Letras

Carlos Bassas del Rey: Hasta la fecha, todo muy bien

“En lo literario, creo que mi mayor momento de inflexión fue perder el miedo a escribir lo que quería y como quería, y atreverme con mi novela Justo”.

Carlos Bassas del Rey alza su copa de ginebra con tónica —“sin ensalada, por favor, y tampoco humeante por culpa del hielo seco”— y sorbe un poco antes de proseguir: “No las tenía todas conmigo, más bien casi ninguna, pero la respuesta que recibí de mis primeros lectores fue muy buena, confié en ellos y seguí adelante. Y tenía razón: gracias a esa novela gané el Hammett. Así que decidí seguir por ahí y atreverme con Soledad”.

Ahora llega su nueva entrega, Sinántropos (AlRevés), que el escritor adelanta que va en la misma línea. “Me siento a gusto ahí, soy yo”, asegura, tras haber llegado al Bar del Post a última hora de la tarde, instalado en la contradicción de ser, de natural, ave nocturna, “aunque las mejores frases se me ocurren de día”.

Se define como “un juntaletras que cató el periodismo y salió corriendo”. Ahora escribe ficción, “novelas, y películas de vez en cuando” y ratifica que, pese a que le costó asomar la cabeza, no le ha ido mal hasta ahora. “Eso sí, soy consciente de que este mundillo es duro: hoy puedes estar a mitad de la tabla, incluso arriba, y mañana desaparecer. Y que ni siquiera te recuerden”.

Un futuro ganador

Barcelonés cosecha del 74 “y vasco-navarro de adopción”, el parroquiano es Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, docente en la Pública de Navarra, en la Escuela de Imagen y Sonido CTL de Pamplona y en cursos FORCEM. En 2007 fue galardonado con el premio Plácido al Mejor Guion de Largometraje en el IX Festival Internacional de Cine Negro de Manresa, y su guion Malinche fue subvencionado por el ICAA.

— En efecto, hasta la fecha no te ha ido nada mal.

Pero, sobre todo lo demás, destaca haber ganado el Hammett de novela negra, que califica, sin paliativos, de “subidón”, antes de recordarse moderando una mesa en una edición de BCNEGRA junto con Carlos Zanón, Alexis Ravelo y Marcelo Luján hablando sobre Vázquez-Montalbán. “Yo los miraba y me decía: ‘Son tres Hammetts, tres escritores increíbles, cada uno distinto, único, inigualable’. Aquella misma noche, tomando una copa en el Boadas, les hice una foto que aún guardo y alguien me dijo: ‘ponte tú ahora con ellos, así salen tres Hammett y un futuro ganador’. Acertó”, explica con un brillo especial en una mirada de un azul fiero.

Acaba de publicar Sinántropos, con la editorial AlRevés.

En estos momentos, anuncia estar terminando de corregir el guion de un largometraje para una productora “y pensando en qué nueva historia empezar a trabajar. Tengo tres en mente. Tendré que decidirme pronto por una de ellas”.

La ciudad más bonita del mundo

“Tuve la suerte increíble de que mi padre, un barcelonés de pro del barrio de Sants, me contara mil historias de Barcelona, de sus calles y de sus gentes. Me convirtió en un adicto”, explica el escritor, que no se resiste a compartir a pie de barra una de aquellas numerosas anécdotas paternas: “Él solía decirme: ‘¿Ya sabes por qué el Tibidabo se llama así?’ Y yo le respondía: ‘Ni idea’. ‘Tibi dabo significa te daré, y es lo que le dijo el diablo a Jesús en el desierto para tentarle. Todo esto te daré si te postras y me adoras. Y el esto no podía ser otra cosa que Barcelona, la ciudad más bonita del mundo. ¿Con qué vas a tentar a Dios sino con lo mejor y más bonito para que se lo piense de verdad?’”.

Entre los diversos reconocimientos a su obra, Carlos Bassas ha recibido el Hammett de novela negra

Curiosamente, tardó en atreverse a escribir novelas ambientadas en Barcelona. “La primera fue Justo. Después vino Cielos de Plomo. Dos épocas diferentes, pero una misma ciudad”. En ambas obras, se reflejan varias de aquellas leyendas e historias urbanas de una ciudad por cuyos meandros callejeros adora pasear, “imaginándomela aún amurallada, cómo debía de ser, lo que ha cambiado y lo que no”. Y siempre con esa peculiar noción de que “casi siempre hemos elegido mal el bando y hemos perdido casi todas las batallas. Lo que nos imprime carácter”.

— Lo que tiene mucho carácter es nuestra inimitable oferta gastronómica que, ahora que apuras tu gin-tonic, puede llevarte a una buena cena.

Carlos Bassas del Rey clava su pupila azul tsunami sobre los manjares exhibidos y duda, ante la amplitud de sus apetencias culinarias:

— Depende del momento. Un buen menú con arroz, tal vez. Si es plato combinado, soy del mítico ‘sepia a la plancha con…’ O también del clásico de milanesa o escalope de ternera con ensaladilla y patatas fritas. En cuanto a raciones, como buen navarro-vasco de adopción yo soy de pintxos.

El escritor barcelonés se considera vasco-navarro de adopción.
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Alberto Valle

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