ALMA, una mirada a la

Árboles que salvan vidas

Un árbol en la ciudad es mucho más que un adorno para paseantes. Hace que quepa un coche menos, que haya un poco de contaminación menos y quizá, entonces, un muerto prematuro menos. El investigador Mark Nieuwenhuijsen del instituto ISGlobal, impulsado por la Obra Social ”la Caixa”, lleva décadas trabajando para cambiar el modelo “cochecéntrico” de nuestras urbes. Tras recibir el prestigioso premio John Goldsmith 2018, el experto holandés asegura que no exagera cuando dice que el verde va a salvarnos la vida.

¡Enhorabuena por el premio, Mark! Aquí pone que te lo han concedido por tu gran contribución a la epidemiología medioambiental. ¿Y eso es…?
A mis hijos les digo que mi trabajo es hacer una ciudad mejor para que haya más zonas verdes y puedan ir en bici. Y como les encanta la bici, me dicen que estoy haciendo un buen trabajo. Ja, ja.

¿Qué crees que impresionó más al jurado?
El estudio de cómo el diseño urbano y la planificación del transporte afectan a la salud. Es evidente que, si las ciudades invierten en carreteras, lo que tendrán es más coches, más polución y más ruido, lo cual nos enferma y nos mata. Además, creo que apreciaron que mi equipo y yo no solo investigamos, sino que salimos a hablar con la gente: con el responsable de movilidad, el de espacios verdes, con las escuelas, los ciudadanos… Tenemos un cierto activismo comprometido con la comunidad.

Espera, ¡¿has dicho que nos mata?! ¿De cuántos muertos estamos hablando?
Unas 3.000 muertes anuales prematuras, solo en una ciudad como Barcelona, a causa de una mala planificación urbana y del transporte.

Cuyas consecuencias son…
En primer lugar, la falta de ejercicio de la población, causante de casi 1.000 de esas 3.000 muertes prematuras. Si no planificas una ciudad para que la gente pueda caminar o ir en bici, tendrás ciudadanos sedentarios. En segundo lugar, la polución del aire, causante de 659 de esas 3.000 muertes. Y en tercer lugar, la contaminación acústica, responsable de 599 muertes prematuras de cada 3.000.

Un reciente estudio de ISGlobal dice que ¡el 38 %! del asma infantil se atribuye a la polución.
Sí, el metabolismo de los niños es más sensible, porque respiran más rápido en relación con su masa corporal. Son los más afectados junto con los ancianos.

¿Qué tres cosas pedirías a las autoridades para parar la debacle?
Quitar coches, poner más carriles bici y habilitar más espacios verdes. ¿Sabías que los coches en Barcelona ocupan el 60 o el 70 % del espacio público? Si pudiéramos reducir ese espacio podríamos poner árboles. Mira, por ejemplo, Via Laietana: ¡no necesitamos esa vía! Habría que cerrar esa calle al tránsito y poner un parque. Y Ronda Litoral, habría que hacerla subterránea y poner una bonita plaza encima.

¿Y qué podemos hacer los ciudadanos para evitar todas esas enfermedades causadas por el actual entorno urbano –cáncer, arritmia, obesidad, diabetes, autismo, hipertensión…– que explicáis en vuestra web?
Lo primero, usar coches compartidos. ¿Sabías que, cuando tienes un coche, el  96 % del tiempo está aparcado? Es una locura. Pierdes dinero. Además, no lo necesitas si vives en una ciudad bien comunicada. Y después, ir en bicicleta y caminar más. No debemos verlo como una pérdida de tiempo. No pierdes tiempo. Es bueno para ti. ¡Tu cuerpo lo necesita!

Ya, pero lo de eliminar coches no es tan fácil… La restricción de tráfico en la Gran Vía de Madrid o las superilles de Barcelona fueron muy polémicas.
¡Pero podemos prevenir 1.000 muertes prematuras al año! ¿Quién no quiere conseguir eso? Mira, lo que a la gente no le gusta son los cambios: “Vaya, ya no se puede aparcar aquí” o “Ya no puedo hacer esto o lo otro”. Pero luego, cuando ya está implementado, dicen: “Ah, pues está bien, ahora se está más tranquilo”. Solo requiere un poco de tiempo para acostumbrarse. ¡Las superilles son geniales! Les dedico un capítulo entero en mi nuevo libro.

Si las conclusiones están tan claras, ¿qué impide que se tomen medidas?
Como a la gente le cuestan los cambios, los políticos tienen miedo de que si los llevan a cabo perderán apoyos. Además, la industria del coche mueve mucho dinero. Vendiendo bicicletas no se gana tanto.

¿Eres optimista sobre el futuro?
¡Sí! En 20 años creo que habrá muchos menos coches porque la gente los compartirá. Y veremos ciudades más verdes. Solo se necesita voluntad política.

Y puestos a soñar, ¿cómo sería tu ciudad ideal?
Muy verde, con un montón de árboles, paneles solares en todos los tejados y sin coches. ¡Necesitamos ciudades para las personas, no para los automóviles!

Entrevista: Ana Portolés
Fotografía: Mònica Figueras

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