NICOLAS ALSTAEDT EN EL ‘FESTIVAL MOZART’

L’Auditori, 29 de junio

La recta final de la temporada sinfónica en L’Auditori da el relevo a proyectos con un hilo conductor fácilmente identificable, como el llamado “Festival Mozart-Nits d’Estiu”, en que se programan piezas del compositor salzburgués y de su contexto más cercano, contando con la participación de nombres prominentes de la escena musical clásica. En esta ocasión será el violonchelista Nicolas Alstaedt, que ya intervino como solista en el presente curso, el protagonista de una velada en que no sólo empuñará el instrumento de cuerdas, sino que se pondrá al frente de la OBC para dirigir obras sinfónicas, como la célebre “Inacabada” del vienés Franz Schubert, o pasajes orquestales del Idomeneo, de Wolfgang A. Mozart. Una ópera menor en comparación con la trilogía creada junto a Da Ponte o en comparación con La flauta mágica, pero que representa un hito fundamental, por la evidente madurez de la escritura musical y la manifiesta capacidad de plasmar afectos. En este sentido, los organizadores recuerdan que “Idomeneo marca un punto de inflexión en la producción operística de Wolfgang Amadeus Mozart”. Música que nos “permite apreciar su riqueza de ideas y su habilidad para perfilar personajes y situaciones, sobre las que domina el destino humano marcado por la muerte”. Finalmente, otra de las obras que podrán disfrutarse en la primera sesión del Festival Mozart -las otras fechas, el 5 y 6 de julio, contarán con la presencia del director Trevor Pinnock y de la soprano Serena Saénz- es el primer Concierto para violonchelo de F. J. Haydn, en que Nicolas Alstaedt mostrará sus virtudes como intérprete.

El espectáculo que inaugura el siempre esperado Festival Grec, con que se amenizan las noches caniculares, es, al mismo tiempo, una de las propuestas más atractivas de la presente edición, la mayoría de las cuales tendrán lugar durante el mes

Internacionalmente consolidados, y vinculados indisociablemente a la marca Barcelona, tanto el Primavera Sound como el Sónar -anterior incluso en existencia, de hecho en el presente año celebra su 30 aniversario- movilizan a miles de personas, con programas cuidados que mantienen una línea reconocible

“Una experiencia de arte y diseño entre el mundo físico y el virtual”, puede leerse en la web promocional de la serie de videocreaciones reunidas en el Disseny Hub de Barcelona bajo el título Digital Impact. Hasta cierto punto cuesta

pensar que, en el caldo de cultivo en que nos hallamos -con la sobreestimulación digital como norma, la ortodoxia nuestra de cada día- aún pueda haber espacio para la sorpresa de un impacto audiovisual. Los organizadores, conscientes de ello, razonan: “estamos rodeados de pantallas, de nubes de datos y de presencias online, y la tecnología es un lenguaje que se entremezcla con el propio. Somos personas tanto físicas, como digitales. Aprendemos cada día a existir en ambos mundos. Lo digital es un espejo de lo que somos”. Ciertamente, es el homo sapiens desde la liberación de Prometeo un ser tecnológico, capacitado para transformar el mundo a través del empleo de herramienta. En su naturaleza radica la capacidad para el artificio, para la manipulación o creación de artefactos, simulacros o alternativas de la realidad naturalmente percibida. Por supuesto, lo que se ha quebrado, quizá de forma irremediable, es la separación entre un mundo verdaderamente natural y uno artificial, que es el que la tecnología digital está realizando con mayor perfección con el paso del tiempo. La inteligencia artificial ha ampliado las posibilidades en el campo del arte, habilitando nuevas experiencias estéticas. Esto es, de hecho, lo que se ofrece en el Disseny Hub: “Digital Impact es una exposición, pero, por encima de eso, es una experiencia (…) Es una puerta hacia un mundo revolucionario, un puente desde Barcelona hacia lo inmersivo, el color, las formas y la imaginación sin límites”. No queda claro des del punto de vista de la neurociencia que la sobreabundancia de imágenes percibidas contribuya con el desarrollo de la propia capacidad para imaginar (cuando son consumidas pasivamente, sin apenas espacio para la elaboración propia); y, sin embargo, el tono empleado para promocionar esta muestra es ajeno a cualquier sombra de distopía. Digital Impact proyecta trabajos de artistas digitales de renombre internacional como Refik Anadol, Universal Everything, Random International, Brendan Dawes y Field, además de artistas locales como Domestic Data Streamers, Alba G. Corral y Antoni Arola. En palabras de los organizadores, se trata de “una radiografía disruptiva del estado actual del arte y el diseño digital, una muestra de la fuerza creativa de una realidad llena de posibilidades. Es romper barreras, es crear y es ilusionar. Es un espacio donde disfrutar, llenar los ojos, sentir, conectar y ser profundamente humanos”. Y es que, incluso más importante que todo ello, representa una oportunísima ocasión para volverse a preguntar qué es ser humano. Como si fuera tan sencillo recordar.