“La gente joven debe tener claro qué rumbo adoptar para que Barcelona siga evolucionando”

The New Barcelona Post conversa este mes con Albert Chamorro, uno de los jóvenes que participan en el programa de liderazgo y ciudad que imparte Barcelona Global, Barcelona 2040. Chamorro es el consejero delegado de V2 Group, empresa dedicada a la fabricación aditiva de gran formato para el sector náutico y naval, ofreciendo servicios innovadores de impresión 3D y desarrollo de prototipos para constructores de yates de lujo.

El objetivo de esta serie de entrevistas es que esta nueva generación de líderes compartan su visión sobre la Barcelona del futuro a la que aspiran, así como sus propuestas de impacto para la mejora de la ciudad.

— ¿Qué esperas de la Barcelona del año 2040?

— Espero una Barcelona que mantenga su atractivo y dinamismo reconocibles a nivel mundial sin perder su identidad cultural. También confío que siga posicionándose como un referente en su capacidad de innovación, atracción de talento, sostenibilidad y calidad de vida, priorizando un transporte público que la conecte mejor con su área metropolitana y libere espacios públicos para los ciudadanos.

— ¿Con qué ciudad compararías Barcelona?

— Barcelona es, ante todo, una ciudad mediterránea con una fuerte identidad en cada uno de sus barrios y municipios del área metropolitana. Esto hace que no sea fácil compararla directamente con otras ciudades. Sin embargo, comparte rasgos con ciudades como Ámsterdam, por su apuesta por la movilidad sostenible, o con Copenhague por su urbanismo pensado para las personas.

“Uno de los mayores desafíos que enfrenta Barcelona es la necesidad de armonizar las expectativas de sus distintos actores: los barceloneses de siempre, los que sin serlo han elegido nuestra ciudad y los turistas”

— ¿A qué modelo de ciudad crees que debería parecerse Barcelona?

— Barcelona debe seguir su propio camino, adaptando su crecimiento a su identidad mediterránea y a su realidad social y económica. No debe copiar otros modelos, sino desarrollar una planificación urbana que priorice la sostenibilidad, la accesibilidad y la calidad de vida. Puede inspirarse en Viena por su equilibrio entre vivienda asequible y espacio público, en Copenhague por su movilidad sostenible, en Sídney por su integración entre puerto, ciudad y naturaleza o en Londres por su capacidad de convertirse en un polo de atracción de actividad económica.

— ¿Cuál es reto principal que debe resolver Barcelona en los próximos años?

— Barcelona debe reafirmarse como una ciudad de referencia a nivel global, consolidando un rumbo compartido que integre su identidad histórica con su papel como motor de innovación, cultura y sostenibilidad. Para ello, es fundamental que la ciudad defina una visión estratégica que no solo la proyecte hacia el futuro, sino que también respete y valore su legado, fomentando un desarrollo equilibrado y sostenible. Uno de los mayores desafíos que enfrenta Barcelona es la necesidad de armonizar las expectativas y aspiraciones de sus distintos actores: los barceloneses de siempre, los que sin serlo han elegido nuestra ciudad y los turistas. Evitar una fragmentación que genere tensiones o dificulte el progreso es clave para garantizar una ciudad cohesionada y resiliente. En este sentido, la convivencia de estos diversos enfoques no debe verse como un obstáculo, sino como una oportunidad para evolucionar de manera inclusiva. Solo a través de una gestión equilibrada del crecimiento urbano, la mejora de la calidad de  vida y el fortalecimiento del tejido social será posible mantener la esencia de Barcelona sin renunciar a su capacidad de transformación y liderazgo en el escenario internacional.

“A través del diálogo, la participación cívica y el impulso de iniciativas creativas, Barcelona puede avanzar con una visión compartida que equilibre modernidad y tradición”

— ¿Cuál crees que debe ser el papel de las nuevas generaciones y su  implicación en el desarrollo de la ciudad?  

— Las ciudades son, en su esencia, las personas que las habitan. Por eso, la gente joven debe tener claro qué rumbo adoptar para garantizar que Barcelona siga evolucionando y deje un legado mejor a quienes lleguen después. Su participación es clave para impulsar cambios que mejoren la calidad de vida y garanticen un futuro equilibrado para todos. Desde la implicación en la toma de decisiones hasta la defensa del espacio público y la exploración de nuevos modelos económicos y urbanos, los jóvenes pueden desempeñar un papel fundamental en la transformación de Barcelona. Apostar por la innovación tecnológica, el emprendimiento social y nuevas formas de colaboración permitirá afrontar los retos del futuro sin perder la esencia de la ciudad. A través del diálogo, la participación cívica y el impulso de iniciativas creativas, Barcelona puede avanzar con una visión compartida que equilibre modernidad y tradición, crecimiento y sostenibilidad, consolidándose como un referente de ciudad innovadora y comprometida con sus ciudadanos. 

“El transporte por mar es el más sostenible a gran escala, y Barcelona puede convertirse en un hub clave para la innovación en este ámbito”

— ¿Cuál crees que debe ser el papel de las nuevas generaciones y su  implicación en el desarrollo de la ciudad?  

— Barcelona debe potenciar la economía digital, la movilidad sostenible y la biotecnología, además de consolidar su posición en el sector creativo y cultural. Pero, sobre todo, debe mirar al mar. Como ciudad portuaria de referencia, tiene la oportunidad de liderar el desarrollo de tecnologías marítimas sostenibles, apostando por la electrificación portuaria, los combustibles verdes para el transporte naval y la logística marítima avanzada. El transporte por mar es el más sostenible a gran escala, y Barcelona puede convertirse en un hub clave para la innovación en este ámbito.