8
Musa dormida
CONSTANTIN BRANCUSI. 1910. Bronce
Metropolitan Museum, Nueva York
Me enamoré de este rostro de oro, de frente pulida como un canto rodado, ojos achinados, nariz respingona y boca de piñón. En la simplicidad de ese objeto, una cabeza convertida en huevo, reside su belleza sublime, cuando comenzaba el siglo XX y aún se celebraba la vida. Obra de formas puras y absolutas, perfecta como una joya. Solo deseo que un día despierte, abra los ojos y me mire.