Foto de Joan Cros / ZUMA Press / lafototeca.com

La disputa por la inteligencia artificial

Parece ser que aquello que creemos ciencia ficción empieza a ser palpable y ahora debemos coordinar muchos actores para que realmente sea real y efectiva. En primer lugar, nos hacen falta gobiernos comprometidos, que faciliten entornos favorables con infraestructuras potentes y que a la vez impliquen universidades, centros de I+D y empresas. Conocimiento y mercado para promover avances en el desarrollo de la industria de la inteligencia artificial

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uando una máquina imita funciones cognitivas propias de los seres humanos, como por ejemplo aprender y resolver problemas, hablamos de inteligencia artificial (IA). El despertar de las máquinas o saber si estamos preparados para que estas lleguen a ser conscientes son solo algunos de los titulares que recientemente hemos visto en los medios. Como muy bien se afirmaba en el artículo «Is artificial intelligence set to become conscious?», publicado en la web del World Economic Forum, algunas de las preguntas tienen que ver con la tecnología, pero otras se enfocan más en qué es la conciencia en realidad. Por lo tanto, parece ser que aquello que creemos ciencia ficción empieza a ser palpable y ahora debemos coordinar muchos actores para que realmente sea real y efectiva. En primer lugar, nos hacen falta gobiernos comprometidos, que faciliten entornos favorables con infraestructuras potentes y que a la vez impliquen universidades, centros de I+D y empresas. Conocimiento y mercado para promover avances en el desarrollo de la industria de la inteligencia artificial.

China ya ha dado un primer paso. El pasado verano presentó un plan de acción estratégico trienal para convertirse en potencia tecnológica mundial en IA en 2030 con el objetivo de construir una industria nacional por valor de casi 150 mil millones de dólares.

Para ser más competitivos, para ser más eficientes hace falta la suma del factor humano y de la tecnología

En el ámbito académico, un estudio realizado por la plataforma legal LawGeex, Comparing the Performance of Artificial Intelligence to Human Lawyers in the Review of Standard Business Contracts, en el que se implican expertos en derecho de varias universidades americanas de prestigio, situó a 20 abogados con experiencia contrastada frente a un algoritmo desarrollado durante tres años y entrenado para evaluar contratos legales. Se les dio cuatro horas para revisar cinco acuerdos de confidencialidad e identificar 30 asuntos legales. ¿Los resultados? Los abogados requirieron 92 minutos de media para revisar los documentos y el algoritmo de LawGeex, 26 segundos. Las conclusiones de este experimento son unánimes: para ser más competitivos, para ser más eficientes hace falta la suma del factor humano y de la tecnología. Por un lado, podremos disponer de procesos automatizados de manera más rápida y menos costosa y, por otro, liberar de tiempo a los abogados para poder implicarse en tareas de más valor como el asesoramiento legal.

Las grandes compañías, mayoritariamente tecnológicas, conscientes de las ventajas que incorpora la IA y el machine learning a sus productos y servicios, han empezado a competir para adquirir las mejores startups en el terreno

Google ya se ha posicionado claramente en lanzar una plataforma, Learn with Google AI, con tutoriales que deben servir como hub de recursos. Se trata de un lugar dirigido a todos los perfiles implicados, desde los estudiantes más noveles hasta investigadores y data scientists.

Es por eso que no sorprende que también sea Google quien lidere las adquisiciones de startups tecnológicas en este ámbito con una cartera de trece empresas (Deepmind, Moodstocks, Api.ai, AiMatter, Halli Labs, Kifi, Granata Decision Systems, Jetpac, Boston Dynamics, Meka Robotics, Industrial Perception, Schaft y DNN Research). Después de Google, atendiendo tanto al número de éxitos como al de inversiones, están Startx, Apple y Microsoft. En muchos de los casos no ha trascendido el importe de estas operaciones.

En Europa, la plataforma de datos, análisis e inversión de empresas tecnológicas y capital de riesgo, Dealroom.co, ha publicado el Annual European Venture Capital Report, donde destaca que en 2017 se invirtieron más de 19 mil millones de euros en startups europeas y se superaron cifras récord. De este análisis se desprende que el deep tech lidera estas inversiones, seguido del fintech, healthcare, marketplace y la inteligencia artificial

 

Visitante interactúa con Pepper, el robot de la compañía japonesa SoftBank Robotics. Mobile World Congress 2018 en Barcelona, ​​España. Foto de Toni Albir/EFE/lafototeca.com

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN BARCELONA

Barcelona recientemente ha acogido el Mobile World Congress, donde la inteligencia artificial ha tenido un papel destacado en esta edición. El Mobile ha ofrecido a corporaciones y startups el mejor escaparate para mostrar los últimos avances, una experiencia que ha sido más práctica que teórica.

Telefónica ha aprovechado para presentar Aura, su plataforma de inteligencia cognitiva y una nueva herramienta para conectar con sus clientes. En la sesión de presentación, José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, y Chema Alonso, chief data officer (CDO), explicitaron que, en los últimos cinco años, la compañía había invertido 48 mil millones de euros en sus tres plataformas (activos físicos, sistemas de TI y productos y servicios) y presentaron el cerebro de la cuarta: AURA.

«Nuestros clientes quieren hablar a la tecnología y hacer cosas en tiempo real». Aura lo permite, afirmaba Alonso. Aura escucha, aprende y te permite interactuar hablando solamente con la red para atraer el máximo provecho a lo que ellos denominan tu personal data space. Chema Alonso, a través de una demo en directo, interactuó con Aura mediante unas Microsoft HoloLens y, después, directamente con su smartphone. Aura, en definitiva, te permite gestionar la experiencia digital a través de inteligencia cognitiva.

Desde otra perspectiva, Amazon anunció el pasado año la próxima apertura de un nuevo centro de investigación y desarrollo (I+D) basado en machine learning en Barcelona, donde espera contratar más de cien ingenieros y científicos cuando abra en 2018.

Barcelona no es ajena a esta industria y el directorio de empresas emergentes del Barcelona & Catalonia Startup Hub, liderado por ACCIÓ, empieza a incorporar proyectos vinculados a inteligencia artificial y machine learning. La plataforma dispone actualmente de información de 1.230 startups, donde hay 58 de catalogadas como inteligencia artificial.

Es necesario destacar que el target de estas empresas es, mayoritariamente, Business to Business y aproximadamente un 10 % —Kernel Analytics, Squirro, Gestoos, Nektria, Rocketroi, Transmural Biotech y Restb— han recibido una inversión superior al millón de euros.

¿CUÁL ES EL FUTURO?

«Pensar que las nuevas tecnologías arruinarán la economía es por lo menos tan antiguo como la Revolución Industrial», dijo Seth Benzell la pasada semana cuando hablaba con la audiencia en la embajada americana de Barcelona. Seth Benzell es doctor en economía por la Universidad de Boston y asociado postdoctoral en la iniciativa del MIT sobre economía digital.

La inteligencia artificial cambiará la naturaleza de la relación laboral: las personas se contratarán para resolver problemas, pero los trabajos de por vida están destinados a desaparecer

La fuerza de su argumento abre un debate más allá de las oportunidades que la inteligencia artificial nos ofrecerá. ¿Cómo superaremos el conflicto de interés que habrá para los trabajadores que tienen que implementar proyectos que a su vez pueden destruir sus puestos de trabajo? Será necesario repensar el valor añadido del componente humano. No hay duda de que la inteligencia artificial nos hará interactuar de una manera diferente con la tecnología.

Estas reflexiones son especialmente relevantes para el mercado laboral. La inteligencia artificial cambiará la naturaleza de la relación laboral: las personas se contratarán para resolver problemas, pero los trabajos de por vida están destinados a desaparecer.

Benzell, en sus conclusiones, sugiere que, en un futuro no muy lejano, habrá dos áreas, aparentemente no relacionadas, de crecimiento laboral importantes: una para las personas con conocimientos técnicos para implementar y gestionar las nuevas tecnologías, y otra para personas con habilidades interpersonales y humanísticas que no podrán ser automatizadas.