colón, que ya se alza sobre un primer tramo terminado.

Rambla a la altura de la Virreina
Vista simulada de la nueva Rambla junto al Palau de la Virreina.