El doctor Marcos Isamat y los publicistas José Antonio González-Cuevas y Curro Espinós, desde la incubadora Ideas Agitadas, ubicada en Barcelona, han ideado y producido un chicle que incorpora en su formulación tres ácidos naturales capaces de desactivar el coronavirus en la boca
Curro Espinós, José Antonio G. Cuevas y Marcos Isamat, creadores de Chewing Mask.
El próximo mes de febrero, en las Islas Canarias y con la marca Chewing Mask, se podrá comprar el primer chicle que puede proteger contra la transmisión del coronavirus, al igual que son medidas preventivas el uso del gel hidroalcohólico, la mascarilla y mantener la distancia interpersonal. La idea nació a principios de 2020, en pleno estallido de la pandemia, entre los responsables de la incubadora Ideas Agitadas, de Barcelona.
Sus fundadores, José Antonio González-Cuevas y Curro Espinós, se plantearon que sería adecuado valerse de algún ingrediente que hiciera del territorio bucal un lugar hostil para el virus SARS-CoV-2, y consiguieron el apoyo científico de Marcos Isamat, doctor en Inmunología Molecular por la Universidad de Cambridge.
Ahora, 18 meses más tarde, y tras realizar diversas pruebas técnicas en laboratorios españoles, alemanes y británicos, han logrado formular y escalar industrialmente un nuevo chicle que inactiva entre el 75% y el 99% de los virus de capa lipídica, entre ellos está la Covid-19 y la gripe estacional. Para ello, el chicle incorpora a su formulación una mezcla de tres ácidos de origen natural capaces de rebajar el Ph y destruir los lípidos y de desactivar el coronavirus en la boca, principal espacio de replicación.
La efectividad del chicle se testeó en un laboratorio de Berlín que “probó la virucidad in vitro del producto y también lo ha validado la Universidad Autónoma de Barcelona en repetidas ocasiones”, explica González-Cuevas. El publicista añade que se realizaron pruebas para “garantizar la inocuidad del compuesto tanto en las mucosas humanas como en términos de erosión dental” y especifica que se ha descartado comercializar el producto como medicamento por los plazos que supondría conseguir las correspondientes aprobaciones. Sus creadores insisten en que es una protección más frente a la covid, pero que no sustituye a ninguna de las medidas de seguridad y sanitarias que hay que tomar para controlar el virus y evitar su transmisión.
Inicialmente, se distribuirán 1,5 millones de chicles Chewing Mask —con sabor a menta— en las tiendas y supermercados de Canarias, a un precio asequible de unos dos euros, pero ya trabajan para que el producto se comercialice en toda España, y no descartan promover su exportación.
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